En el Proyecto de Aplicación Profesional “Agenda global: comunicación y periodismo», alumnos de distintas carreras del ITESO colaboran desde hace siete años con este periódico mensual de Ciudad Guzmán, el cual aborda de manera plural y documentada asuntos como migración, economía, desaparecidos y política en América Latina.
“¿Cómo nos fue en la edición de este mes? ¿Qué sugieren como foto de portada? El tema de economía desde la familia y las comunidades podríamos ir trabajándolo para agosto. ¿Cómo abordarlo, un reportaje será lo ideal? ¿Cuándo estarías entregando el texto?”
Así suenan las voces de las personas que intervienen en la junta editorial de El Puente (elpuente.org.mx), publicación mensual que nace y se distribuye en Ciudad Guzmán, en el corazón del sur de Jalisco. Están presentes el director y unos 18 colaboradores, entre los que hay académicos, egresados y alumnos del ITESO.
Lo peculiar de esta situación es que no están en las instalaciones de una redacción, sino en un salón anexo al templo de San Isidro Labrador, donde mes a mes se planea el contenido de este medio de comunicación, el de mayor circulación en una ciudad y una región en las que la Universidad Jesuita de Guadalajara ha estado presente desde hace un par de décadas con diversos proyectos.
Sus responsables calculan que tienen cerca de 50 mil lectores entre la versión impresa y la de Internet; no tienen anunciantes y sus gastos operativos y de impresión provienen íntegramente de la cuota voluntaria que aportan los propios lectores. Al final de cada año, las utilidades se donan a la comunidad indígena de Pantelhó, en Chiapas, lo cual es posible gracias a que detrás de cada número está el trabajo de unos 20 voluntarios y un grupo de distribuidores que no recibe remuneración alguna.
Entre los colaboradores que El Puente ha tenido a lo largo de los últimos siete años, se pueden contar a unos 30 estudiantes de las carreras de Relaciones Internacionales y Ciencias de la Comunicación que escribieron en él como parte del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) “Agenda global: comunicación y periodismo”. Algunos ya egresaron, pero siguen escribiendo, mientras que para otros este fue el inicio de sus carreras como periodistas.
Tal es el caso de Alejandra Guillén, ganadora del Premio Jalisco de Periodismo en 2014 y egresada de Ciencias de la Comunicación, quien envió a la publicación mensual una colaboración especial a inicios de este año.
“En El Puente aprendí a mirar desde abajo y ver las formas en que muchas personas se organizan contra la represión, el despojo, la criminalización, la violencia…”, señala Guillén, quien durante su paso por el PAP pudo conocer a las jitomateras, la explotación a jornaleros, la deforestación del bosque de Tapalpa, el vacío de los migrantes, el abandono del campo y el olor a bosque, entre otros temas.
Analicen, reflexionen y compartan
Margarita aún guarda la esperanza de que Ángel vuelva. “Qué más quisiera que eso sucediera”. La de ella es una de las cinco historias incluidas en el número que El Puente dedicó en 2012 a los desaparecidos en el Sur de Jalisco (lo puedes leer completo en www.elpuente.org.mx).
En estos siete años, el PAP ha producido alrededor de 80 artículos, según cálculos de Carlos Cordero, profesor de asignatura de la Licenciatura en Relaciones Internacionales del ITESO y actual coordinador del proyecto, cuya premisa es que los alumnos fortalezcan su capacidad de análisis periodístico en temas como migración, economía, política en América Latina y asuntos internacionales, así como saber negociar para que los textos que proponen sean publicados.
“El objetivo es formar profesionistas enfocados al periodismo crítico. Esto no quiere decir replicar las noticias de las grandes agencias de comunicación o de los grandes medios, sino tropicalizarlos, hacerlos sensibles al público objetivo [los habitantes del Sur de Jalisco]”, detalla Cordero.
Lo que escriben los itesianos habitualmente se publica en la sección Reflejo Internacional, aunque también participan en reportajes especiales como ocurrió en el verano de 2014, cuando en Ciudad Guzmán se registró un aumento de migrantes.
“Entrevistamos a algunos migrantes, explicamos cuáles eran sus rutas en México y concientizamos a la población sobre cómo relacionarse con ellos. Fue un poco luchar contra el prejuicio de que son delincuentes y despertar la sensibilización y la cooperación”, explica Cordero.
