“En México, las mujeres no gozamos de una ciudadanía plena, porque no contamos con el principio básico de la democracia, que es la igualdad”. La declaración es contundente y pertenece a Marcela Lagarde, doctora en Antropología por la UNAM y especialista en perspectiva de género, feminismo y derechos humanos, quien fue invitada al ITESO para charlar sobre estos temas con alumnos y profesores.
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Con cerca de 20 millones de vistas hasta el cierre de esta edición, el video en YouTube “Ten Hours of Walking in NYC as a Woman”, ha despertado toda clase de comentarios relacionados con el acoso sexual
Lagarde apuntó que México sufre de violencia de género sistemática. “Sigue patrones de comportamiento en las conductas violentas y no está, como en otros países, exclusivamente ligada a la pobreza, a la exclusión o la marginación. Vivimos violencia mujeres de muy diversas condiciones sociales y económicas”.
La también escritora de libros y artículos sobre feminismo, ha tenido contacto directo con distintos tipos de violencia contra mujeres y niñas que la llevan a entender sus diferentes matices.
“La violencia de género tiene una matriz sexual, aunque no siempre se exprese de esa forma”, declaró. La violencia está apuntalada socialmente y puede ser desaprendida si se tiene la disposición, es decir, “la violencia se decide”.
Prácticas de violencia hay viejas y nuevas. Una de las más frecuentes es el estándar estético que se espera de las mujeres, una forma de violencia psicológica. La antropóloga detalló que generaciones enteras han impuesto estereotipos estéticos que son pensados para la complacencia masculina; los hombres se los suelen exigir, y a veces las propias mujeres los acatan para ser validadas ante ellos.
“La violencia se decide”
El acoso sexual, por ejemplo, ha evolucionado con las nuevas tecnologías y las redes sociales; la exposición de fotos de desnudos sin el consentimiento de sus dueñas y el cyberbullying son dos ejemplos.
Lagarde llamó a los hombres a sumarse y hacer conciencia de sus propias historias como víctimas de violencia y así construir una conciencia de género empática.
“Las mujeres, más que su amor, queremos su empatía; la empatía es el afecto del Siglo XXI, el poder ponerse en los zapatos del otro, de la otra”.
El feminismo como forma de vida
Lagarde también sostuvo una charla abierta en el Museo de Arte Raúl Anguiano, la tarde del miércoles 29 de octubre, en la que abordó la historia del feminismo en México.
“El feminismo, o pasa por nuestras vidas, o no vale la pena, porque entonces es una causa tan enajenante como otras causas que no prosperan; ha sido una práctica de vida, antes que una teoría”.
El feminismo ha tenido actividad casi ininterrumpidamente en este país desde hace dos siglos, pero, según la antropóloga, comenzó a tener resonancia a principios del Siglo XX, a través por ejemplo del arte de figuras como María Izquierdo, Frida Kahlo o Carmen Mondragón (conocida como Nauhi Ollin).
“A veces las feministas logramos avanzar un centímetro… Pero qué centímetro”, añadió, al referirse a los más recientes logros en las leyes que rigen la Ciudad de México.
La capital del país reconoce hoy el derecho al aborto por violación, la sociedad de convivencia y la despenalización del aborto durante las primeras 12 semanas de gestación. Lagarde también colaboró en la promulgación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Uno de los retos actuales del feminismo, consideró, es el reconocimiento de la autoridad de las mujeres, no entendido como autoritarismo, sino como el reconocimiento de que sus saberes y experiencias pueden servir a los demás.
“Hablando de tanta lucha y tanta discriminación y tanta exclusión, a veces no hablamos con suficiencia de la dimensión placentera del feminismo; porque no solo hemos sido unas necias apegadas al insistencialismo, sino también al feminismo gourmet, un feminismo que aprecia la estética, la paz, la igualdad y las diferencias, y eso solo lo puede construir cada mujer”. Foto Archivo