Lucero Pamela Dehesa Guzmán, egresada del ITESO, ha diseñado sitios web, ha sido profesora y el tomar proyectos que la sitúan fuera de su zona de confort la llevó a trabajar para la compañía de comercio electrónico.

Todo comenzó con una chamarra de print vaca. El salto cuántico de querer diseñar prendas a trabajar en Amazon Web Services, es uno de muchos caminos y experiencias recorridas. 

Lucero Pamela Dehesa Guzmán culpa a la moda de finales de los años 90, pero era su sueño tener ese diseño y no lo encontraba en ninguna tienda de ropa. “Ahora entiendo por qué”, dice riendo, “era una idea horrible”. 

Pero esa fue la chispa que la dirigió al Diseño; primero de modas y alta costura, durante 8 años. Al graduarse, pensó que Arquitectura sería su siguiente paso — uno para dedicarse a diseño de interiores –. Los rumores de que entrar a Diseño en el ITESO era difícil la orillaban a tomar ese atajo en Arquitectura, pero agradece la insistencia de su hermana en tomar el camino difícil. 

Entró a Diseño en 2000, con la idea de que, si todo cambiaba, podría regresar a su plan original y orientarse al interiorismo. Pero justo en primer semestre, cuenta que tuvo una profesora extraordinaria: Laura Zohn.  

“Esa clase sentí que me hizo brillar, ver todo lo que me gustaba, te empujaba a profesionalizarte. Y ese primer semestre salí con promedio de 10, y dije, ‘creo que soy buenísima para esto’. Así que me quedé, y no volví a preguntármelo en ningún otro momento”. 

Pamela cuenta su época en el ITESO como una de las doradas, en la que se impulsaba a asistir a congresos de diseñadores, creados por el académico Felipe Covarrubias, y en los que invitaba a figuras prominentes del diseño en el mundo. “Era muy inspirador”, dice. 

El diseño de productos le llamaba la atención, pero sentía la presión económica de los materiales requeridos para la carrera. Ella es una de cuatro hermanos, y en ese tiempo, uno de ellos seguía estudiando la preparatoria, y dos más estaban en el ITESO. 

Ella daba clases particulares de Álgebra para cubrir sus costos, pero cuenta que apenas le alcanzaría para cubrir eso y sus diversiones. “Había cosas importantes como ir al antro”, bromea. Sabe que tuvo la opción de invertir ese dinero en los materiales para prototipos, pero prefirió tomar materias con otro tipo de enfoque: diseño web, Flash, Photoshop, Illustrator, y todas esas disciplinas en las que no era necesario ningún insumo físico. 

Una vez más, un giro no planeado que le abrió las puertas a otra especialización más del diseño que, con el camino andado, descubriría que le era apasionante.

Un año antes de graduarse, su profesor Juan Leñero la recomendó en un trabajo en Nice México, empresa de joyería.  

“Estaba padrísimo porque ese trabajo era como la culminación exacta de la carrera. Todas las áreas de diseño que tenía en el ITESO, justamente tenía que aplicarlas. Era, tal cual, toda la experiencia: diseñar el catálogo, y a partir de este, el evento, a quién se va a invitar, cómo serán los escaparates, diseño en la tienda… todo, todo era diseñar todas las ramas de diseño que te enseña el ITESO”. 

Después de dos años, sintió que había cumplido su ciclo. Se graduó con Excelencia Académica (con promedio de 10), y un año después renunció. Cuenta que no le fue difícil conseguir trabajos freelance en diseños web, retoque fotográfico y branding; y, además, le invitaron a dar clases en el ITESO, una vez que realizó su examen profesional. 

“Siempre me aviento a hacer cosas de las que no estoy segura”, dice. Y ser profesora no había estado en sus planes… pero tampoco lo había sido ser diseñadora digital. “Te dan miedo, y generalmente por eso sientes que no las quieres hacer. Así que dije, ‘va’”. 

Le tocó cubrir una clase de Julio Castro, un profesor con el que había tomado clases y le parecía extraordinario. “Era grande el espacio que tenía que llenar”, dice.  

Pero a Pamela le gustan los retos. Además, su trabajo freelance y experiencia en el campo le seguía dando herramientas para compartir con sus alumnos. Justo así fue como se dio cuenta de la cantidad de oportunidades que existían en retoque fotográfico, y la necesidad en el ITESO de agregar materias que compaginaran con esta demanda. También, comenzó a diseñar un montón de sitios web, en una era en la que comenzaba a profesionalizarse la necesidad de tener escaparates virtuales para marcas y servicios. Detectó estas oportunidades y quiso abonar a la carrera. 

