Juan Carlos Sáinz estaba entre ser doctor o abogado, pero Contaduría y Gobierno Corporativo terminó siendo la opción, acompañada de la visión humanista del ITESO 

«Elegí la de en medio y estudié Contaduría”, dice entre risas. “Ayudó que asistí a una visita de mi prepa al ITESO y un amigo me pidió que, antes de ir al stand de Derecho, lo acompañara a conocer el de ‘Conta’. Y conocer a Margarita (Villarreal, entonces coordinadora) y platicar con ella, me convenció”. 

También ayudó que su papá es contador, que entendió algo sobre el oficio desde chico y comenzó a trabajar desde los 19 años en su despacho. Contaduría y Gobierno Corporativo terminó siendo la opción, acompañada de la visión humana del ITESO. 

“Desde contaduría, ¿cómo puedo aportar al mundo, a las personas, a mi alrededor?”, cuenta que se lo cuestionó desde el principio. “Como contador no solo estás enfocado en el tema de la empresa. Claro, es con quienes trabajamos, pero es para ayudarles a facilitar todo el entendimiento de su dinero, que a su vez se puede replicar en que generen mayores empleos, sea con ellos mismos o con sus proveedores o clientes, y así generar más actividad».

El tema de los impuestos, por ejemplo, lo aprendió a resignificar en la parte social. “No se trata de cuánto es lo menos que puedes pagar, sino cuánto es lo justo. Eficientar tus gastos o inversiones, subir sueldos, invertir en equipo que ayude a mejorar la empresa… Es decir, implementar estrategias –no evasiones o deducciones por nomás– que eficienten toda tu administración, y así que tu aportación tributaria al país sea lo justo”.

Al hablar de su experiencia académica, Juan Carlos menciona que no le fue muy difícil dominar o aprender las diversas áreas de la contabilidad, aunque menciona que Costos siempre fue uno de sus puntos débiles. 

Sin embargo, fue a partir de sus dificultades que valoró el tema de la colaboración. “Somos una carrera tan chiquita, que siempre sentí que estábamos unidos tanto en la parte de amistad, como en la de apoyo académico. El intercambio de conocimiento me hizo ver que como contador es muy útil trabajar en equipo”. 

En el despacho aprendió muchas cosas que hacía de forma mecánica, pero cuenta que en el ITESO aprendió el porqué de las cosas. Eso lo atrapó y afectó sus planes: por ejemplo, le dio su primer impulso para buscar especializarse en impuestos internacionales. Incluso, nutrió su currículum con materias optativas de Administración y de Comercio Internacional, como Clasificación Arancelaria, donde le abrió otra ventana de posibilidades aledañas a su carrera. 

“Contabilidad es una carrera muy nacional, por las certificaciones obligatorias y ciertas limitaciones de acuerdo con las leyes, y demás. Siempre busqué cómo expandir mi conocimiento y las fronteras”. 

Quizá los impuestos internacionales no suenen como un aspecto muy social, reconoce, sobre todo porque actualmente trabaja con pequeñas y medianas empresas con un mercado muy local, pero sí vislumbra “que ellos puedan aprovechar ese conocimiento. No porque no seas Bimbo no puedes acceder a un mercado internacional, invertir o expandir tu mercado. Y tendrás consecuencias fiscales que no son negativas”.

“Somos una carrera tan chiquita, que siempre sentí que estábamos unidos tanto en la parte de amistad, como en la de apoyo académico. El intercambio de conocimiento me hizo ver que como contador es muy útil trabajar en equipo”. 

Otra parte que gustó de su estancia en el ITESO fue involucrarse directamente con la Sociedad de Alumnos de Contaduría y Gobierno Corporativo. Estuvo involucrado desde sus primeros semestres, fue vicepresidente en 2018, y presidente en 2019. “Es lo que más extraño de mi vida universitaria, trabajar en la sociedad de alumnos”, cuenta. “Siempre conoces gente de todos lados, abres tu espectro de una carrera tan chiquita como Conta, y a formar alianzas, trabajar en equipo, diplomacia… toda esta parte de cómo relacionarse y estar abierto a escuchar”. 

