Integrantes del colectivo Conexiones Climáticas sostuvieron una charla en la que exhortaron a la comunidad universitaria a sumarse activamente al cuidado del medio ambiente, e invitaron a no perder la esperanza

Desde hace casi 40 añosse le ha llamado de muchas formas: calentamiento global, cambio climático, crisis climática. También se han firmado muchos acuerdos: el Protocolo de Kioto y los Acuerdos de París, por mencionar dos. Y, sin embargo, el hecho es que la contaminación continúa y el planeta sigue calentándose: a la fecha, el incremento de la temperatura suma 1.2 grados centígrados, y los especialistas han señalado que, de llegar a 1.5 grados, se alcanzará un punto crítico. También han dicho que la humanidad ha arribado a un escenario en el que ya no se puede revertir el cambio climático, de tal manera que la apuesta habría de ser por detener la velocidad a la que avanza. Durante la charla «Tiempo de acción ante la crisis climática», que tuvo lugar el 23 de marzo en el auditorio D-2 del ITESO, el llamado fue a no perder la esperanza.

El hilo conductor de la charla lo llevaron integrantes del colectivo Conexiones Climáticas. Pablo Montaño, coordinador general del grupo y egresado de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Gestión Pública del ITESO, realizó una presentación en la que expuso de qué manera se ha ido empeorando la crisis climática y cómo se han cometido errores en la comunicación de ésta, mismos que han ocasionado, muchas veces, que las personas vean el problema como algo lejano.

Montaño puso como ejemplo una de las primeras imágenes que se usaron para comunicar la emergencia del calentamiento global: un oso polar flota aferrado a lo que queda de un iceberg que se ha derretido. La dificultad al servirse de esta foto es que el Polo Norte está muy lejos. Sin embargo, los efectos del calentamiento están aquí, en Guadalajara: en 1988 había 29 días al año con temperaturas de 32 grados centígrados; en 2017 hubo 52 días así, y la proyección es que para 2068 serán 124. Pero no es todo el problema: la crisis climática también incide en la migración, en la fuerza de fenómenos naturales como huracanes y ciclones, en los incendios forestales, en las plagas y en las sequías.

Por acuerdos no se para. Pero resulta que los años en que ha habido más acuerdos internacionales para frenar la situación, son también en los que más han aumentado las emisiones que contribuyen al calentamiento global. Sin embargo, dijo Montaño, «la Covid nos enseñó que sí podemos tomar acciones globales drásticas, que estamos dispuestos a asumir grandes costos, que los sistemas económicos son moldeables, que podemos cambiar patrones de trabajo y estudio, y que tomar decisiones a destiempo es algo que cobra vidas».  

Montserrat Ledezma, coordinadora de Proyectos de Conexiones Climáticas, habló del trabajo que han venido realizando con diferentes colectivas y resaltó la importancia de generar redes de colaboración. Porque hay grupos trabajando en diferentes puntos del país. Por su parte, Camila Jaime, voluntaria en el colectivo, expuso su experiencia en el activismo y dijo que es importante «compartir esperanza. Somos más los que queremos el cambio». 

Durante la presentación también hubo espacio para que Mariana Carrillo, egresada del ITESO y quien actualmente trabaja en el tema de sustentabilidad, detalló todos los esfuerzos que ha realizado la universidad para atender el tema ambiental, labor en la que están involucrados los alumnos, la academia y la institución. Explicó que 96 por ciento de los edificios del ITESO han sido acoplados o diseñados de origen para operar como edificios inteligentes, a fin de optimizar el uso de la energía eléctrica y el consumo de agua. Destacó los más de 97 mil metros cuadrados de vegetación forestal y mostró una gráfica en la que se aprecia cómo, a pesar de que desde 2005 han aumentado las construcciones en el campus, el consumo de kilowatts ha disminuido.

También habló del trabajo que se realiza para el cuidado del agua, que incluye procesos de infiltración al subsuelo, además de mostrar los proyectos en materia de movilidad y desde la academia. Mientras Montaño, Ledezma, Jaime y Carrillo hablaban en el auditorio, una densa nube de humo se alzaba desde La Primavera a causa de un incendio en una de las zonas que no se quemaron el año pasado. Cuestionado sobre cómo mantenerse en la lucha cuando los acuerdos de las naciones no sirven y los gobiernos locales parecen no interesarse en el tema, Pablo Montaño señaló que «debemos aprender de quienes resisten sin esperar que las cosas vuelvan a ser como eran, como las comunidades indígenas. Hay que resistir contra un modelo aplastante que ha logrado vendernos la idea de que no se puede. Hay que luchar; seguro vamos a perder en muchos temas, pero también vamos a ganar otros». 

FOTO: Roberto Ornelas