La pandemia tampoco lo ha detenido. Combinó sus estudios, su trabajo y su pasión por conocer el mundo sobre las ruedas de una bicicleta con determinación y entereza. José Alberto “Chepe” Hernández es recién egresado de Ingeniería Civil y se prepara para el reto más importante de su vida profesional: Suiza.
José Alberto Hernández, mejor conocido por sus amigos y familiares como «Chepe», sufrió hace años un accidente mientras realizaba ciclismo de montaña en su natal Chiapas, el resultado fue caer en estado de coma durante tres semanas. Esta dura prueba, recuerda, la logró enfrentar con entereza, y ahora, a punto de graduarse como ingeniero civil del ITESO, se prepara con esa misma emoción un nuevo reto en su vida personal y profesional: viajar a Suiza para trabajar en la empresa VSL International, por un tiempo indefinido.
Tras nueve años de compaginar sus estudios con el trabajo, «Chepe» culminará este año un sueño que comenzó hace una década, cuando decidió salir de Acala, municipio de Chiapas ligado a la cultura zoque, para venir a Guadalajara a trabajar en la construcción del Estadio Akron (donde juegan las Chivas) y a meter sus papeles para ser el primer integrante de su familia en estudiar una carrera profesional.
«Me provoca una gran satisfacción terminar esta etapa, y verme realizado en lo que me propuse cumplir desde un principio. Empecé a romper muchos paradigmas en mi vida, al principio me daba miedo, sentía que no iba a poder con este reto, pero se me fueron abriendo muchas oportunidades aquí en el ITESO, y las empecé a aprovechar”, señaló José Alberto.
La carrera en Ingeniería Civil y el contacto con una nueva cultura y nuevos compañeros le enseñó a “Chepe” dos temas fundamentales: mejorar sus relaciones públicas socializando y empatizando con otras personas, y aprender a pensar de una manera crítica para resolver problemas.
«No sabía ni computación, ni inglés, así que me puse aprender ambas. Yo quería dar de baja las materias, porque no podía, se me dificultaba, pero luego llevé tutorías más personalizadas y fuera de clases, y adquirí los conocimientos básicos”, recordó.
“No es solamente un gusto tener el título universitario, implica toda un esfuerzo y un sacrificio, y poner en alto el nombre de mi familia. Me siento orgulloso de nacer en Chiapas y de mi cultura”, expresó José Alberto, quien espera transmitir en un futuro sus conocimientos para mejorar la producción alimentaria de su comunidad y continuar rompiendo paradigmas. “Mi idea es algún día regresar y volver rentable la agricultura allá, hay mucho terreno por trabajar, pero mucha gente no se arriesga a ser protagonista haciendo inversiones».
La importancia de aprender trabajando
Aunque la carrera en Ingeniería Civil del ITESO está diseñada para culminarse en cinco años, “Chepe” duró el doble de tiempo en graduarse debido a que compaginó sus estudios con trabajos en diversas construcciones dentro y fuera de Guadalajara, las cuales le han dejado una invaluable enseñanza práctica que volcará en próximos meses en Europa.
“No es fácil, estudiar y trabajar, pero realmente vale la pena y se disfruta más la carrera, porque no solo vienes a ver qué aprendes sino a aclarar dudas que se presentan en el mundo laboral. Es una etapa enriquecedora, porque vas poniendo en práctica lo que vas aprendiendo”.
Uno de los proyectos que recuerda con más cariño en los que participó “Chepe” fue la construcción del puente Baluarte Bicentenario, que conecta los estados de Sinaloa y Durango, inaugurado en 2012 y que llegó a ser hasta 2016, el puente atirantado más alto del mundo por sus 402 metros de altura.
El estudiante chiapaneco recordó que el gran desafío no era solo evitar su miedo a las alturas, sino lograr una construcción que resistiera los fuertes vientos que se formaban en el cañón donde se estaba erigiendo el Baluarte Bicentenario, y así evitar daños y colapsos por la resonancia estructural.
“Lo que más me gustó fue que la superestructura la hizo una empresa suiza, y me gustó mucho la disciplina que los suizos tienen para construir y para supervisar la obra. No es como México, en donde a la supervisión de obra le importa más el tiempo y reportar avances que garantizar la calidad de lo que se está haciendo», explicó “Chepe”.
Otro proyecto que lo llenó de satisfacción y experiencia fue la construcción de gasoductos petroleros en plataformas de Campeche, cuya particularidad es su cimentación en las aguas del Golfo de México. “Chepe” recuerda que, para ese trabajo, tuvo tomar clases de buceo.
Mientras estudiaba Ingeniería Civil, José Alberto también colaboró en la edificación de diversos proyectos en Jalisco, como la construcción del nuevo Hard Rock Hotel de Guadalajara ubicado en Avenida Vallarta, los departamentos de Lomas Altas en Zapopan y la planta de la compañía agroalimentaria Tajín en el municipio de Tala.