Además, fue presidente del IMEF Universitario en el ITESO en 2017, grupo estudiantil perteneciente al Instituto Mexicano de Ejecutivos Financieros. 

“Estos capítulos de distintas universidades sirven para que los estudiantes tengan de primera mano información relevante, y que nosotros podamos compartirla y esparcir una educación financiera a quienes no forman parte”.  

En 2016 formó el grupo con estudiantes de Contabilidad, Finanzas y Administración de Empresas, para buscar cursos o pláticas que sirvieran a la comunidad del ITESO no solo a nivel estudiantil, sino a nivel personal: finanzas personales, ahorro, seguros, impuestos… 

«En 2017 realizamos un evento de toda la región occidente, llamado Simposium FIMAP IMEF Universitario, y fuimos la sede del evento, con personas de más categoría, para que estudiantes de todos los contextos pudieran acceder a temas de finanzas, contabilidad y administración directamente, fueran de la carrera o no. Dimos un precio muy accesible, incluimos alimentos, convivencia y todo. Fue cubrir la parte social también de compartir de forma accesible el conocimiento” 

En su gestión, alumnos pertenecientes al IMEF Universitario del ITESO salieron de las aulas a compartir asesorías de contabilidad a grupos de personas emprendedoras comunitarias, y Juan Carlos se enfocó en compartir conocimientos con niños y jóvenes. 

“En mis visitas a un kínder, les llevé un cochinito y una planta; al final del semestre iba a contar el dinero ahorrado, destinado a lo que los niños quisieran, también si para el final del ciclo la planta seguía viva. Era una especie de ejercicio de no solo ahorrar, sino también de cuidado personal”. 

Su Proyecto de Aplicación Profesional fue como la primera generación del Despacho Contable ITESO, que ofrece asesoría, acompañamiento y orientación gratuita al público en general para disipar dudas en la temporada de presentación de impuestos.  

“Me gustó mucho que, aunque el fin principal era asesorar emprendedores, mucha gente –maestros, conocidos, alumnos— me pedían hacerles la declaración anual y devolución de impuestos. Hacíamos alrededor de 5 declaraciones anuales en un día cada uno. Y no solo la parte divertida… Recuerdo a una señora que nos fue a llevar un pastel al despacho, porque gracias a la devolución que le conseguimos, logró saldar una deuda importante. Ahora sí que la contabilidad, digamos, básica, puede ayudar a muchísima gente”. 

Para un futuro, quiere estudiar una maestría en impuestos internacionales, y certificarse ante el Instituto Mexicano de Contadores Públicos. Actualmente se enfoca en el análisis fiscal y financiero de las empresas en el despacho S del Toro Consultores. 

Antes de graduarse, Juan Carlos quedó en segundo lugar en el certamen del alumno distinguido del Colegio de Contadores. “Me gané un cheque como el de las películas, lo tengo guardado debajo de mi cama”, cuenta divertido. 

“Cuando recibí ese premio sí fue un golpe, sentir que ya se había acabado la vida universitaria. Pero fue una buena forma de ser recibido a la vida adulta y profesional de buena manera. De que lo estoy haciendo bien, paso a paso”. 

“En mis visitas a un kínder, les llevé un cochinito y una planta; al final del semestre iba a contar el dinero ahorrado, destinado a lo que los niños quisieran, también si para el final del ciclo la planta seguía viva. Era una especie de ejercicio de no solo ahorrar, sino también de cuidado personal”. 

Quienes estudian Contaduría y Gobierno Corporativo conocen a fondo las leyes de seguridad social, fiscal, laboral y aduanal vigentes, y aprenden a desarrollar sistemas y estrategias contables basados en la normatividad y estándares nacionales e internacionales, que brinden rentabilidad y estabilidad a empresas y organizaciones. 

Ve aquí el plan de estudios: https://carreras.iteso.mx/contaduria-gobierno-corporativo 

Consulta aquí información sobre becas y financiamientos: https://becas.iteso.mx/