Las autoras nos comparten su experiencia y hallazgos en un año de trabajo en una investigación en modalidad virtual acerca de la manera en que las relaciones familiares influyeron en las y los estudiantes de licenciatura del ITESO en el marco de la educación a distancia por la contingencia. Octava entrega de la serie #AprendizajesDePandemia
Por Diana Nápoles y Andrea Cano
El semestre de primavera 2020 inició con normalidad, sin embargo, la llegada del covid-19 transformó por completo nuestra vida cotidiana y, como integrantes de la comunidad educativa, nos vimos obligados a adaptarnos a una nueva modalidad de aprendizaje. La única alternativa para continuar nuestra formación fue asumir la modalidad de estudio a distancia o virtual.
Al ser estudiantes de Ciencias de la Educación cursamos una materia llamada Investigación Educativa con la profesora Karina Vázquez Garnica, en donde durante un año trabajamos en un proyecto de investigación. Para nuestro estudio decidimos explorar cómo las y los estudiantes de licenciatura del ITESO consideran que los recursos y las relaciones familiares influyen en su proceso de aprendizaje, en el marco de su educación a distancia por la contingencia por covid-19.
Después de delimitar cuál sería nuestro “problema” de investigación, nos dimos a la tarea de buscar información con el propósito de que nos proporcionara un panorama más amplio de qué es lo que se ha estudiado o dicho al respecto, es decir, nos dimos a la tarea de conocer los antecedentes del tema de nuestra investigación. En primer lugar, encontramos que los estudios que exploraban la relación de la familia en el ámbito escolar no se situaban en un contexto de modalidad virtual ni en tiempos de contingencia; además, los estudios se centraban en niveles de escolaridad básica, en edades tempranas y no en universitarios; estos hallazgos inicialmente nos desilusionaron, pero posteriormente nos dimos cuenta de que el vacío de información también es un dato, entonces nos ayudó a confirmar la pertinencia de nuestro estudio, pues se trataba de un objeto poco explorado.
Después enfrentamos el desafío de la elección del tipo de estudio y la metodología. Tuvimos que ser cuidadosas porque esta decisión debía ser coherente con las necesidades, alcances y enfoque del proyecto. Esto, una vez logrado, nos orientó sobre el plan y cada uno de los pasos a desarrollar para lograr nuestros objetivos de estudio. Nosotras elegimos un estudio cualitativo desde el método fenomenológico, puesto que nos permitió entender, explicar y conocer los testimonios de las y los estudiantes desde su voz y experiencia. Para recopilar la información se diseñó una entrevista semiestructurada desarrollada a partir de dos grupos focales. La información obtenida fue organizada en categorías para un análisis más profundo.
Cabe resaltar que en la implementación metodológica para la recogida, análisis y redacción de resultados es fundamental tener un comportamiento ético, responsable y profesional en el trato con los participantes y el manejo de la información.
A partir de este trabajo de investigación pudimos descubrir que las experiencias que las y los estudiantes han tenido en la convivencia familiar durante la pandemia presentan diferentes matices. Por un lado, la mayoría señala que la relación con los integrantes de sus familias se da en un ambiente de respeto y se apoyan mutuamente; otras/os mencionan que no ha habido cambios importantes en su dinámica familiar; y algunas/os, los menos, comparten que luego de tanto tiempo en pandemia, la relación y la convivencia se ha tornado más difícil, pues han surgido conflictos – con más frecuencia – entre los integrantes de su familia.
Entre los ajustes más significativos a nivel personal destacan el hecho de tener que realizar desde casa todas sus labores escolares. Algunos decidieron como estrategia inscribir menos materias para facilitar su experiencia educativa, pues la virtualidad era una experiencia nueva.
Las y los entrevistados consideran que, cuando ha sido necesario, su familia se involucra, participa y los apoya en sus actividades académicas; detallan que tener una buena relación con los integrantes de sus familias es de influencia positiva y enriquece su aprendizaje. Otro aspecto que asociaron a sus relaciones familiares y que reportaron como benéfico en su proceso para aprender es experimentar emociones relacionadas con la tranquilidad, la felicidad y sentirse apoyados.
