Conoce los proyectos ganadores del Concurso de Emprendimiento de Alto Impacto 2021 convocado por la Incubadora de Empresas Tecnológicas del Centro para la Gestión de la Innovación y la Tecnología del ITESO

Un estudiante de arquitectura que fabrica guitarras eléctricas artesanales de gran calidad, una psicóloga que diseña juegos de mesa dirigidos a la enseñanza de lenguaje Braille para los invidentes y lenguaje de señas para las personas con discapacidad auditiva, y una investigadora que utiliza los desechos óseos del avestruz para aliviar problemas de salud como los embarazos ectópicos, son los tres proyectos ganadores del Concurso de Emprendimiento de Alto Impacto 2021, convocado por la Incubadora de Empresas Tecnológicas del Centro para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Cegint) del ITESO. 

Para este año, la organización del concurso reportó el registro de 70 proyectos e ideas de negocio, los cuales pasaron por diversas etapas de capacitación hasta la selección de 10 equipos para una final en la que presentaron en vivo los detalles de sus emprendimientos ante jueces externos al ITESO. Los tres proyectos seleccionados recibirán, además de una beca para echar a andar su proyecto en la Incubadora de Empresas Tecnológicas, premios económicos de 200 mil pesos para el primer lugar, 100 mil para el segundo y 50 mil para el tercero.  

Conoce a detalle las historias detrás de las tres ideas de negocio ganadoras.

La búsqueda del mejor sonido  

Músico multiinstrumentista desde los seis años de edad y apasionado del jazz, Yeremi Dennis González siempre ha estado en la búsqueda de tocar y crear arte con instrumentos propios. Esa indagatoria personal lo llevo hace dos años a comprar herramientas para diseñar y fabricar sus propias guitarras eléctricas, un proyecto que comenzó como un taller en casa y escaló hacia una idea de negocio, Dennis Guitars, capaz de ganar el primer lugar en el Concurso de Emprendimiento de Alto Impacto 2021.  

“No me lo esperaba (ganar) y no me lo creo todavía, pero el proceso me ayudó muchísimo para el desarrollo de mi empresa. Si no fuera por el concurso, cuestiones como el esquema de monetización, estudio del mercado, costo unitario y otros temas, no los habría desarrollado», comentó el estudiante de quinto semestre de arquitectura del ITESO.  

El confinamiento sanitario por el COVID-19 afectó los ingresos de muchos músicos por la cancelación de conciertos masivos. Sin embargo, a Dennis le permitió profundizar en la elaboración artesanal de sus guitarras, utilizando maderas disponibles con costos bajos como el fresno de pantano y la caoba de Honduras para diseñar el cuerpo de la lira; y el maple del Pacífico y el tzalam para los brazos.  

Dennis destaca el ahorro en los costos de producción como una gran ventaja de sus guitarras respecto a las marcas tradicionales. Por ejemplo, una Gibson se fabrica en varios países (Brasil, Estados Unidos) y al ser un artículo de lujo, paga un arancel por ingresar a México, lo que repercute en precios superiores a los 70 u 80 mil pesos por instrumento.   

“La mayor parte de lo que nosotros pagamos por una guitarra como esa es importación, intermediarios y mano de obra más cara”, apunta. “Yo compro la madera a menudeo, pero aun así me sale muchísimo más barato de lo que les sale a ellos producir un instrumento. Si a ellos les cuesta 10 pesos, a mí me sale en 3 pesos a lo mucho”. 

Las guitarras eléctricas de Dennis están en un proceso de tener un sonido propio característico que las distinga de otras liras en el mercado. Para ello, desarrolla pastillas con diseños diferentes e imanes de neodimio que permitan una sonoridad más potente. Además, en el proceso de acabado no utiliza goma laca, para que “la resonancia sea más natural y no haya interferencia entre las ondas sonoras”, explica.  

Admirador de músicos jazzistas como Pat Metheny o George Benson, Dennis fue elogiado por jueces, asesores y competidores en el proceso de selección del Concurso de Emprendimientos de Alto Impacto. Ahora recibirá asesoría de la Incubadora de Empresas Tecnológicas para ver cómo invertirá los 200 mil pesos que recibió por ganar el primer lugar.  

“Lo primero que haré es mejorar mi taller, pero ya con miras a ir industrializando el proceso. Una de las cosas que yo les dije en mi presentación es que quiero combinar la precisión de lo industrial con lo artesanal, que mi producto tenga ambas cosas”, detalla. “A futuro, me gustaría meter maquinaria de precisión e ir desarrollando un producto en condiciones más masivas”.

Yeremi Dennis González, ganador del primer lugar en el Concurso de Emprendimiento de Alto Impacto 2021.  

Juego de mesa para ser incluyentes   

Mónica, adulta mayor de 63 años, perdió su visión por un glaucoma y necesitaba ayuda para iniciar una nueva vida aprendiendo a comunicarse a través del sistema Braille. Sofía Morgenroth, hoy egresada de la Licenciatura en Psicología del ITESO, la ayudó a adquirir este lenguaje adaptando unos cubos de plástico para facilitarle el proceso. Ese material también le permitió a Mónica aprender Braille de forma autónoma, ya que los estudios solo le permitían a Sofía verla una vez a la semana.   

Esta semilla sembrada hace dos años en un Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) germinó en Idélu, primera marca en México en crear juegos de mesa psicoeducativos que promueven la inclusión mediante el aprendizaje del Braille y de la lengua de señas para personas con discapacidad auditiva. El éxito de la idea se reflejó en el segundo lugar obtenido en el Concurso de Emprendimiento de Alto Impacto.  