Gracias a ella, existe ahora la materia de Ilustración digital, así como Diseño editorial. Fernando Casas, el entonces coordinador, aceptó las propuestas y diseñaron la currícula. 

Sus clientes de sitios web aumentaron, así como diseño de software y pequeños programas para sus sistemas de control de transportistas para una marca de tequila. Primero fue análogo, y luego lo transportó a digital. “Todo era en función del desarrollo de sistemas para usuarios. Siempre tomando en cuenta al usuario”. 

Ese tema le despertó un chispazo. “Cuando no conoces a tu usuario, cometes el error de que todos son tú. Yo les diseñé unos formatos padrísimos, pero claro que no había manera que fueran usables, o había detalles como que los transportistas muchas veces no tenían mucha escolaridad así que la caligrafía no era la mejor, o estaba muy rebuscado para ser un formato de llenado”. 

Una tuerca más del destino: un día fue a una graduación del ITESO, y conoció al que ahora es su marido. “Lo conozco, me caso y me voy a la Ciudad de México. Así, super rápido. En 6 meses pasó esto”. 

Quiso dar clases en la Ibero, pero ahí ya solicitaban maestría para ser profesora universitaria. Así que continuó con trabajos freelance. En uno de esos, trabajó en un proyecto para el diseño de una plataforma de educación para una farmacéutica. 

Fue este el trabajo que la inspiró a estudiar una maestría, pero no orientada al diseño, sino a la educación. “Me di cuenta que había que saber más de cómo el ser humano aprende, sus distintos niveles de aprendizaje, y formas de llegar a la conciencia de las personas, y cómo realmente puede ser significativo este aprendizaje”.  

Así que estudió la Maestría en Educación en el Centro Universitario Incarnate Word. Después de graduarse, ella y su esposo regresaron a Guadalajara, y regresó a dar clases al ITESO y a sus proyectos independientes de diseño digital. 

Volver con maestría y experiencia no le pareció suficiente. Pamela comenzó a escuchar entre sus materiales de investigación y sus clientes el término “diseño de experiencia del usuario”. 

“Dije, ‘pues esto es más o menos lo que yo hago’, me encantaba siempre investigar, preguntar y probar con los destinatarios finales todos mis productos de diseño”. 

En los círculos de diseño digital, el término user experience (abreviado en inglés como UX) fue originalmente acuñado para definir la experiencia entre un usuario y una computadora, popularizado por el investigador Don Norman en los años 90. Esta disciplina ha saltado del diseño y código simple a departamentos enteros en grandes corporaciones dedicadas exclusivamente a facilitar las interacciones online y offline de sus productos, bienes y experiencias con los mismos. 

La capacidad que existe ahora en términos de diseño y programación, muchas veces, en lugar de facilitar la experiencia, la complejiza. A Pamela le persiguió esto durante un tiempo –saber que lo hacía, pero aún no alcanzar a entender cómo profesionalizarlo y utilizarlo a propósito. 

Un día, encontró a Luis Flores (entonces maestro y ahora coordinador de la carrera de Diseño). Hablaron en la sala de profesores sobre temas de diseño de experiencia del usuario. 

“Ese día regresé a mi casa, busqué la maestría y me matriculé. A los meses inicié la Maestría en Diseño de Experiencia del Usuario, en la Universidad Internacional de La Rioja”. 

Algo que aprendió en su otra maestría fue que, si quería ser experta en algo, debía dar clase de ello. “Ya tenía el conocimiento empírico de años, las bases, pero me hacía falta el tema de repetición en clase. Como freelance no siempre tienes ciclos de repetición, porque cada cliente es diferente”. 

Impartió clases de Experiencia del usuario en el Tec de Monterrey, e Investigación para usuarios en el ITESO, además de impartir en esta casa de estudios Proyectos de diseño, donde aplicaba todo lo que iba aprendiendo en la maestría. 

En cuanto se tituló de la maestría, actualizó su LinkedIn. A los pocos días, recibió una oferta para diseñar software para la extracción de petróleo, y el mejoramiento de todos los servicios durante el proceso.  

