Aunque fue nombrado el 10 de enero y tomó las riendas de la universidad una semana después, finalmente tuvo lugar la ceremonia oficial de cambio de Rectoría, en la que Alexander Zatyrka, SJ, pasó a ocupar la silla de su predecesor, Luis Arriaga, SJ
El ITESO es una casa a la que siempre se regresa. A principios de año, Alexander Zatyrka, SJ, volvió al campus para asumir como nuevo Rector de la Universidad, luego de que fuera nombrado el 10 de enero. Regresó también Luis Arriaga, SJ, para participar en la ceremonia oficial de cambio de Rector, que tuvo como escenario el Auditorio Pedro Arrupe, SJ, y que congregó a las autoridades del ITESO, a la comunidad universitaria y a las autoridades de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús.
En su primera aparición como Rector ante la comunidad universitaria, Alexander Zatyrka, SJ, dijo llegar al ITESO «con el gusto de quien vuelve a casa, a esta comunidad de la que aprendí mucho durante mi estancia anterior. Qué gusto poder coincidir nuevamente en el servicio a nuestra comunidad universitaria».
Al hablar de la institución que hoy está a su cargo, Zatyrka señaló que «el sueño es una realidad. El ITESO es una institución de educación superior de primer nivel y referente fundamental en nuestro estado, en el país y más allá de nuestras fronteras». En ese sentido, dijo, quienes actualmente forman parte de la comunidad universitaria «somos herederas y herederos del espíritu de distinguidos jesuitas, hombres y mujeres de empresa, destacadas académicas y académicos, y de toda una comunidad colaboradora, que supieron unir su visión y capacidades para soñar en grande».
Sobre los tres cimientos del plan quinquenal que se realizó el año pasado —excelencia académica, identidad ignaciana e incidencia social y ambiental—, el Rector señaló que éstos «engloban los pilares fundamentales de la educación jesuítica: excelencia académica y excelencia humana, desde la práctica de la apertura a la trascendencia». También señaló que estas prioridades deben trascender las buenas intenciones para convertirse en «metas y objetivos concretos con resultados medibles, que nos permitan dar cuenta de los avances y áreas de oportunidad».
En tiempos en que la polarización divide a la sociedad y «se pretende volver a la ley del más fuerte», Zatyrka —descendiente de emigrantes ucranianos y que llevaba un pequeño pin con los colores de la bandera de Ucrania en una solapa de su traje— reivindicó al ITESO como «un espacio de diálogo, discernimiento y construcción de alternativas conjuntas para hacer frente a los múltiples problemas que vivimos. El diálogo sólo tendrá sentido desde el respeto reconocido a la dignidad y derechos de quienes participan en él. Dialogamos para conocer la verdad».
Finalmente, dijo que todos los integrantes de la comunidad universitaria están llamados a ser «receptores y transmisores del arte del buen saber para el bien vivir, del estudio minucioso y metódico de las partes sin perder de vista al todo, la armonía de la totalidad», y reiteró su compromiso de hacer todo lo que esté en sus manos «por asegurar que ése sea el centro de nuestro quehacer. En esta misión cuento con su apoyo».
Antes del discurso de Alexander Zatyrka, SJ, había hecho uso de la palabra Luis Gerardo Moro Madrid, SJ, padre provincial en México de la Compañía de Jesús, quien señaló que «vivimos tiempos inéditos, inciertos, desafortunados, con los tambores de la guerra y los ecos de la pandemia». Este escenario, dijo, ha venido replantear la manera en que se debe preparar a las y los estudiantes para que incidan en la realidad. «El ITESO no es ajeno a este cuestionamiento», agregó, y reiteró la importancia de formar «hombres y mujeres conscientes, compasivos, competentes y comprometidos».
El Provincial de los jesuitas hizo un listado de las tareas que deberían ser prioritarias en el trabajo de la comunidad universitaria, y que tienen que ver con lo académico, el espíritu ignaciano, la formación, la búsqueda de la internacionalización, la cultura organizacional, la salud financiera, la planeación, la vinculación y la incidencia, además de la consolidación del proyecto Prepa ITESO. Son, concluyó Moro Madrid, «tiempos para soñar y construir tiempos mejores, es tiempo de innovar».
Luis Arriaga Valenzuela, SJ, hoy rector de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México y quien regresó al ITESO para entregar el cargo a Alexander Zatyrka, SJ, agradeció la oportunidad de ver nuevamente a la comunidad universitaria reunida «bajo un mismo techo» y también dio las gracias a la Junta de Gobierno, a ITESO, AC, y a la comunidad universitaria por el apoyo que recibió durante su rectorado. De su paso por el ITESO, señaló: «me quedo con la certeza de que los esfuerzos individuales son inútiles sin la suma de la comunidad».
Dijo que entrega «un ITESO fuerte y con una ruta clara», que es un referente educativo y social y cuya comunidad universitaria está integrada por «gente comprometida y trabajadora».
Para simbolizar el cambio en la titularidad de la Rectoría, Arriaga cedió su silla en el presídium a Zatyrka, gesto que fue atestiguado por los invitados a la ceremonia, entre quienes se encontraron autoridades estatales, municipales, consulares, de la iniciativa privada, de otras universidades del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) y del estado, así como miembros de la comunidad universitaria.
Finalmente, en representación de las sociedades de estudiantes de la universidad, Leslie Sacramento Ornelas y Juan Pablo Ruiz Magaña entregaron un par de regalos a los rectores saliente y entrante.
Guillermo Martínez Conte, presidente de ITESO, AC; Alexander Zatyrka, SJ, rector del ITESO; Luis Gerardo Moro, SJ, padre provincial de la Compañía de Jesús en México; Luis Arriaga, SJ, rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, y Lorena Giacomán, asistente de Educación de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús.
FOTOS: Luis Ponciano