¿Cómo acompañó un miembro de la comunidad universitaria las distintas actividades y manifestaciones en torno al Día Internacional de la Mujer?

El pasado miércoles 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, fecha en la que una vez más las mujeres nos recuerdan que no es un motivo de festejo sino de resiliencia en cuestiones sociales. Nos recuerdan su lucha contra la desigualdad social y las múltiples formas de violencia que sufren en un contexto patriarcal que no facilita sus tomas de decisiones tanto sobre ellas mismas como en su entorno. 

Es importante para quienes no somos mujeres conocer el motivo de esta fecha y lo que representa para las mujeres y sus distintas luchas sociales, pero sobre todo, el papel que nos toca jugar a nosotros como sociedad. Quienes se reconocen como hombre no binarie o como hombre heterosexual no pueden tomar la bandera ni el protagonismo de la lucha que mantienen las mujeres, tan solo sumarse a cuestionar estas ideas patriarcales y machistas que desde que nacimos están en nuestras mentes.  

Durante el paro nacional de las mujeres el jueves 9 de marzo, en el ITESO se llevaron a cabo varias actividades en distintos espacios del campus para los hombres que asistieron ese día, como los círculos de discusión y concientización; también las diversas acciones de participación estudiantil que se realizaron, como la colocación de mamparas con preguntas detonantes, espacios para construir y destruir de y para las mujeres, una manta con un mensaje simbólico a partir de la silueta de una mujer, en donde las mujeres de la comunidad universitaria escribían testimonios acerca de cómo habitan su cuerpo y su sexualidad siendo mujeres en este contexto. 

De manera personal, el impacto del paro nacional fue bastante fuerte. No me fue lo mismo transitar por el ITESO sin ellas. En las dos ocasiones que he asistido a la universidad durante el paro nacional solo sentí un profundo vacío no solo en los pasillos, sino dentro de mí.  

El 8M es un día que vuelve a poner en la agenda pública y en el ojo social de todas y todos la violencia y desigualdad en contra de las mujeres y, al menos durante un día, los medios de comunicación, la sociedad civil, académicos y universidades se vuelcan a apoyar esta causa. Lo único que sería mejor que esto es que no se quedara solo en una fecha sino que fuera permanente hasta que la sociedad recuerde que lo doloroso es el asesinato de una mujer, no unos vidrios rotos ni una escultura pintarrajeada. 

FOTO: Jéssica Torres