Conoce las implicaciones que tiene el «tirar» o llevar un gatito al campus

Durante la pandemia hubo un incremento significativo de felinos dentro del campus, así que un grupo formado por personal de Servicios Generales, administrativos y académicos del ITESO se organizó para atender no solo las necesidades inmediatas y básicas de los gatos, sino evitar, en el mediano plazo, una sobrepoblación que con el tiempo podría convertirse en plaga.

Gracias a la intervención oportuna de este grupo de itesianas e itesianos, las colonias de gatos que habitan en el campus han salido negativas a sida y leucemia felino; gracias a esto es que se han podido acomodar gatitos en diferentes casas.

Hace algunas semanas apareció en el campus un gatito casi agonizando debido a lo enfermo que estaba, lo que resulta extraño, ya que ninguno de los más de 70 gatos a los cuales se han intervenido ha estado en una situación tan deplorable, así que probablemente se trató de un gatito al que llevó al campus alguna persona.

Si se considera que abandonar a un gato externo en el ITESO es una “buena acción” porque en el campus tendrá atención y cuidado, no solo va en contra del reglamento, sino que pone en riesgo tanto a los gatos y las demás especies que co-habitan en el campus como a las mascotas particulares.

El tener una población gatuna controlada en el ITESO [esto es, que no sea mayor la cantidad de gatos que la de otra especie que cohabita en el campus], ayuda al balance del ecosistema de la universidad. Y para lograrlo, el equipo de voluntarios de Gatos ITESO se preocupa no solo por esterilizar a los gatitos que ya se tienen ubicados en el campus y que faltan por atender, sino en tener un control de salud de ellos por medio de pruebas para detectar alguna enfermedad, atender sus necesidades básicas de alimento y detectar a los que tengan la personalidad de pertenecer a un hogar y darlos en adopción.

¿Quieres ayudar? Sigue la cuenta https://www.instagram.com/gatos.iteso/ para enterarte de las formas de hacerlo.

FOTO: Luis Ponciano