Egresada del MBA ayuda a empresas a sobrevivir el covid-19

Gracias a las mentorías del Centro Universidad Empresa (CUE) del ITESO y el banco Banregio, cientos de micro, pequeñas y medianas empresas sobrevivieron la crisis económica causada por la pandemia de covid-19 y tuvieron una segunda oportunidad para estabilizarse y crecer sus operaciones. 

Andrea Yunuen Escobar Galindo, egresada de la Maestría en Administración (MBA) del ITESO y quien fue coordinadora del modelo de mentoría Banregio-ITESO, afirmó que, durante 2020, año en que comenzó la pandemia, hasta 300 empresarios de todo México pidieron apoyo para evitar la quiebra o el cierre de sus negocios. Gracias a las asesorías y capacitaciones del CUE, el 97% de los negocios atendidos siguen vivos hoy en día.   

“Entre las razones de ello fue porque les ayudamos a reconfigurar su modelo de negocio, generaron estrategias emergentes de mercadotecnia – como el marketing digital – atrayendo a otros clientes, administraron mejor sus recursos financieros y reestructuraron sus costos”, mencionó. 

¿Cómo tuvo éxito el modelo de mentoría Banregio-ITESO? ¿Cómo ayudó a los empresarios a enfrentar la pandemia y vivir la etapa posterior a los cierres sanitarios? ¿Qué influencia tuvo la formación del ITESO, especialmente la Maestría en Administración, en los resultados de este ambicioso proyecto? Continúa leyendo.  

Las mentorías Banregio-ITESO comenzaron en 2017 y atendían hasta 100 casos al año. Sin embargo, la crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19 obligaron a una reconfiguración del proyecto, con el fin de apoyar a los empresarios a conservar sus negocios. 

“Muchas mipymes estaban cerrando y los empresarios no podían hacer negocios de la manera en que estaban acostumbrados”, recordó Escobar Galindo. 

La profesora de ITESO afirmó que las empresas afrontaban al menos cuatro problemáticas por la pandemia: 

1. Sus ventas se estancaron o colapsaron.
   

2. La mayoría hacía negocios mediante tratos presenciales con sus clientes, sin tener un modelo digital o a distancia.
   

3. No tenían estrategias comerciales o de marketing para atraer nuevos clientes.

4. Carecían de reservas de capital y efectivo para afrontar los cierres de operaciones por la emergencia sanitaria.
   

Por lo tanto, el Centro Universidad Empresa (CUE) aplicó una estrategia de contención de riesgos que se enfocó en atender las preocupaciones emocionales de los empresarios, quienes vivían “una especie de luto” ante la perspectiva de perder su negocio.   

“Sabíamos que lo primero que teníamos que hacer era escucharlos, comprenderlos y que ellos se dieran cuenta que no estaban solos y contaban con alguien que los apoyaba”, señaló Escobar. “Hubo empresarios que nos decían que estos temas no los pueden platicar con su familia o amigos porque no les entenderían ni tienen la confianza para hacerlo”.  

La Mentoría Banregio-ITESO identificó al menos tres preocupaciones emocionales del sector empresarial durante la emergencia sanitaria del covid-19: 

a) Que el cierre de la empresa dejara sin ingresos a sus colaboradores y a sus familias. 

 b) Perder su patrimonio. Muchos tenían invertido todos sus ahorros en la compañía.

 c) Angustia por interrumpir su estilo de vida. Varios dueños compartieron su dolor ante la posibilidad de interrumpir su rutina laboral diaria y de no interactuar más con sus trabajadores. 

El turismo, la organización de eventos o las compañías que brindaban servicios de entretenimiento, fueron los principales sectores económicos afectados por la pandemia y que recibieron las mentorías de ITESO y Banregio.  

El covid-19 motivó a los empresarios a tener una mayor capacidad de adaptación ante las crisis y ahora son más optimistas respecto al futuro de sus negocios, señaló Andrea Escobar.  

“Pasaron de estar ensimismados y atentos a ellos mismos, a ser más sensibles de lo que pasa en su entorno inmediato”, mencionó.  

Para adaptar a las empresas a la nueva realidad que dejó la pandemia, las mentorías del CUE ahora se enfocan a ayudarles en dos temas fundamentales: mejorar su planeación estratégica y poner más atención al entorno. 

Respecto a la planeación estratégica, ahora los empresarios deben ajustar con mayor rapidez y atender las particularidades del sector económico en el que se ubican. 

“Hacemos ejercicios para que los empresarios puedan definir su propuesta de valor, identificar sus diferenciadores y ver hacia dónde quieren llegar en un cierto tiempo y modificar la estrategia si el camino así lo amerita”, explicó Escobar. “Eso le da al empresario muchísima claridad de donde está, hacia donde quiere ir y cómo le tiene que hacer para llegar a ese punto”. 

Respecto a la atención al entorno, Escobar afirma que “la mayoría de los empresarios no estaban muy atentos a ello, generalmente por estar tan inmersos y sumergidos en la operación de sus negocios. Ahora se fijan más en su microentorno -qué hacen sus proveedores, clientes y competidores- y en el macroentorno -contexto económico, problemas sociales, cuidado del medio ambiente- “.  

El éxito de las consultorías impartidas por Andrea Escobar y los más de 30 mentores del Centro Universidad Empresa (CUE), que permitieron la sobrevivencia de muchas empresas y fuentes de trabajo, se debió en gran parte a la aplicación de la espiritualidad ignaciana, una filosofía de formación humana que ayudó a los empresarios a conocerse mejor a ellos mismos.  

“Nos centramos en acompañar al empresario con prácticas muy sencillas como saber cómo está y cómo se siente, y ver que el fin de la mentoría es tomar conciencia y hacer un ejercicio de discernimiento”, explicó Escobar. 

La espiritualidad ignaciana también formó parte muy importante en la formación académica de Andrea, quien cursó la Maestría en Administración (MBA) del ITESO. Egresada en 2020, la hoy profesora consideró que el posgrado tuvo una gran influencia en al menos tres facetas: la profesional, la personal y la filosófica. 

A nivel profesional, Escobar afirmó que el MBA amplió su visión como consultora y mentora, especialmente a la hora de innovar en procesos para ayudar a otras personas.  

“Las materias que yo cursé estuvieron enfocadas a un esquema de innovación, traté de tomar materias especializadas en ese tema para poder tener herramientas suficientes para generar nuevos procesos”, contó. 

A nivel personal, la maestría le permitió convivir con compañeros y profesores abiertos a compartir sus conocimientos y de quienes aprendió mucho. 

“Me encontré con compañeros y maestros muy afines y generosos. Nunca me topé con personas envidiosas o egoístas, fue todo lo contrario, compartíamos buenas prácticas entre todos y generamos buenos proyectos y contactos que conservo hasta la fecha”.  

Finalmente, a un nivel filosófico, la formación del MBA le permitió entender que la asesoría a los empresarios debe primero centrarse en las personas, sin orientarse solamente en lo ejecutivo o en cómo obtener más ganancias económicas. 

«El MBA y participar en las mentorías me inspiran a seguir asesorando a empresarios, sin perder la esencia en centrarnos en la persona”, cerró Escobar.  

Actualmente, Andrea Yunuen sigue ayudando a fortalecer a las mipymes en el Centro Universidad Empresa (CUE) y es docente-consultora en dos Proyectos de Aplicación Profesional (PAP) enfocados a asesorar a las micro y pequeñas empresas a tener mayor estabilidad y ser más competitivas en el mercado.  

FOTO: Luis Ponciano