En cambio, explican que cuando hay alguna problemática dentro de su familia, y comparten el mismo espacio, la situación impacta en sus emociones de manera negativa y ocasiona que también su aprendizaje se vea perjudicado.
Ahora bien, las y los estudiantes que de forma simultánea intercalan estudio y trabajo resaltan que es favorecedor ahorrarse el tiempo de traslado a la universidad y poder tomar clases desde su lugar de trabajo. No obstante, estudiar desde su empleo fue un distractor para algunos ya que les demandó dividir su atención en dar solución a tareas propias de su trabajo y a las escolares, en un mismo espacio-tiempo.
Cuando se les preguntó sobre los recursos en los que actualmente se apoyaban para llevar sus estudios en línea y mediar su aprendizaje, nos dimos cuenta de que la realidad no fue la misma para todas/os, porque los recursos con los que cada estudiante cuenta varían. El principal y común dispositivo electrónico utilizado por las y los universitarios es la computadora. A su vez, refieren que es de su preferencia contar con un espacio privado para desarrollar las actividades escolares, más aún cuando este está libre de distracciones o de ruido. Para ellas/os, es muy importante contar con un buen internet en casa que les permita llevar a cabo satisfactoriamente sus labores académicas.
Al comparar los espacios, personas y los recursos con los que disponían, quienes participaron en el estudio mencionan que extrañan relacionarse con sus compañeras/os de clase, con sus docentes o con el personal de ITESO, les hace falta la mentoría o la mediación del aprendizaje que se producía luego de interactuar cara a cara con dichas personas. También hicieron énfasis en que su aprendizaje se ha visto afectado al no poder asistir a clases presenciales, particularmente cuando se trata de trabajo en laboratorio o taller, pues en sus viviendas no disponen del material, de las herramientas o de los recursos que se encuentra en las instalaciones de la universidad.
Las conclusiones a las que llegamos en esta investigación son: a) las relaciones familiares son una influencia importante para el bienestar de los estudiantes y para su aprendizaje, independientemente de que estén en estudios universitarios, aunque también hay casos de estudiantes que afirman que la relación con su familia no tiene alguna influencia en su proceso de aprendizaje; b) las y los estudiantes perciben que su aprendizaje se ve perjudicado cuando no cuentan con los recursos necesarios para su desempeño académico, por ejemplo fallas en el acceso a internet; c) a pesar de las buenas relaciones familiares las/los universitarios echan de menos las relaciones interpersonales generadas en el campus en la presencialidad.
Una de las fortalezas que identificamos de este estudio es que contribuyó a generar información vinculada con el reciente escenario educativo que se lleva a cabo en modalidad virtual a raíz de la pandemia por covid-19; también lo fue el recuperar la experiencia que vivieron las y los estudiantes que participaron en nuestro estudio, pues se enriquecieron los resultados al obtener la información por medio de sus testimonios reales. Sin embargo, creemos que un área de mejora es recuperar la perspectiva de parte de la familia de las/os estudiantes. Esto serviría para complementar el estudio de cómo es que los propios familiares consideran que participan y se involucran en las labores escolares de las/los universitarias/os y de qué manera perciben que esto tiene una influencia en el aprendizaje.
Esta experiencia fue nuestro primer acercamiento a la construcción de un trabajo de investigación y resaltamos que en cada etapa del proceso pudimos obtener aprendizajes valiosos que enriquecen nuestra formación como educólogas. Fue muy interesante adentrarnos y realizar este estudio, porque al igual que los participantes, también somos estudiantes y vivimos esta serie de cambios, razón por la que pudimos crear empatía e identificarnos con las historias que nos compartieron y que fueron parte fundamental de nuestra investigación.
Diana Nápoles García es estudiante de Ciencias de la Educación. Le gusta que con su sonrisa puede alegrar a alguien más y poder colaborar con sus cualidades y habilidades para el beneficio de todos.
Andrea Goretti Cano de Dios es estudiante de Ciencias de la Educación; entre sus intereses se encuentran la música, el altruismo y aprender Lengua de Señas Mexicana.
FOTOS: Edward Jenner en Pexels y cortesía de las autoras