La universidad forma parte del proyecto Mochila, una iniciativa financiada por la Unión Europea, a través del programa Erasmus+, para impulsar la formación y certificación de habilidades de estudiantes de Latinoamérica y el Caribe

Coursera, Udemy, Domestika, Khan Academy… el catálogo de plataformas para tomar cursos y diplomados en línea es casi tan grande como grande es internet. Sin embargo, no todas tienen el respaldo de instituciones de educación superior, no se diga el de diez escuelas de toda una región. Eso es lo que ofrece el proyecto Mochila, iniciativa de microcredenciales financiada por la Unión Europea a través del programa Erasmus+ y que suma los esfuerzos de diez universidades de Latinoamérica y el Caribe, entre las que se encuentra el ITESO, para impulsar la certificación de las habiliades del estudiantado.

César Lozano, profesor del Departamento de Matemáticas y Física del ITESO, explica que el proyecto Microcredenciales en la Educación Superior en Latinoamérica y el Caribe (Mochila) es impulsado por la Universidad Carlos III de Madrid y reúne los trabajos de casas de estudio de México, República Dominicana, Chile y Guatemala.

Pero, ¿qué son las microcredenciales? “Son cursos pequeños que certifican las habilidades de quienes los toman. Tiene varias características importantes: una, que esté vinculado con una necesidad de la industria; otra, quien lo toma puede demostrar que adquirió esa habilidad; la tercera, cuando lo terminas se habilita una credencial, por eso se llaman microcredenciales. Esta credencial se puede compartir para que los empleadores verifiquen los datos de la institución que certifica que la habilidad fue adquirida”. En el caso de Mochila, agrega Lozano, las diez instituciones que participan certifican dichos conocimientos. La idea es que para las y los estudiantes, las microcredenciales son acumulables y tienen valor curricular.

El académico del ITESO explica que los trabajos del proyecto llevan realizándose año y medio, en los que han cubierto tres etapas: el análisis del contexto de la región en el uso de microcredenciales; la segunda, es el diseño y la elaboración de los cursos y, finalmente, la implementación, que contempla la oferta de los microcursos, su aplicación y la medición del impacto. “La idea es comenzar con un catálogo grande de microcredenciales diseñado por todas las universidades para que las y los estudiantes puedan escoger”, dice Lozano.

Agrega que el uso de microcredenciales no es un tema nuevo. “Hay muchas empresas que ya las usan, la propuesta es que ahora se hace desde la universidad con el acompañamiento de la industria y le permite a las y los estudiantes demostrar que desarrollaron una habilidad”. También menciona que este último punto es importante para el estudiantado ya que muchas veces adquieren habilidades en el aula pero no puede demostrar que cuentan con ellas, algo que queda cubierto con las microcredenciales.

Además de los trabajos del ITESO, el proyecto Mochila conjunta el trabajo de la Universidad Carlos III; la Universidad Galileo; la Università degli Studi di Napoli Federico II; la Universidad de Chile; el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; el Instituto Tecnológico de Santo Domingo; la Universidad San Carlos de Guatemala; la Universidad de Concepción y la Pontificia Universidad Catolica Madre y Maestra. El ITESO está trabajando para en Primavera de 2026 echar a andar la microcredencial Algoritmos de Búsqueda Basados en Inteligencia Artificial y los trabajos son encabezados por César Lozano, Juan Carlos Martínez y Saúl Nuño Sánchez. Además, se contempla uno relacionado con el uso de microscopios del laboratorio de nanotecnología.

En una era en que la oferta de cursos en línea es amplia y diversa, el académico del ITESO explica que las microcredenciales de Mochila tienen tres aspectos diferenciadores: “El primero, ocurre desde la institución y junto con la industria, los cursos tratan de resolver situaciones y necesidades concretas de la empresa; el segundo, la microcredencial tiene las herramientas de todos los docentes, no sólo una persona que lo diseña; y la tercera, que le da mucho valor, es que la certificación viene directamente desde la universidad”.

En Europa, el uso de microcredenciales también ha servido para que las personas que poseen ciertas habilidades, pero que no tienen estudios formales, puedan certificar sus conocimientos con el respaldo de una institución. César Lozano concluye mencionando que en los tiempos que corren “el futuro de la educación está siendo modelado por las innovaciones tecnológicas y tenemos que seguir los cambios educativos que están surgiendo en otros países”.

FOTO: Zyan André