“Ha sido un proceso emocionante crear mi propio trabajo y productos para ayudar a los pacientes y más personas a crear puentes e interactuar con personas con discapacidad y romper paradigmas, estereotipos y limitantes negativos contra ellas”, resume Sofía, ganadora del segundo lugar del Concurso de Emprendimientos de Alto Impacto 2021 junto a sus compañeros Nataly Salazar, estudiante de la Ingeniería en Sistemas Computacionales del ITESO; y Diego Pintor, alumno de Ingeniería Financiera 

Idélu, registrada como empresa apenas en enero de este año, ya tiene un juego de mesa en el mercado: Sprooch. Es un tipo de memorama con 81 cartas, 27 con el alfabeto en braille, 27 con el abecedario en lengua de señas y 27 con las letras latinas. Se dirige a todos los públicos, desde personas con discapacidad hasta psicólogos, maestros en educación especial o familiares que quieren enseñar a sus hijos o aprender por si mismos los lenguajes inclusivos.  

“Nos ha ido bastante bien, nos han contactado muchas personas de otros países  como Argentina, Chile, Colombia, Perú, Ecuador o Alemania que querían Sprooch, pero todavía no estamos preparados para envíos internacionales. Tenemos también dos distribuidores nacionales en Guadalajara y Ciudad de México”, menciona Sofía.  

Hacia el futuro, Idélu proyecta sacar cuatro juegos más al mercado, mismos que se encuentran en proceso de planeación. También espera diseñar Sprooch con tarjetas con relieve para las personas con discapacidad visual y mejorar su instructivo, incluyendo su acceso mediante código QR. Todo esto apunta a aumentar la conciencia social sobre la inclusión de las personas con discapacidad, un tema en el que México todavía está en pañales. 

“En redes sociales, ya es más frecuente que haya memes con lenguaje de señas o maestros ofertando cursos especializados. Faltan más recursos inclusivos, pero la gente, aunque no tenga familiares o amigos cercanos con alguna discapacidad, ya sabe de la importancia de tener estos conocimientos”, concluye Sofía.

Sofía Morgenroth, ganadora del segundo lugar del Concurso de Emprendimientos de Alto Impacto 2021 junto a sus compañeros Nataly Salazar, estudiante de la Ingeniería en Sistemas Computacionales del ITESO; y Diego Pintor, alumno de Ingeniería Financiera.

Desechos de avestruz para mejorar la salud  

La matriz ósea de avestruz es considerado un producto de desecho por los criaderos. Sin embargo, una investigación de 10 años demuestra que este componente puede ser utilizado para beneficio de la salud humana y animal. Ahora esos hallazgos podrán cristalizarse como una idea de negocio, ya que la investigadora Cecilia Erika Ramírez Alba consiguió el tercer lugar en el Concurso de Emprendimientos de Alto Impacto 2021.  

El primer uso es para fabricar implantes que reestructuren o regeneren el tejido de las trompas de Falopio luego de un embarazo ectópico, que es cuando el embrión humano se aloja fuera de la matriz, por lo general en alguna trompa uterina, haciendo inviable seguir con un embarazo normal y ocasionando complicaciones a la mujer como dolores intensos en el abdomen o sangrados vaginales. Aunque no es un problema que suceda con mucha frecuencia, es imperativo atenderlo rápidamente mediante cirugía.   

“Las trompas uterinas son un tejido que no se regenera sino que sana haciendo cicatrización, y ésta hace disfuncional a la trompa, por lo que se requiere de un implante para poderlas hacer funcionales”, explica Erika.  

El segundo hallazgo es la reutilización de los huesos de avestruz para fabricar un suplemento alimenticio dirigido al crecimiento óseo sano de razas grandes de perros como un gran danés, que con este producto obtendrán nutrimentos que no tienen al consumir las croquetas genéricas del mercado.  

En ambos casos, Erika Ramírez y su equipo harán sus primeras pruebas con animales antes de extender sus productos a los humanos, tal y como demanda la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Respecto a los implantes, se está definiendo la especie en la que se probarán antes de aplicarlos en las trompas uterinas de las mujeres en el año 2022. Respecto al suplemento alimenticio de uso veterinario, se espera que tras el aval oficial, su impacto en el mercado sea lo más fuerte posible para lograr la sostenibilidad financiera que permita posicionar los implantes.  

“Nos hemos dado cuenta que la población mexicana realmente se preocupa e invierte fuerte en sus mascotas”, mencionó Erika. “Podemos escalar este producto (el suplemento) también a los humanos, favoreciendo a personas de la tercera edad con osteoporosis, o que están en convalecencia por cirugías de alguna estructura ósea para incorporarlos a su vida cotidiana lo más pronto posible”.  

Otro beneficio tangencial de la adopción de la matriz ósea de avestruz en el mercado es el beneficio que generará en la economía de Jalisco, especialmente los criaderos de este animal de cuello largo, que suelen desaprovechar las propiedades de ese material y se enfocan en producir huevos o carne.  

Tras el buen resultado obtenido en el concurso, Erika está abierta a las sugerencias de la Incubadora de Empresas para iniciar su proyecto como un negocio viable y redituable.

La investigadora Cecilia Erika Ramírez Alba consiguió el tercer lugar en el Concurso de Emprendimientos de Alto Impacto 2021.  

FOTOS: Cortesía de Yeremi Dennis González, Sofía Morgenroth y Cecilia Erika Ramírez Alba