Si te imaginas que un nómada digital tiene una gran vida porque los ves con su laptop en la playa, debes saber que detrás de esa idealización hay una estrategia y un modelo de negocio.

“No estaba buscando ser freelance, la verdad. Tenía un trabajo relacionado a Ingeniería Financiera en un fondo de inversión, pero me di cuenta que lo que me apasionaba muchísimo era hablar sobre feminismos y compartirlo con otras mujeres e identidades femeninas”: así comenzó su vida como trabajadora freelance y nómada digital Alicia Gómez González, egresada de dos carreras del ITESO, Ingeniería Financiera y Psicología que se dedica profesionalmente a dar talleres sobre temas feministas donde la necesiten, Guadalajara, Ciudad de México, Quintana Roo, Mérida, o Puebla.

En la actualidad, los nativos digitales han reconsiderado los esquemas bajo los que pueden integrarse al mercado laboral, y una de las figuras que cobra mayor fuerza es la del freelance, que seduce por la premisa de ser su propia jefa o jefe, sin horarios ni espacios físicos determinados, y que puede derivar hacia nómada digital.

Quien es freelance trabaja gestionando su tiempo de acuerdo a su estilo de vida y a las necesidades de sus clientes. Generalmente no cumplen rutinas u horarios de oficina y ofrecen sus servicios por proyecto. Estas libertades espacio-temporales configuran una buena opción para convertirse en nómadas digitales, es decir, profesionales que trabajan de forma remota desde donde haya una conexión a Internet.

Todo esto se ve muy bonito en papel, pero en la práctica es ligeramente más complejo: es necesario que tengas una estrategia perfectamente definida, mucha paciencia, saber organizarte económicamente y tener un buen contador.

Cualquier persona que quiera trabajar por su cuenta debe de tener nociones básicas de finanzas personales e impuestos, considera Margarita Villarreal, coordinadora de la licenciatura en Contaduría y Gobierno Corporativo del ITESO.

“Primeramente, saber con cuánto voy a contar. De eso que voy a contar, yo les digo que, aunque estén con la tecnología a todo lo que da, y que te depositan en una cuenta, hay que dividir los conceptos de gastos que son necesarios para vivir y, hacer un presupuesto”.

La técnica que aconseja, aunque pueda sonar anticuada en una época donde las apps solucionan casi la vida entera, funciona: separar en sobres el dinero de los gastos fijos, ya sea por semana o por quincena (renta, servicios, teléfono, internet, comida, diversión de fin de semana).

“Al principio esto te sirve mucho, ya después no necesitas hacer eso porque ya tienes una estructura (…) Esto te ayuda primero a estructurarte y a que sepas realmente cuánto estás gastando”, indica.

La práctica es especialmente importante para quienes trabajan bajo el esquema freelance, ya que, como el pago por proyectos es variable, necesitan saber con certeza cuáles son sus gastos fijos, para tomar acciones laborales al respecto.

Paga, no niegues

El pago de impuestos es un compromiso ineludible, aun como freelance. Si estás en México y prestas un servicio, es casi seguro que te van a pedir que hagas que emitas un recibo o factura ¿Sabes cómo darte de alta en el SAT?

“Lo normal para un freelance es darse de alta como persona física con actividad empresarial, pero hay otra figura que se llama RIF, que es el Régimen de Incorporación Fiscal, es para los pequeñitos”.

Este régimen fiscal, ideal para personas físicas con actividades empresariales que obtengan ingresos de hasta dos millones de pesos al año, permite gozar los beneficios de la formalidad, la emisión de facturas e informar bimestralmente sobre ventas y gastos. Esta figura también se recomienda a quienes se dedican a la venta de bienes o productos por los que obtienen una comisión que no sea superior al 30 por ciento del total de ingresos, así como quienes presten servicios relacionados con su área de estudio, pero que aún no tengan título profesional y, por tanto, no puedan ejercer formalmente.

Según Margarita Villarreal la persona física pagaría 35% de impuestos y un RIF no paga el primer año; el segundo 10% de este 35%, el tercer año un 20% de ese 35% y así hasta que a los 10 años pagas el 100% de ese 35%”. Ten en cuenta que además se paga IVA (no olvides consultar: www.sat.gob.mx)

Sea cual sea la figura que elijas, es necesario que te des de alta en Hacienda para que te evites los problemas de los que ni Messi, Cristiano Ronaldo o Shakira pudieron escapar.

“Si tú sabes y te informas, puedes hacer toda una estrategia fiscal para pagar menos impuestos, como comprar insumos para oficina, dar un donativo, alguna comida con clientes, etcétera. Hay muchas cosas que yo puedo integrar como parte de mi contabilidad para que eso me ayude. La idea es invitar a la gente a que se informe”, menciona Margarita Villarreal.

Conocimiento es poder

Una expectativa de la vida freelance es emprender con la ilusión de, tal vez, crear el próximo Facebook o el siguiente Airbnb.

Claudia Ibarra, coordinadora de la Unidad Académica de Administración, Innovación y Emprendimiento del ITESO, recomienda trabajar en “la industria que pretendes hackear”.

Conócela desde adentro, porque si no la conoces estás haciendo un montón de hipótesis y supuestos de negocio y de innovación que ni siquiera sabes si son verdaderos o son falsos.

“Sin embargo, hay que ser muy conscientes de que la reflexión poderosa detrás del emprendimiento es la creación de empleo de valor. Con esto quiero decir un trabajo digno, que proporcione todos los satisfactores, no solo como los del estilo de vida. Hay freelance que verdaderamente encuentran mucha pasión en su actividad, logran la estabilidad económica, social y emocional que necesitan y eso es bueno”.

¿Qué pasa cuando un emprendedor no piensa su emprendimiento desde la creación de empleos de valor (empezando por el suyo)? Se convierten en empleados de ellos mismos, considera la profesora.

“Hablamos mucho del autoempleo como una primera opción para irnos embebiendo, y luego se va conectando con hacer freelance por mi estilo de vida, por lo que sé hacer, sin embargo, necesitamos un modelo de negocio. Saber cobrar nuestro trabajo, equilibrar horas de trabajo versus proyecto terminado, hacer contratos; también perdemos de vista que detrás de la actividad freelance hay un modelo de negocio y una proyección de plan de vida”.

Claudia Ibarra señala que lanzarse a la vida freelance o de emprendimiento con una estrategia clara, abonará al enriquecimiento del sector.

“Nuestra responsabilidad, cuando hablo de negocio y estrategia, es tener la claridad que nuestra propuesta de valor le corresponde al segmento del mercado. Si no te quiere pagar, no es tu cliente, porque esa es una cuestión de querer, no de poder. Cuando queremos pagar algo, aunque no tengamos dinero lo pagamos con deuda, porque queremos. Y tú, y es un error muchísimo del freelance, tienes dos opciones: o bajas tu precio y estás destruyendo tu propia propuesta de valor, o haces un pivote y buscas otro segmento de mercado”.

“¿Estás dispuesto a empezar de cero, de asumir que las cosas tal vez no van a salir bien, que vas a perder más de lo que ganas? Si la respuesta es sí, éntrale”.