Desde el Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales se apoyó el desarrollo y registro de una intervención que busca reducir y aprovechar las vinazas que resultan durante la producción del tequila, disminuyendo así la contaminación

Es de sobra conocido que el tequila es uno de los sellos más distintivos de Jalisco. No en vano, hace algunos años el llamado paisaje agavero y las antiguas casas productoras de tequila fueron declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Sin embargo, la producción del tequila es, también, un problema ambiental. Las tequileras son, afirma José Orozco, la segunda fuente de contaminación del estado. Y uno de los agentes más contaminantes durante la producción del tequila son las vinazas, como se conoce a las aguas residuales que resultan durante la destilación de la bebida; de ahí la importancia de la patente que se ha obtenido para el desarrollo de un proceso que reduce el impacto contaminante de las vinazas. 

Esta innovación para la producción del tequila ha sido impulsada por el Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales del ITESO. La idea original fue diseñada por Nicolás Hernández Gil, y el objetivo inicial era disminuir hasta en un 50 por ciento la carga orgánica de las vinazas del tequila, a través de un tratamiento que remueve levaduras del mosto en un proceso físico, mientras que el restante puede ofrecerse como un subproducto muy atractivo para las industrias farmacéutica y alimenticia. 

Ileana Serrano Fraire, coordinadora de la Unidad de Transferencia del Conocimiento del Centro para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Cegint) del ITESO, explica que el desarrollo de esta innovación comenzó en 2015 y señala que se le ha dado acompañamiento a la investigación para brindarle la protección de la propiedad intelectual. “El ITESO busca que el desarrollo tecnológico y del conocimiento se aplique, y asume la obligación de protegerlo y patentarlo para evitar que un tercero se lo apropie”, dice. 

La coordinadora explica que la importancia de buscar la patente radica en que sean los desarrolladores quienes decidan cómo se va a difundir la innovación. Si no está patentada, “existe la posibilidad de que un tercero se beneficie y haga algo que tú no quieres hacer”, como lucrar con una invención que tiene por objetivo un impacto social y ambiental, como es el caso del proyecto del proceso mejorado para la producción del tequila y otros destilados de agave. 

Para la implementación del proyecto se trabajó de cerca con el Consejo Regulador del Tequila, ya que, a fin de lograr la patente, era importante que la innovación en el proceso fuera validada en un ambiente real. Serrano Fraire afirma que también han trabajado con productores para avanzar hacia el escalamiento industrial. 

Por otra parte, también se ha mencionado la posibilidad de buscar una vinculación con el gobierno del estado para que apoye a que sean más los productores que incorporen el proceso mejorado en su producción. En todo momento, concluye Ileana Serano, «el ITESO estará brindando acompañamiento para la transmisión y aplicación del conocimiento”. 

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