Que el discernimiento ignaciano se reconozca como el talante universitario del ITESO, es una de las encomiendas para el nuevo director del Centro Universitario Ignaciano.
“Impulsar en la comunidad universitaria un mayor conocimiento y apropiación de la espiritualidad ignaciana y del modo de proceder y misión de la Compañía de Jesús”, así se expresa el objetivo 1 en la Visión y objetivos estratégicos del ITESO 2017-2021 y es el núcleo del quehacer del Centro Universitario Ignaciano (CUI) cuya dirección fue confiada, a partir del pasado 22 de febrero, al jesuita Gerardo Valenzuela Rodríguez, SJ.
“Esta misión parte de nuestra vocación de sentirnos llamados y enviados ahora a acompañar, inspirar y compartir con la comunidad universitaria la espiritualidad que debe fundamentar y guiar nuestros procesos”.
La misión para el CUI en esta etapa, a decir de su nuevo director, no es un rompimiento sino continuidad y fortalecimiento “nos sentimos movidos a poner en juego nuestras capacidades y conocimientos, lo que somos y tenemos (…) para colaborar con fecundidad y creatividad al lado de todos ustedes en esta misión que compartimos como colaboradores de la gran obra que es el ITESO”.
Juan Carlos Núñez, director de Integración Comunitaria, señaló los avances más significativos de la etapa que condujo el director saliente del CUI Arturo Navarro, tales como el progreso en la configuración de los proyectos con una labor más universitaria, la revisión de los voluntariados y de los Proyectos de Aplicación Profesional, mejoras de la labor docente del Centro, apertura del Programa de Liderazgo Universitario Ignaciano con AUSJAL (Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina), relación más profunda con el Sistema Universitario Jesuita y con otras universidades, además de las mejoras en los procesos administrativos y formativos del propio personal del CUI.
Indicó que la misión encomendada al Centro en esta nueva etapa es una tarea que convoca a todos quienes comparten los ideales del ITESO y el cariño a esta universidad. “Cada persona, cada dependencia, desde su querer y desde su quehacer, tiene algo que aportar y lo está aportando; es necesario y urgente que nos coordinemos en estos esfuerzos, que no dupliquemos, que seamos eficaces y eficientes, esta será una tarea prioritaria de Gerardo y su equipo”, señaló.
En cuanto a los retos, el Rector José Morales, SJ apuntó que “ es complejo y difícil en la práctica encontrar una identidad funcional de los centros universitarios ignacianos en las universidades de la Compañía de Jesús, al menos en América Latina; la misión fundamental de un centro universitario ignaciano es dar a conocer y propiciar experiencias que faciliten la apropiación del carisma de la Compañía, su espiritualidad, su modo de proceder y su visión”.
Recordó que la Congregación General 36 menciona que debemos enfatizar tres elementos que constituyen el modo de proceder de la Compañía: el discernimiento, la colaboración y el trabajo en red. El discernimiento, dijo, “no se aprende en los libros, se aprende en la experiencia. De ahí que yo exhortaría a que en la planificación para llevar adelante este objetivo hicieran énfasis sobre todo en experiencias que propicien que el discernimiento sea como un talente de las personas, un talante de la universidad”.