“Todo esto me permitió dar un paso más que mis compañeros, mientras ellos aprendían lo básico. De esa manera, cuando el maestro toca un tema y tiene que ver con lo que estás trabajando, lo saboreas más que un tema que desconoce todo mundo”, señaló el ingeniero, pero reconoce que fue complicado homologar tiempos, que lo llevaron inclusive a repetir una materia. «Tuve que aprender a buscar un equilibrio en mi vida».
La aventura europea
En uno de sus trabajos en Ciudad de México, el talento de José Alberto Hernández fue percibido por la compañía suiza VSL International, la cual ha construido algunos de los puentes y caminos que abundan en la capital del país. VSL invitó a “Chepe” a participar en la construcción de unos edificios inteligentes que planean construir en la nación helvética. El chiapaneco aceptó, en un nuevo reto profesional y cultural para su vida, y a partir de agosto trabajará con ellos por tiempo indefinido.
“Quiero seguir aprendiendo de otras culturas. Cuando llegué de Chiapas a Guadalajara, me sentía como que salí de una cuevita y me daba miedo todo lo que se venía. Así me siento más o menos ahorita, al viajar a un país que no es México, donde no tendré a mi familia”.
Por el momento, José Alberto se quedará a trabajar en Berna, capital de Suiza y sede de VSL International, por tiempo indefinido. “Desde antes de terminar mi carrera en el ITESO, me hicieron el ofrecimiento de irme a trabajar allá y empezar mi carrera nuevamente desde cero», compartió.
Ya instalado en Suiza, “Chepe” sueña con estudiar una maestría o posgrado en administración de negocios, ya que su experiencia en el ITESO lo ha motivado a intentar emprender una compañía propia. «Mi idea es empaparme de la cultura europea, y hacer la combinación de todo lo que me ha tocado vivir, para poder emprender y poner una empresa, porque no quiero ser empleado toda mi vida”.
El deporte como estilo de vida
En un intento por superar un momento depresivo en su vida, ya que sentía haber fracasado por no culminar su carrera en los cinco años programados por el ITESO, “Chepe” decidió retomar el ciclismo de montaña en 2015. También lo hizo para alejar el miedo que lo invadió tras el accidente que lo dejó en estado de coma.
Ahora, tras sumarse al equipo de ciclismo de montaña que tiene el ITESO, Chepe ha logrado escalar diversas montañas en el Estado de Jalisco y retomado las competiciones deportivas en su natal Chiapas, obteniendo buenos resultados, pero, sobre todo, «motivación para ir más allá».
El coronavirus no interrumpe el sueño de “Chepe”
Las medidas de aislamiento social decretadas debido a la pandemia de Covid-19 no han impedido a José Alberto «Chepe» Hernández continuar con sus estudios de Ingeniería Civil, esta vez en línea. «Es un proceso un poco complicado, sobre todo en la explicación de las fórmulas matemáticas», señala sobre una de las dos últimas materias que está cursando antes de su graduación.
Para terminar el último semestre de la carrera en este periodo de contingencia sanitaria Chepe no pudo regresar a su tierra de origen como muchos otros estudiantes foráneos y decidió quedarse en Guadalajara, a pesar de que su familia ya esperaba su regreso. «Se me iba a dificultar muchísimo seguir las clases en Chiapas, porque allá no hay buena señal de internet al ser una zona montañosa».
El José Alberto, el ingeniero civil del ITESO decidió aprovechar su tiempo libre en casa para reforzar su dominio del idioma inglés y tomar cursos extra de Building Information Modeling (BIM), una metodología de trabajo colaborativa para la creación y gestión de un proyecto de construcción, con la ayuda de herramientas digitales y la tercera dimensión.
A nivel personal, tanto Chepe como su familia han tenido dificultades debido a los imprevistos económicos que ha generado el coronavirus. “Ahorita mis padres están preocupados porque ahorita todo se paralizó. Hay producción de ciruela, pero no se cosecha, porque no hay quien compre al estar cerrados los mercados, y pues se está echando a perder todo”.
Los ingresos propios de Chepe, que obtiene a través de su participación en diversas obras o construcciones, y que le ayudan a pagar sus estudios, la renta de su hogar en Guadalajara, también le permiten reforzar la economía de sus familiares, que se han visto mermada.
“Como paralizaron obras, no estoy ganando lo que ganaba, se redujeron salarios a la mitad, y hablan de recorte de personal. Está crítica la situación de sobrevivencia, pero aun así no pierdo las esperanzas de salir adelante».
Pese a las restricciones de viajes por el Covid-19, Suiza sigue en los planes de José Alberto, a pesar de que los trámites burocráticos para obtener el permiso de trabajo en la nación helvética se han detenido por la actual emergencia. La empresa VSL International sigue contando con «Chepe» y su talento para sus diversos proyectos de construcción, y el egresado del ITESO se sigue preparando, pese a las limitaciones que ha traído consigo el nuevo virus, para afrontar su reto profesional y de vida más importante.