El Día del ITESO y el cierre del Festival Cultural Universitario transcurrieron entre la música, el arte, el recuerdo de los orígenes de la universidad en un edificio del centro de Guadalajara y una misa en la que se reflexionó sobre el pasado y el presente de la institución.
En 1957 se firmó el Acta constitutiva que oficializaba el nacimiento del ITESO.
Casi seis décadas después, el campus celebró el Día del ITESO y la culminación del decimotercer Festival Cultural Universitario con una serie de actividades de las cuales aquí hacemos un recuento:
Los pequeños grandes músicos que llegaron al Arrupe
Los violines ensayaban sus partes a espaldas del Auditorio Pedro Arrupe, SJ, mientras los más pequeños del coro respiraban profundo para no dejar que los nervios se apoderaran de su voz.
Pero cualquier atisbo de inseguridad se esfumó de los miembros de la Orquesta Infantil y Juvenil Lomas del Paraíso y de los pequeños de los Coros Comunitarios Lomas del Paraíso y Anáhuac Garibaldi en cuanto fueron recibidos por un recinto lleno casi en su totalidad.
Sus familias, sus amigos de la cuadra, estudiantes, profesores y otros miembros de la comunidad ITESO disfrutaron de poco más de una hora de la música clásica, tradicional y contemporánea que ofrecieron los 271 alumnos de escasos recursos que han cambiado sus vidas gracias a este proyecto de enseñanza musical.
Dirigidos por Mónica Barbosa, el coro infantil interpretó canciones tradicionales como “La llorona” y “La bruja”, con una sutil interpretación histriónica y lúdica que provocó las risas de los más pequeños y los aplausos de los adultos.
Los Coros Comunitarios erraron su interpretación vocal con “Oye”, de Jim Papoulis, y mientras la orquesta se acomodaba en sus lugares su director, José Antonio Herrera, explicó a los asistentes los logros y retos de este proyecto iniciado en 2008 y apoyado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el cual les prestó en comodato la totalidad de los instrumentos.
“Es un proyecto social con mucha vena musical; no hemos dejado de encontrar en las colonias talento entre estos jóvenes”, expresó Herrera.
Para el gran final del concierto, los chicos interpretaron el “Primer movimiento” de la Quinta Sinfonía de Beethoven y “Marte”, de Gustav Holst, aunque los aplausos más sonoros se los llevó el “Huapango” de José Pablo Moncayo. Dos piezas de Arturo Márquez (“Danzón No.2” y “Alas”, pieza a la que se unieron los Coros Comunitarios) culminaron una velada en la que los noveles artistas fueron despedidos con aplausos de pie y peticiones de más piezas.
Misa en los jardines
Al aire libre y rodeados por las fotografías de la exposición “Territorios cruzados. Fotografía actual en México” montada en la Galería Jardín, los jesuitas Pepe Martín del Campo, Ricardo Herrera y José Morales, Rector del ITESO, oficiaron la misa para conmemorar el 58 aniversario de la universidad.
“[Hoy] rememoramos el pasado para hacerlo identidad en el presente”, dijo Martín del Campo, quien retomó las palabras escritas por el jesuita español Xavier Quinzá para proponer la creación de puentes entre la memoria, el pasado y el presente de la universidad y las personas que le han dado vida.
“La memoria de lo vivido es la biografía de nuestra identidad; somos en realidad aquello que recordamos ser, aquello de lo que podemos dar cuenta con cierta coherencia ante los ojos del otro y de nosotros”.
Textos Adriana López-Acosta y Enrique González Fotos Roberto Ornelas y Luis Ponciano