En el contexto del Día del Maestro, celebrado el pasado 15 de mayo, 117 docentes de diferentes coordinaciones y departamentos de la universidad recibieron su nombramiento como titulares
Un final de ciclo, un Verano, dos ciclos completos, otro Verano en puerta. Miles de horas frente a la pantalla. Diversidad de plataformas: Teams, Zoom, Meet, Webex. En el último año, el ejercicio docente ha representado una serie de retos en los que la inmediatez está a la orden del día: prácticamente de un día para otro las y los profesores tuvieron que pasar del aula al ambiente en línea. A un año de vida pandémica, el balance es positivo. Y por eso, nada mejor que celebrar a uno de los actores fundamentales en esta realidad: el profesorado, que el pasado jueves fue celebrado en el marco del Día del Maestro en una ceremonia que sirvió también para que 117 profesores recibieran su nombramiento como titulares.
Como es una tradición, la celebración dedicada al profesorado comenzó con una misa que fue celebrada por Luis Arriaga, SJ, rector del ITESO y quien señaló que la fiesta de la tarde se enmarcaba en una celebración mayor: el arranque del Año Ignaciano, que conmemora los 500 años de que Ignacio de Loyola resultara herido en Pamplona, lo que iniciaría su camino de conversión en la fe.
Durante la homilía, José Martín del Campo, SJ, dirigió un mensaje a las y los profesores presentes en el auditorio Pedro Arrupe, SJ, y a quienes seguían la transmisión por Facebook y YouTube. El sacerdote felicitó al cuerpo docente por asumir “el difícil reto de ser formadores, sobre todo en este tiempo”. También señaló que el verdadero profesor “camina, testifica y acompaña a los alumnos a asumir su propia formación y a hacerse cargo de sí mismos y de los demás”.
El jesuita señaló que es importante “cuestionar nuestros saberes y habilidades para reinventar nuestra vocación”, y puso como a Jesús como un ejemplo de maestro que “acompañaba, preguntaba necesidades, liberaba de imposiciones y restituía la dignidad; daba respuestas concretas a problemas concretos”. Finalmente, invitó a las y los profesores a reinventarse y asumir la tarea de “educar en lo invisible. Sean maestros sabios para este mundo tan retante”.
Una vez finalizada la misa, se realizó el acto protocolario que fue encabezado por el rector, Luis Arriaga, SJ; el presidente de ITESO A. C., Guillermo Martínez Conte; y la titular de la Dirección General Académica, Catalina Morfín.
En el mansaje dirigido a las y los maestros, el Rector compartió con la audiencia su gusto por encontrarse de manera presencial y a distancia, y reiteró la “esperanza de encontrarnos pronto en el ITESO”.
Luis Arriaga, SJ, hizo un recuento del paso a la virtualidad y destacó el hecho de que en este periodo de contingencia llegaron al ITESO nuevas generaciones “gracias a la confianza que hay en la Universidad. Pero esa confianza no es gratuita: es fruto del trabajo profesional y comprometido que han desempeñado ustedes y quienes les han precedido”.
También se refirió al hecho de que el paso a la virtualidad fue relativamente sencillo porque “desde hace años el ITESO impulsa el uso de la tecnología en los procesos educativos, ya teníamos avances. Desde tiempo antes los profesores compartían las innovaciones y sus experiencias”. Este tiempo de educación a distancia, dijo Arriaga Valenzuela, ha reafirmado la vocación y el compromiso del profesorado con lo que significa ser docente y se alinea con los casi cinco siglos de la tradición educativa de la Compañía de Jesús, una tradición que busca formar personas y transformarlas, para que ellas a su vez transformen su contexto.
Finalmente, Luis Arriaga, SJ, señaló que pronto comenzará el “regreso paulatino” al campus en modalidades mixtas —es decir, presencial y a distancia— para seguir trabajando “en fortalecer a la Universidad y cuidar a la comunidad”.
La ceremonia concluyó con la entrega de los documentos que acreditan a los nuevos 117 profesores titulares. Quienes estuvieron presentes en el auditorio pasaron al presídium para saludar de puño, como dicta la nueva cotidianidad.
FOTOS: LUIS PONCIANO