Sophia Fernández y Marco Antonio Landeros, estudiantes del ITESO, cuentan su experiencia al haber participado en las misiones organizadas por el Centro Universitario Ignaciano.
«No quedarme quieto y buscar más allá de las aulas» fue la filosofía que motivó a Marco Antonio Landeros a asistir en 2012 a las Misiones Universitarias de los jesuitas. La experiencia le fue tan significativa que en 2013 volvió a ir. Estas misiones se realizan durante Semana Santa con el propósito de celebrar estas fechas con distintas comunidades.
Por su parte, Sophia expresa que algo que caracteriza a las misiones del ITESO es el servicio social que se realiza en las comunidades a las que van los alumnos. «Te involucras mucho con la gente que visitas. Conoces a qué se dedican, los ayudas a trabajar, convives con los niños».
La primera vez que Marco Antonio, estudiante de Relaciones Industriales, fue de misiones, le tocó en Zongolica, Veracruz, una comunidad náhuatl, donde pudo ver su sincretismo religioso y la pobreza en la que viven. Para Landeros, el poder alejarse de sus barreras y poder compartir con las personas fue una gran riqueza.
En 2013 fue a la comunidad de Lázaro Cárdenas, Veracruz. Al principio le dio miedo ir solo, no por el hecho de no conocer a nadie, sino porque desconocía las liturgias y los rituales a celebrar. Para su fortuna, expresó que dentro de los manuales que le brindaron los jesuitas venían las celebraciones de esa comunidad.
Para Marco Antonio, la comunidad de Lázaro Cárdenas, a pesar de ser muy pequeña, unas 20 familias, era muy poco unida. “Por medio del futbol pude acercarme a los niños, quienes ayudaron a que la comunidad se uniera, y a su vez esta también lo hiciera con otras comunidades cercanas”. Landeros agregó que por iniciativa de los niños y de él, organizaron un mini torneo de futbol entre comunidades.
Para Landeros ir de misiones ha sido una experiencia que ha generado en él algunos cambios al ver la realidad desde otra perspectiva. “Recibo muchísimo y siento que doy muy poco”, manifestó. También ha participado en las Brigadas Chiapas organizadas por el Centro Universitario Ignaciano desde 2012. A pesar de que se graduó este semestre, está coordinando las brigadas del próximo año, las cuales arrancarán labores en eenero.
«Los extrañas cuando vuelves»
Durante una semana, Sophia fue como misionera al municipio de Tatahuicapan de Juárez, en Veracruz, en específico a la comunidad de Tecolapan, con aproximadamente 200 personas náhuatl.
“Para ir de misiones no se necesita ningún requisito en específico, sino tener las ganas, la actitud. Mucha gente cree que debes saber mucho de Dios o ser sacerdote para ir y la verdad no es así”, explica Sophia.
Comenta que a pesar de ser una semana tensa “te relacionas tanto con las personas que las extrañas al volver a tu casa. Conoces más de tu cultura, regresas con ganas de compartir con todos lo que te pasó al irte de misiones y con una sensación de plenitud. Yo tenía muchas ganas de ir. Nunca vas a regresar triste, siempre vas a regresar contento porque sabes que vas a recibir muchísimas cosas de todas las personas de la comunidad”.
Esta temporada vacacional puedes unirte a las misiones que irán a las comunidades jesuitas de la sierra de Tatahuicapan Veracruz del 14 al 21 de diciembre. Si quieres más información, escribe al correo misionesjesuitasgdl@gmail.com o entra a la página de Vocaciones Jesuitas.
Un espacio para encontrar resguardo
“Increpa a Dios, pregunta, y si no hay respuesta después de ocho días de estar tranquilo preguntando, entonces puedes decir no hay (Dios) o puedes decir sí hay y me comunica esto”, dice Jorge Ochoa, SJ, al explicar la experiencia de los ejercicios espirituales.
Para Ochoa las personas están muy expuestas a muchas suposiciones “no solo sobre Dios sino sobre nosotros mismos: cómo debemos ser, cómo aparecer ante los demás, qué imagen debemos dar, qué exigencias debemos cumplir”, por lo que define a los ejercicios como la búsqueda de un resguardo de las voces que los rodean y encontrar su voz.
En los días que se dedica a la búsqueda de entablar un diálogo con Dios solo se marca una guía. “Tú vas a hacer el camino, pero es importante tener un mapa de ruta (…) y saber que hay una presencia que le da sentido a todo esto”, comenta. Si quieres inscribirte a los Ejercicios Espirituales que guiarán los jesuitas de la Red Juvenil Ignaciana, del 14 al 22 de diciembre, acude al Centro Universitario Ignaciano, ubicado en el edificio A del campus ITESO o síguelo en Facebook, dando clic aquí. Texto Claudia Flores y Brenda Galindo Foto Cortesía Sophia Fernández