Jorge Navarro, quien concluyó sus estudios de Arquitectura en 2010, obtuvo el segundo lugar en el concurso Ecoficinas Lima, de la firma Arquitectum, para proyectar un edificio corporativo en la capital peruana que fuera un ejemplo en términos ambientales. La proyección de un nuevo edificio en el distrito de Miraflores, en la capital peruana, fue el objetivo del concurso en el que Jorge Navarro logró la primera “Mención honrosa”, equivalente al segundo lugar.
Una de las características del inmueble es que debe ser capaz de alcanzar la certificación Leadership in Energy in Environmental Design (LEED), establecida por el US Green Building Council, con la intención de que los espacios sean más eficientes para el cuidado del medio ambiente.
Las oficinas están distribuidas de tal manera que permitan áreas verdes en cada uno de los niveles para lograr más comodidad y reducción energética, de acuerdo con lo dicho por el egresado.
Los países de los cuales provenían los participantes fueron Albania, Argentina, Australia, Bangladesh, Brasil, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Egipto, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Irán, Italia, México, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, República de Corea, Rusia El Salvador, Turquía, Venezuela y Vietnam.
Navarro, quien anteriormente también obtuvo un segundo lugar por la proyección de un museo en Medellín, Colombia, explicó que el edificio proyectado es de 11 niveles, en los cuales se combinan áreas verdes con cuatro oficinas en cada uno de ellos. En la planta baja se contemplan cuatro salas de juntas, baños, lobby y un área de seguridad, mientras que en el último de los niveles se presentan una alberca, un área techada y un comedor común.
Uno de los grandes retos que enfrentó, además del tamaño de la superficie que es de 25 por 40 metros cuadrados, al tratarse de un inmueble que busca ser un ejemplo en materia de sustentabilidad y de manejo energético, era el estacionamiento, el cual es subterráneo.
El estacionamiento es subterráneo, y uno de los retos más fuertes fue, además de la reducción de cajones, la distribución, por lo que los primeros niveles “eran para bicicletas y motocicletas, los siguientes tres para autos que transportaran de dos a más personas, los siguientes tres para transportes que usen combustible alternativo, y los últimos para automóviles en general. Busca dar prioridad a las personas que respetan el medio ambiente”, explicó Navarro, quien recientemente abriera su despacho Habitare, Estudio de Arquitectura.
Al tratarse de una zona de alta plusvalía en la que se proyectó el inmueble, este debería tener impacto visual, para lo cual se incluyeron áreas verdes y espacios diseñados para el ahorro energético, una combinación entre lo natural y lo artificial ubicado entre un edificio de cristal y una vivienda victoriana, comentó.
En cuanto a la fachada, la propuesta sufrió algunos cambios e integra lo artificial con lo renovable y para lograrlo lo que se hizo fue diseñar una doble fachada de material reciclado por medio de botellas de plástico agrupadas en círculos de diferentes tamaños y dentro de las cuales hay iluminación LED.
La propuesta no sólo busca esta integración de la naturaleza con la eficiencia energética, sino que uno de los putos desarrollados en ella, y por lo dicho por el egresado, fue algo muy poco tratado, fue la accesibilidad para personas de la tercera edad y personas con alguna discapacidad. Dentro de los elementos incluidos se encuentran rampas, pasamanos, elevadores de sillas de ruedas y señalética en braille, entre otros, con miras a buscar una certificación de accesibilidad universal.
Uno de los aspectos que Navarro considera que fueron de gran ayuda para lograr el segundo lugar, tuvo que ver con la investigación que hizo sobre la certificación LEED. “Eso ayudó a que el proyecto se identificara de otros y la propuesta de respetar a las personas de la tercera edad y con una discapacidad, ya que ninguno de los proyectos lo propuso. Debe ser una norma, no un plus”, afirmó el exestudiante de bachillerato en el Colegio Morelos de Tepatitlán, Jalisco,
En cuanto a la importancia que está teniendo el tema de la sustentabilidad y que poco a poco empiece a haber más inmuebles que busquen la certificación LEED, el egresado resalta que el respeto al medio ambiente es un ejercicio para los que ejercen la arquitectura, “ya que la construcción es una de las principales causas de desgaste ambiental. Es una manera de respetar y no dañar y creo que no debería ser un plus. A futuro va a ser una norma y todo arquitecto la va a tener que conocer y no tarda en normalizarse esto de manera profesional y es muy importante para la profesión”. Texto Gustavo Abarca Foto Luis Ponciano