“Y pues, me aventé como el Borras”, dice divertida. “Dejé a mi marido en Guadalajara, porque dije, ‘no vaya a ser una estafa, mejor espérame’, y me mudé a Houston a ver de qué se trataba todo aquello”. 

Un año después de trabajar ahí, se dio cuenta de que no contaba con un contrato directo, lo cual complicaría su estancia en Estados Unidos, y le restaba considerablemente de su sueldo. 

Envió su curriculum a cuanta empresa pudo, hasta que, un día, llegó una oferta de Amazon Web Services. 

“Para mí en la maestría, todos los buenos ejemplos eran de Amazon, y yo solía pensar, ‘si trabajo 5 años buenos en alguna empresa, algún día podré trabajar ahí’”. 

Las entrevistas para ingresar a esta empresa son exhaustivas, cuenta Pamela. Son muchos filtros, muchas entrevistas, pruebas e inmersión en la cultura de trabajo y valores de esta empresa desde antes de entrar. Si logras pasar estos filtros, son seis horas más de entrevistas y pruebas de tus talentos. 

Pasó. No podía de la emoción. Ahora, aunque ya comenzó a trabajar, ella y su marido están empacando para mudarse en junio a Seattle y comenzar otra nueva aventura. 

Amazon Web Services (AWS) es una plataforma en la nube que ofrece desde tecnologías de infraestructura como cómputo, almacenamiento y bases de datos, hasta tecnologías emergentes como aprendizaje automático e inteligencia artificial, lagos de datos y análisis e internet de las cosas. Tiene entre sus clientes más prominentes a Formula One Group, Expedia, AirBnB, entre otros. 

“Trabajo en el departamento de ventas mundiales. Almacenamos la información de manera estratégica de todas las personas que necesiten guardar información pública de forma masiva. Mi trabajo es desarrollar un software para que todos los de la fuerza de ventas puedan hacer su trabajo más rápido”. 

La misión de estos softwares es, justamente, mejorar la experiencia de todos: empleados (usuarios internos) y compradores (usuarios externos).  

“Con la pandemia, hubo empresas que, de no vender nada en línea, tenían una saturación de hasta 5 mil personas en la misma página web. Esto te colapsa si no tienes la infraestructura. Con AWS esto crece y no hay falla. Netflix creció su uso impresionantemente en la pandemia, y no colapsó. Disney+, el día que salió, fue una locura, y no colapsó. Lo hacemos bastante bien”. 

Lo que más le gusta de su trabajo es ver el diseño como un apoyo directo a personas. “El diseño normalmente es un, ‘es que yo sé lo que el cliente necesita, así que así es’. Y en el diseño de la experiencia del usuario, tienes que asumir que siempre estás mal. Esto te quita mucha soberbia en tu haber y en tu trabajo de todos los días. Y tienes que tener mucho contacto con tus clientes, Es un trabajo muy humano”. 

Ella agradece su experiencia en el Colegio Alemán, donde aprendió de la excelencia académica y la disciplina. Y siente que en su paso por el ITESO, tanto como estudiante como profesora, esto se duplicó. 

“El ITESO fue muy importante en mi carrera porque me dio una brújula. Cuando trabajaba en la empresa petrolera, sentía esta conciencia que me decía, ‘no quiero estar aquí’. Al final de cuentas, el petróleo y el dinero mueven muchas cosas negativas en este mundo. Y quería buscar una empresa que admirara y que me encante”. 

Sus padres le dieron una formación de impulso, que corrió por la familia. Tiene un hermano egresado de Ciencias de la Comunicación del ITESO que trabaja en Deutsche Welle, en Alemania. Su hermana, también egresada de esta carrera, trabaja en temas de transparencia social, y otro hermano que también estudió Diseño. 

“Siempre nos pusieron todas las herramientas para creer en nosotros”, afirma. 

Todas las opiniones en este artículo son propias de la entrevistada y no reflejan la visión o los valores de Amazon. 

Quienes estudian Diseño en el ITESO desarrollan habilidades para crear propuestas de comunicación gráfica y publicitaria; proponen sistemas de producción y solucionan problemas de diseño mediante el desarrollo de productos; crea conceptos, gestionan y desarrollan proyectos que contribuyan al crecimiento de comunidades y empresas; y aplican su creatividad para materializar ideas y objetos que respondan a las necesidades de la sociedad.

¿Te interesa la carrera? Revisa aquí el plan de estudios: https://carreras.iteso.mx/diseno