El profesor del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO relató pasajes de la historia en la que los jesuitas han destacado en los ámbitos científico, político y social.

Datos como que los jesuitas definieron los límites fronterizos entre Rusia y China que permanecen hasta la actualidad; que al misionero Alexandre de Rhodes, SJ, se le debe el alfabeto que los vietnamitas utilizan, y que Atanasio Kircher, SJ, estableció los primeros vocabularios de la lengua copta (del antiguo Egipto) son una pincelada de la influencia de la Compañía de Jesús en el mundo.

En la conferencia «Los jesuitas en la historia de las civilizaciones», Alfonso Alfaro, profesor del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO, detalló la influencia de la Compañía de Jesús durante sus casi 500 años de existencia en procesos como la globalización del siglo XVI, que permitió unir a América con Europa y Asia.

El también director del Instituto de Investigaciones de Artes de México explicó que la expansión que emprendió Europa, en compañía de los jesuitas, no fue sólo en términos de evangelización, también fue cultural ya que los miembros de la compañía eran cartógrafos, navegantes y realizaron exploraciones.

«Hay una segunda labor de la Compañía en este periodo que es la labor de comunicación de este mundo que empieza a tejerse como un horizonte muy amplio», dijo y explicó que, además de explorar territorios, los jesuitas escribieron sobre lo que veían y lo informaban a través de su red interna de correspondencia y en publicaciones.

En este contexto, los miembros de la Compañía de Jesús realizaron una tercera función: construir sociedades.

«Crean vínculos sociales, forman lazos entre diferentes grupos. Por ejemplo, congregaciones de estudiantes, padres de familia e indígenas. Es decir, integran sociedades», añadió.

Encuentro entre civilizaciones

Alfonso Alfaro relató que el protagonista del encuentro entre el llamado mundo occidental y China fue el jesuita Matteo Ricci.

«Los chinos sabían más que los occidentales y tenían una ciudad más rica, organizada, eficaz, funcional. Las áreas en las que los occidentales tenían superioridad eran la física, la astronomía, el dibujo con perspectiva y las matemáticas. Gracias a esta superioridad en estos cuatro terrenos, los jesuitas pudieron ser admitidos en este mundo», comentó.

De China los jesuitas llevaron a occidente la noción de una sociedad donde el poder descansa en la meritocracia, ya que los gobernantes debían pasar exámenes antes de delegarles el poder.

Alfaro explicó que la meritocracia es la clave del funcionamiento chino y cuando los jesuitas la llevaron a Europa esto provocó una revolución en el pensamiento que aceleró la revolución francesa y el gran movimiento anti aristocrático en el siglo XVIII.

«Estos elementos fueron un aliciente muy activo para los grandes movimientos del siglo XVIII, que desembocaron en el fin del antiguo régimen y eso arrastró a la Compañía de Jesús a su desaparición durante cuatro décadas», detalló Alfonso Alfaro en relación con la supresión de la Compañía de Jesús decretada en 1773.

La Compañía de Jesús en el tiempo

Para dimensionar la importancia de la Compañía de Jesús en la historia mundial, Alfaro estableció cinco horizontes.

El primero de ellos es el de la vida de una persona que puede medirse por decenios, aquí se encuentran las circunstancias coyunturales como los gobiernos, las crisis económicas, la crisis de las violencias.

«Eso que es importante en nuestras vidas tiene un flujo breve, pero nuestra mirada no alcanza ver más allá y es fácil que tendamos a interpretar todo en términos de nuestra experiencia», explicó.

El siguiente horizonte es el de los siglos, en el cual el director del Instituto de Investigaciones de Artes de México situó a los sistemas como el capitalismo, el comunismo o la modernidad. Son procesos que suceden durante siglos.

En los procesos milenarios están insertas las civilizaciones. Es decir, formaciones culturales de grupos o sociedades con proyectos de largo plazo.

«La reflexión de hoy implica o concibe a la Compañía de Jesús como una institución que se mueve en el terreno de los milenios», afirmó el profesor.

El espacio de la historia natural o de la astronomía está por encima de estos tres horizontes. El último es el de la eternidad, el del espacio cósmico, en el horizonte de lo divino, explicó.

«Este es el horizonte natural en el que se mueve la Compañía de Jesús y por eso su relación con la historia está presente en los demás niveles».

Alfonso Alfaro señaló que la invitación en la encíclica Laudato Sí’ del Papa Francisco busca situar la labor de la humanidad en el horizonte de la naturaleza, «es una dimensión en la que la sociedad no tiene los instrumentos para manejar y sí una institución como la Compañía de Jesús, que tiene una permanencia de medio milenio. Es el terreno donde esta institución juega».

La conferencia completa puede verse en: https://youtu.be/BEEcrd_01d8