La asociación civil recibió el reconocimiento en el marco de la clausura del XIV Foro de Derechos Humanos del Sistema Universitario Jesuita. Fue elegida por su trabajo en defensa del medio ambiente y contra la trata de personas. La organización Familia Pasta de Conchos recibió una mención honorífica
Chabe es una mujer que toda su vida ha trabajado para sacar adelante a su familia y que un día, de pronto, vio cómo su hija moría a causa de un cáncer que nadie supo de donde salió hasta que descubrieron que fue consecuencia de la contaminación de la cuenca del río Atoyac, en Tlaxcala. Carmen, por su parte, era una adolescente que creyó en el amor de un proxeneta y que terminó involucrada en una red de trata de personas. Ambas mujeres recibieron apoyo y acompañamiento por parte del Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local, en donde resignificaron su esencia de personas y trabajan por hacer que sus historias no se repitan. Como un reconocimiento a la labor que realiza en la defensa del medio ambiente y contra la trata de personas, el Centro Fray Julián recibió, durante la clausura del XIV Foro de Derechos Humanos del Sistema Universitario Jesuita (SUJ), el Reconocimiento Tata Vasco, que premia la labor de personas y organizaciones que luchan por la defensa de los derechos humanos.
El centro tlaxcalteca fue elegido entre 17 postulaciones. Mario Patrón, rector de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Puebla y presidente de la junta de rectores del Sistema Universitario Jesuita (SUJ), hizo un recuento del trabajo que ha realizado el Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local para denunciar y combatir la corrupción de la cuenca del río Atoyac y para erradicar la trata de personas.
Recordó cómo Vasco de Quiroga, en quien está inspirado el premio, «comprometió su vida por el bienestar de los pueblos purépechas en el tiempo de la Conquista» y calificó como admirable el trabajo que realiza el Centro Fray Julián, así como el esfuerzo que realiza para formar a los jóvenes y a las comunidades. «Son un ejemplo evidente del papel que desempeñan las y los defensores de derechos humanos para mantener viva la esperanza», dijo Patrón.
El Rector de la Ibero Puebla recordó que el Foro de Derechos Humanos del SUJ fue impulsado por el compromiso con la realidad que tienen las universidades confiadas a la Compañía de Jesús, un compromiso que, detalló, «se expresa entre las personas descartadas del mundo. Las universidades jesuitas entienden que su misión no es preservar o garantizar el statu quo, sino respaldar desde la academia a quienes luchan por la verdad».
Después de recibir los distintivos del Premio Tata Vasco, Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local, dirigió un mensaje para agradecer la distinción. Relató a los asistentes y quienes seguían la transmisión en línea las historias de Chabe y de Carmen y mencionó que en la historia del centro, que comenzó en 2002, «no hemos andado solos, sino en comunidad». Dijo que es precisamente a las comunidades a las que les «indigna y duele ser quienes ponen a las víctimas y a los muertos» y añadió que es «desgarrador vivir ambas problemáticas».
Al respecto del premio, la directora dijo que era motivo de fortaleza, alegría, conmoción y hermandad, y añadió que seguirán trabajando por hacer realidad la progresividad efectiva de los derechos humanos. «No hay justicia social sin justicia ambiental y nos queremos libres de trata», remató su intervención.
Antes de que el centro recibiera su reconocimiento también se elogió el trabajo de la organización Familia Pasta de Conchos, que fue elegida para recibir una mención honorífica por el trabajo que realizan apoyando a las familias de los mineros que perdieron la vida en aquella mina y cuyos cuerpos permanecen bajo tierra.
Luis Arriaga Valenzuela, SJ, rector del ITESO, dirigió un mensaje que sirvió para dar por clausurada la decimocuarta edición del Foro de Derechos Humanos del SUJ. Señaló que, al igual que en sus ediciones anteriores, el foro había servido para «visibilizar temas en el debate público, para seguir avanzando en la búsqueda de que los derechos sean para todas las personas, sin excepción de ningún tipo». Añadió que ante la crisis de derechos humanos que vive el país las universidades jesuitas no pueden aspirar a menos, y señaló que es necesario «crear y vigilar mecanismos e instrumentos que permitan erradicar la impunidad».
La ceremonia de la entrega del Premio Tata Vasco del SUJ se puede ver en https://www.youtube.com/itesouniversidad, donde también están disponibles las grabaciones de las mesas de diálogo, conversaciones y paneles que formaron parte del foro.
FOTOS: Luis Ponciano