La revista Clavigero, Comunidades de Saberes dedica su más reciente edición a los esfuerzos emprendidos y planteados desde el ITESO para abonar a la construcción de paces en diferentes escenarios
Construir paces requiere voltear a ver el conflicto desde una perspectiva propositiva, en la que no se ignoren las violencias y se procure la inclusión de actores y estrategias para crear estrategias integrales. En México, la cultura de paz es anhelada y aun incipiente. En ese contexto, las universidades tienen mucho que aportar desde la creación de conocimiento, la consolidación de redes, la formación de profesionales y el diseño y la implementación de propuestas.
La edición mayo-julio de la revista Clavigero, Comunidades de Saberes toma como punto de partida “La posible cultura de paz” y relata esfuerzos emprendidos desde diversas plataformas, a la vez que cuestiona a quien lo lee respecto al reto que implica realmente vivir una verdadera cultura de paz.
Iván González Vega, coordinador de este número y al frente de la Licenciatura en Periodismo y Comunicación Pública, señaló que el armado de esta edición fue un ejercicio para entender cómo es que el ITESO, como universidad confiada a la Compañía de Jesús, abraza cotidianamente perspectivas de trabajo, investigación y propuesta educativa en torno a este tema.
Durante la mesa de diálogo para la presentación de este número, Giovanna Ríos Godínez, coordinadora de la Maestría en Derechos Humanos y Paz, señaló que construir paz es un proceso dinámico creado en red: “Desde contextos de desigualdad, injusticia o situaciones de violencia se construyen nuevas formas, a las que puede llamar justicia social, no discriminación, construcción de comunidad, políticas públicas. Sin embargo, la paz se tiene que hacer desde abajo, desde las personas”.
Apuntó que la universidad es un espacio para el análisis de las realidades, desde donde se dialogan acciones para construir la paz en el contexto universitario y hacia afuera. En ese sentido, Mariana López Uribe, estudiante de la Licenciatura en Gestión Pública, aplaudió la creación del grupo de Diálogos por la Paz del ITESO, en el que coinciden miembros de la academia, administrativos y estudiantes de la comunidad universitaria para plantear estrategias.
La estudiante dijo que el papel de las universidades, así como el de organizaciones civiles y movimientos sociales, es el de mediar y construir valores y conocimientos que permitan abordar los problemas de maneras diferentes, priorizando el entendimiento de las personas y el cuidado de la casa común.
Otra de las estrategias se ha implementado en el Centro de Educación Física y Salud Integral del ITESO (EFSI), donde Luis Alberto Gutiérrez García es académico. En esta área se concibe al deporte como una herramienta que, gracias a su alcance masivo, se convierte en el medio adecuado para promover una cultura de paz.
Asimismo lo concibe la Organización de las Naciones Unidas (ONU), señaló el también estudiante de la Maestría en Derechos Humanos y Paz. “El deporte puede ser una arena de conflicto como tal, pero también de soluciones”, apuntó.
Suscribió Juan Pablo Hermosillo, asesor de PAP y colaborador del EFSI, quien también encuentra en el deporte formativo oportunidades para diseminar la construcción de comunidad, justicia, la dignidad y disminuir desigualdades.
Por su parte, Jelem Naara Gómez Neri, recién egresada de la Licenciatura en Psicología, señaló que desde su experiencia en el PAP “Incidencia en el Sistema Penitenciario” se percató de que la población de hombres privados de su libertad percibe el conflicto y la violencia como una forma de solución efectiva. Con la intención de proponer estrategias educativas para la paz en el contexto del sistema penitenciario, desde el PAP se plantea la necesidad de partir desde la historia de los individuos para actuar desde la colectividad.
“La intención fue ir construyendo el conocimiento juntos a partir del diálogo y reflexiones críticas sobre ciertas situaciones que suceden en México […] para encontrar soluciones respetando las opiniones y vidas de todos”, dijo.
Aunque los charlistas reconocieron valor en la apuesta del ITESO por crear espacios formativos y vivenciales para la construcción de paz, coincidieron en que dicha propuesta no es abrazada por todos los miembros de la comunidad universitaria, por lo que dejaron sobre la mesa continuar con un diálogo que aterrice propuestas concretas para mejorar las estrategias institucionales.
FOTO: Luis Ponciano