A decir de Jorge Rocha, académico del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del ITESO y colaborador de El Puente, la principal virtud del PAP es que coloca a los alumnos en un proceso real de producción periodística en medio de un contexto social que puede ser poco conocido para ellos.
“Es un mundo más rural, un mundo donde hay más pobreza, con lectores de un nivel socioeconómico mucho más bajo, y eso hace que empiecen a ver la realidad desde otra perspectiva”, afirma.
Lizette Essés está inscrita en el PAP desde el Verano 2015, cuando escribió sobre los feminicidios a propósito de la marcha multitudinaria en Argentina que en las redes sociales encontró eco a través del hashtag #NiUnaMenos.
En su reportaje entretejió cifras mundiales, casos como el de Esmeralda Herrera, de Ciudad Juárez, y lo que está ocurriendo en Jalisco: 58 asesinatos en los primeros cinco meses de 2015.
“Es muy importante hablar de estas temáticas, porque no se les ha dado la importancia que requieren”, afirma Lizette.
“Colaborando en la sección de Reflejo Internacional tenemos la oportunidad de aterrizar ciertos temas que muchas veces la gente ni siquiera ha escuchado”, por ejemplo, las consecuencias para la economía mexicana de la baja de los precios internacionales del petróleo, explica Andrés Treviño, miembro del PAP, estudiante de Relaciones Internacionales y presidente de la Unión de Sociedades de Alumnos del ITESO (USAI).
El ITESO en el Sur Jalisco
La precaria situación en la que vivían los jornaleros indígenas que llegaron desde Oaxaca y Guerrero para trabajar en los campos de jitomate jaliscienses, fue documentada por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, la cual denunció violaciones a sus derechos humanos.
Aquel fue el detonante para que el ITESO comenzara a actuar en el sur del estado con proyectos en Tapalpa, un medio llamado Diálogos Informados de Sayula o la cooperativa de tostaderas Axomaxac, AC, entre otras iniciativas, recuerda Rocha.
“Ahora es un momento importante para, desde el ITESO, hacer una reflexión sobre lo que hemos hecho acá y si vale la pena seguir la presencia o ir a otros lugares del estado”, considera.
Rocha es cauto al hablar de la trascendencia de El Puente en la región. Sin embargo, sí subraya que antes de la jornada electoral del 7 de junio se publicó un reportaje especial con la intención de que la gente razonara su voto.
¿Resultado? Tal como ocurrió en el Distrito 10 de Zapopan con la victoria del candidato ciudadano Pedro Kumamoto, en el Distrito 19 al que pertenece Guzmán también hubo un voto diferenciado: aunque el actual Alcalde, José Luis Orozco, ganó la diputación federal para la coalición PRI-PVEM, el municipio quedó en manos de Movimiento Ciudadano y fue una de las regiones donde el PRD obtuvo más sufragios.
El PAP también genera material periodístico para el programa Círculo global, conducido por Pablo Quiroz, egresado de Relaciones Internacionales, el cual se transmite de lunes a viernes a las 21:00 horas en el 1070 de AM. Fotos Roberto Ornelas y Luis Ponciano
Un puente entre Chiapas y Guzmán
El Puente nació en 1997 a raíz de una iniciativa de Samuel Ruiz y Raúl Vera, desde la diócesis de San Cristóbal de las Casas, la cual derivó en el envío de misioneros de Ciudad Guzmán a Pantelhó, Chiapas. Antonio Villalvazo, sacerdote y director de esta publicación mensual, recuerda que se pensó en un boletín que fungiera como medio de comunicación entre ambas diócesis.
La elección del nombre fue fácil, puesto que Pantelhó en lengua tzeltal significa “puente de agua”.
El primer número de El Puente salió a la luz el 1 de enero de 1998. Era una hoja horizontal en color verde en la que se daba cuenta de quiénes eran los primeros misioneros de Ciudad Guzmán que irían a Chiapas.
Hoy, a 17 años de sus inicios, su formato tabloide tiene 20 páginas, 13 secciones y un total de 148 ediciones a cuestas. “Queremos un proyecto humano donde la información no sea negocio ni una mercancía, sino un servicio”, expresa Villalvazo.