En las aulas, en despachos gubernamentales, en las calles de medio planeta, en congresos, en la Vía RecreActiva o en las “Vías Verdes” de Jalisco, Gabriel Michel ha sido un caminante en toda la extensión de la palabra.

Después de terminar a mediados de los 80 la carrera de Arquitectura en el ITESO, Michel ha puesto sus habilidades y conocimientos al servicio de una simple y compleja causa: generar mejores ciudades en América Latina.

Michel

En su sitio web www.gmichel.mx es posible visualizar la vasta experiencia acumulada por alguien que se estrenó como profesor del ITESO hace 25 años, pero valía la pena entrevistarlo para conocer un poco más sus motivaciones, pasiones y filosofía de trabajo, con el pretexto del Proyecto de Aplicación (PAP) que coordina este semestre, en colaboración con su colega Mónica Solórzano: la “Vía Verde de Chapala”, cuyas acciones de rehabilitación y conservación abarcan municipios como Ixtlahuacán de los Membrillos o Juanacatlán.

Aquí está parte de esa entrevista con Michel:

De tus maestros, ¿quiénes fueron tus guías o tutores principales?

Principalmente dos: Javier Díaz Reinoso… pienso que es uno de los mejores arquitectos que ha producido el ITESO, y Alejandro Ramírez Ugarte, que también fue Director de la Escuela de Arquitectura, y que aprendí mucho de él, en el sentido de tener una visión más relajada de la vida y una visión muy práctica de la profesión. De Javier Díaz aprendí mucho, sobre todo el amor por la profesión, el apasionarse por ella y el divertirse con la arquitectura.

Fuiste secretario del arquitecto Ignacio Díaz Morales, ¿hay algún recuerdo de tu trabajo con él o de tu aprendizaje como alumno?

Fue un gusto el participar con Díaz Morales, primero como estudiante, porque aprendimos muchísimo de él, y luego en su despacho. El momento en que yo participé con Díaz Morales ya fue en sus últimas etapas, entonces estar en su despacho era como estar en una caja de sorpresas. Todo archivo, toda caja, era descubrir elementos históricos de la ciudad y ver proyectos de los que no se platicaba en clase.

Digamos que Díaz Morales fue en cierto modo polémico (de él son la Plaza de la Liberación o el Templo Expiatorio), quizá más cuando él estaba construyendo, pero más allá de eso, ¿tienes alguna historia que descubriste o que comprendiste por qué había hecho tal o cual cosa que tú no aceptabas?

Te podría decir que mi aprendizaje con Díaz Morales no lo he terminado de asimilar, porque cada vez que me meto a estos procesos de cuestionarse y de tomar una postura ante una situación específica, voy retomando estos elementos de la teoría de la arquitectura, entonces te puedo decir que Díaz Morales sigue muerto y yo sigo aprendiendo de sus clases cuando las repaso y veo esas partes.

Sobre la parte polémica yo te puedo decir que la práctica profesional va a tener una serie de elementos muy particulares, y cada elemento y cada proyecto tienen una historia y una especificidad muy, muy concretas… En ese sentido, pues todo mundo tenemos que hacernos valer de los distintos elementos a los cuales tenemos que juntar para dar la mejor solución.

¿Qué se ha hecho bien en Guadalajara en términos urbanos y en términos del medio ambiente con el que cuenta?

Creo que la primera fortaleza que tiene esta ciudad son sus habitantes. Los tapatíos, ya sea por nacimiento o por adopción, quienes estamos aquí la queremos y la criticamos por lo mismo que la queremos. Lo más importante de la arquitectura es el ser humano; otra de sus fortalezas es que siempre ha sido una ciudad bicicletera. En el tema del ciclismo sigue siendo una ciudad de vanguardia a nivel nacional, y esto ha contagiado al estado.

