La revista Rompemuros, proyecto derivado del PAP Incidencia en el Sistema Penitenciario, difunde las voces de personas privadas de su libertad, integrando los saberes de alumnas y alumnos de Psicología, Periodismo y Artes Audiovisuales.

“Lo que aprendí con ustedes no lo aprendería en ningún otro lado. Deseo que sean libres, así sea de espíritu, deseo que no dejen de escribir, no dejen de creer que una mejor realidad es posible, aun así ésta sea en el encierro. […] Deseo también, que nos volvamos a encontrar”.

Diego Sebastián Ramírez, alumno del PAP y estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Artes Audiovisuales

 

En el 2017 la profesora Danielle Strickland, del Departamento de Psicología Educación y Salud (DPES), recibió la propuesta de sus alumnos del diplomado “Crimen, Justicia e Inclusión Social” (del Inside-Out Prison Exchange Program y la UPN) para seguir colaborando con la producción de una revista penitenciaria.

“Para desarrollar el proyecto, se inició un seminario permanente de narrativas, un proyecto de investigación y acción participativa con sus alumnos y otros egresados del programa. Al final del año pasado, se decidió fusionar el seminario permanente con un nuevo PAP para aprovechar los conocimientos profesionales de varias carreras para mejorar y hacer crecer el proyecto, para difundir las voces de las personas privadas de su libertad mediante la publicación de proyectos escritos y audiovisuales de alta calidad”, comenta la profesora Strickland en entrevista.

El resultado es la revista http://rompemuros.mx, realizada en el Reclusorio Metropolitano del Estado de Jalisco, que da voz a personas privadas de su libertad. Este proyecto, derivado del PAP Incidencia en el Sistema Penitenciario, coordinado por la propia Danielle, integra las voces y saberes de alumnas y alumnos de Psicología, Periodismo y Artes Audiovisuales.

 

“Si tengo algo que agradecerle a mis compañeros del Metropolitano, es que me han recordado, sesión tras sesión, la importancia de quien se toma el tiempo para escribir”.

Marifer Llamas, alumna del PAP y estudiante de la licenciatura en Psicología

Los internos participan en el seminario como pares de los estudiantes del ITESO: Publican sus textos y dibujos en la revista Rompemuros, proponen y deciden los temas para cada número de la revista, así como para los proyectos audiovisuales.

Los estudiantes del PAP conforman la mitad del grupo del seminario de narrativas y, al igual que los estudiantes privados de su libertad, también leen y escriben, además de encargarse de la edición y corrección de estilo de los textos, el diseño editorial de la revista, actualizaciones de la página web y la difusión de la publicación, actividades que son inalcanzables para los de adentro.

Hasta el momento, el proyecto tiene cuatro revistas publicadas. La impresión de los primeros dos números fue de 200 ejemplares cada uno; por su parte, la impresión y presentación formal de los números 3 y 4 está pendiente debido a la contingencia por el Covid-19.

Justamente por la pandemia el contacto con los estudiantes privados de su libertad está muy limitado ahora, ya que la escuela del reclusorio no cuenta con equipamiento alguno para clases virtuales, pero sobre el tema, en la revista número 4 hay un texto de Fernando Pineda, estudiante privado de su libertad, que se llama El virus carcelario. 

Diego Sebastián Ramírez, egresado de la licenciatura en Comunicación y Artes Audiovisuales, llegó a este PAP – que generalmente se oferta como de la carrera de Psicología – con una propuesta a Danielle con proyectos que podría desarrollar, y por ello fue aceptado.

“Yo iba en blanco, sabía que íbamos a ir a la cárcel e íbamos a tratar con personas privadas de su libertad, pero jamás me imaginé hasta qué punto nos íbamos a involucrar con estas personas”, dice.

Sebastián comenta que el ir y platicar con ellos semanalmente “sí te cambia, de alguna manera los empiezas a ver como iguales, comienzas a entenderlos y se genera un vínculo. Más que nada, creo que se genera la capacidad de empatía, de ponerte en su lugar, de verlos como personas que tomaron decisiones distintas, con vidas distintas a la mía, pero personas”.

«Los admiro mucho porque, a pesar de todo, del tiempo, de las adversidades, de lo que sí hicieron y lo que no, de lo que los motivó a hacerlo, están en una etapa de superación, una superación que me ha sorprendido y conmovido en más de una ocasión.» Texto y foto: Diego Sebastián Ramírez

Él, al no saber qué esperar, comenzó el PAP con los estimas y prejuicios de la sociedad, de la familia y de los amigos, pero el trato con los alumnos privados de su libertad le cambió la perspectiva, dejándole el aprendizaje de tratar a las personas como iguales.

Otros aprendizajes que le dejó este PAP fue el poder emplear todo lo aprendido en su carrera en un proyecto sin supervisión de algún profesor de su área profesional, y la persistencia de lograr sus objetivos. “Yo me propuso documentar lo que pudiera de la experiencia, y lo logré”, declara.

Sebastián comenta que la última vez que se vieron jamás consideró que fuera la última, y desde entonces, en más de una ocasión sus frases y sus enseñanzas.

“Aunque dicen que ellos aprenden de nosotros, en realidad ellos me han enseñado a tener una perspectiva distinta. Por ejemplo, de algunos fuimos prácticamente su única visita, su único contacto con el exterior, y nos han externado en más de una ocasión que fuimos lo mejor de su encierro”, comparte.

«Escriban, mantengan la fe, explotemos esa creatividad y emociones encontradas, conózcanse, atrévanse a lo desconocido, muestren su sentir, escuchen con atención y respetémonos.» Texto: Lorena Godínez; Foto: Diego Sebastián Ramírez