La diseñadora tapatía Paulina Luna compartió cómo fusiona la moda y la arquitectura en sus colecciones.
La escultura La serpiente de El Eco, la instalación How to Entangle the Universe in a Spider Web, la Escuela de Ballet Folklórico de México construido en 1968, la pirámide El Adivino en Uxmal y la conquista de México tienen en común ser la inspiración para las colecciones de la diseñdora tapatía Paulina Luna, quien compartió su trayectoria e inspiración para sus colecciones.
Lo que caracteriza a su marca homónima es la arquitectura, estructura de sus prendas y que para ella “la feminidad no es el rosa o las siluetas acentuadas, va más allá de los estereotipos”, no por nada sus piezas tienen cortes andróginos, usa primordialmente colores neutros, aunque de vez en cuando, sobre todo en su última colección hay una presencia bastante colorida. De las prendas destaca su forma, lo angular o su fluidez natural. Con sus diseños de calzado llega a expresar más la parte arquitectónica de su inspiración con ayuda de los materiales, tanto que parece que llevas esculturas en los pies.
Para crear una colección no sólo le basta inspirarse, explicó, ya que detrás hay un extenso periodo de investigación, de campo y bibliográfico, de los sujetos y sus obras, los colores y formas lo que termina generando en ella una gran necesidad de expresión.
Para Paulina Luna el trabajo en equipo es tan importante para el éxito como la consistencia, la disciplina y la perseverancia “no hago esto yo sola” y es que su equipo de trabajo, todos tapatíos y en su mayoría mujeres, son quienes la ayudan a crecer. Otra clave para el éxito es no tener “miedo a experimentar” o “miedo al fracaso”, esta forma de pensar la lleva a concentrarse más en el concepto que en el qué dirán o si lo compraran o no, permitiéndole dar rienda suelta a su creatividad, dejando a un lado el “no funcionara” y atreviéndose a “hacer algo que va más allá de lo normal”.
Esta conexión que tiene la diseñadora con la arquitectura no es mera casualidad o una simple respuesta a la moda actual, este amor tiene sus orígenes desde que ella tenía cinco años con un papá arquitecto, le nace la inquietud por empezar a desarrollar y él la fue involucrando en esta forma de expresión artística que él tiene como profesión. A los diez años uno todavía es muy pequeño para entrar de lleno a una obra de construcción, pero Luna encontró el medio perfecto para intervenir y crear arquitectura a tan temprana edad, los textiles. Después se profesionalizó y entró a todos los concursos habidos y por haber en la universidad, pero desde ese entonces unificó a la arquitectura y la moda como su forma de hacer arte.