Las perspectivas en este sentido pueden ser muchas, hay muchos proyectos, mucha gente que está involucrada, muchos grupos sociales muy interesados por generar una ciudad mucho más amable, más acorde al ser humano. El tema no es la bicicleta, el tema es cómo con la bicicleta se pueden jalar otro montón de puntos que vienen junto con ella: la reforestación, los servicios, la infraestructura como los buenos alumbrados, el mobiliario urbano, las paradas de camión adecuadas y amables, los botes de basura, todo el manejo del espacio público de manera integral con los peatones, el transporte público y las alternativas para poderse mover y llevar clientes y productos.

¿Por qué has andado de pata de perro por el mundo?

Es una herencia familiar, por así decirlo. Ya llevo 33 países que he recorrido, y cada viaje es un gran aprendizaje, trato de vincularlo con algún tipo de actividad profesional o como una especie de transición.

¿Cuáles han sido los lugares que más te han impresionado o formado?

Son cuatro, y es indescriptible la sensación de estar en esos espacios. En esto nos podemos pasar platicando horas y horas, pero son lugares que me han dejado impactado físicamente.

(Esos lugares son: Palenque, Chiapas; la Sierra Tarahumara; la Catedral de San Marcos, Venecia, y Machu Picchu, en Perú, país que visitó en diciembre de 2013 para participar en el congreso de las Redes de las Vías Recreativas de las Américas.

¿Y parte de esos viajes es conseguir mapas?

Sí, los mapas me gustan mucho, y los he ido coleccionando porque creo que el ver plasmado en un papel lo que estás viendo o lo que puedes ver, es una interpretación o un “graficación” de la realidad.

¿El mundo es como los mapas?

Es que más bien es la visión que tú tienes del mundo, es la visión con la cual tú construyes el mapa, es un aspecto científico, un aspecto social. Científico porque por medio de la geometría descriptiva tú trabajas un mapa, y social porque desde el punto de vista político o social quieres leer el mapa.

¿Cuál sería el mapa más impresionante o el más hermoso?

Los más impresionantes son estos: el mapa del hambre y el mapa de la riqueza. El más hermoso es el que tú vas construyendo cada vez con tus sueños y la ciudad y el mundo que quieres construir.

Las ideas que se construyen en un aula pueden luego verse en la ciudad, y existe toda esta tradición en Arquitectura del ITESO, ¿ha sucedido con tus alumnos?

En los más de 25 años que he dado clase en el ITESO recuerdo con singular cariño y aprecio a una generación que por azares del destino me tocó darle una clase en primero, otra clase en segundo, tercero y hasta prácticamente al terminar… Me hice muy amigo de ellos.

Dicha generación, recuerda Michel, ideó una red de ciclovías para la ciudad que por distintas razones no se concretó, pero que le abrió la puerta al tema de la movilidad no motorizada y a uno de los proyectos más apreciados por los ciudadanos de esta urbe: la Vía RecreActiva.

“A partir de ahí se pensó y desarrolló la Vía RecreActiva [de la cual Michel fue director], surgieron los grupos sociales que han desarrollado esta gran cantidad de activismo, de tal manera que hay más de 30 grupos que desarrollan recorridos ciclistas todos los días de la semana, en todas las zonas de la ciudad”, rememora.

“Actualmente, el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) en el que participo es la Vía Verde de Chapala, que es la continuidad del proyecto de la Vía Verde del Mariachi impulsado por Mónica Solórzano (Doctora en Arquitectura), docente del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del ITESO (DHDU), dos proyectos en los que han participado más de 100 estudiantes”, refiere Michel, quien, además de su labor docente en la universidad llegó a coordinar el Programa Vías Verdes de la Secretaría de Cultura Jalisco, del cual ahora es asesor:

“Es un proyecto muy interesante y muy cercano al ITESO, porque el que hizo el plan maestro fue Javier Díaz [docente], con fuertes fundamentos sociales que tienen que ver con recuperar la memoria histórica de estos senderos por donde pasó el ferrocarril y rescatar la memoria histórica –desde la época prehispánica hasta nuestros días– y posibilitar el desarrollo social de estas comunidades.

La universidad puede ser un semillero de proyectos y propuestas para la ciudad; estoy convencido de esto, lo he visto y lo he vivido”. Texto Humberto Orozco Fotos Roberto Ornelas/Luis Ponciano/Archivo