Gracias a diversas acciones llevadas a cabo por la comunidad universitaria, cada vez son menos las botellas de PET que se consumen en el campus
Hace ocho años, el colectivo estudiantil RedUc puso los reflectores en las botellas de PET que se consumían en el campus (https://issuu.com/itesocruce/docs/cruce_595) y, en conjunto con instancias de la universidad como Servicios Generales y la Oficina de Compras, se pusieron en marcha estrategias para reducir su uso en el ITESO, como no vender agua embotellada en presentaciones menores a un litro, renovar bebederos para facilitar el rellenado de botellas e incluir termos en el kit de bienvenida a estudiantes de primer ingreso.
Esos primeros pasos ya tuvieron un impacto en los hábitos de quienes forman parte de esta comunidad universitaria. Esta afirmación se sostiene en cifras: en 2018, unas 63 mil 312 botellas de PET fueron consumidas por la comunidad estudiantil, y en el semestre de Primavera 2022 esta cifra se redujo considerablemente: sólo se consumieron 5 mil 632 botellas.
Si se hace la relación botella-persona, estas cifras significan que en 2018 cada estudiante compró en ese año unas tres botellas de agua, y en el periodo que recién terminó sólo la mitad de la población estudiantil consumió una botella. Vuelve a leer: ¡la mitad!
La ruta está trazada y el campus cuenta con lo necesario para que esta cantidad de botellas de PET siga a la baja. Actualmente hay 43 bebederos a los que se da mantenimiento periódicamente con cambios de filtros y de lámparas UV, además de análisis de la calidad del agua en laboratorios externos.
El sueño es que un día no haya PET en el campus.
De aquí a que eso suceda, personal de aseo de Servicios Generales recupera las botellas usadas y las envía al centro de acopio que está atrás de la planta de tratamiento, explica Manuel Gutiérrez, coordinador de Concesiones y Almacén de la Oficina de Compras.
Se separan entonces por colores para que se las lleve una empresa recolectora certificada ante la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Ambiental (Semadet), que se encarga de su destrucción y/o reciclado.
En otras ocasiones, recuerda Gutiérrez, las botellas se han donado a proyectos como la construcción de un centro comunitario en la colonia Mesa de los Ocotes a base de botellas de PET rellenas de arena de río, que encabezó el Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano. Las tapas también se han donado para la campaña de Tapatón.
Con estas acciones, el ITESO (y toda su comunidad) busca reducir su impacto ambiental. Conoce más en: https://sustentabilidad.iteso.mx/