Los días 7 y 8 de octubre la Universidad fue sede del IV Encuentro Académico Bibliotecas SUJ.
Uno de los espacios más apreciados de cualquier universidad es la biblioteca. A ella acuden por igual estudiantes de licenciatura y posgrado, académicos e investigadores. Ahí se congregan los conocimientos más novedosos y también aquellos que han trascendido el tiempo. Por eso, por cuarta ocasión el Sistema Universitario Jesuita (SUJ), que agrupa a las siete universidades confiadas a la Compañía de Jesús en el país, realizó, los días 7 y 8 de octubre, el Encuentro Académico Bibliotecas SUJ con el tema “Mapeando el paisaje SUJ. Diagnósticos, proyectos y acciones en el mapa de recursos y espacios de las bibliotecas”.
Al dar la bienvenida a los asistentes, congregados en el auditorio D2 del campus, Luis Arriaga, SJ, Rector del ITESO señaló que las universidades confiadas a la Compañía de Jesús en México y en el mundo “siempre han tenido un particular aprecio por nuestras bibliotecas, aprecio plasmado en el valor de sus acervos”. Destacó el que describió como un “esfuerzo sistemático por comprender la naturaleza, la sociedad y a la humanidad” patente en toda biblioteca, y recordó que fue hasta el siglo XX que se comenzó a generalizar el acceso de las personas a las herramientas que les facilitaran allegarse de conocimiento. Explicó que las bibliotecas son un lugar central y uno de los retos principales que tienen actualmente es cómo apropiarse de las posibilidades que da la tecnología para sacarles mayor provecho. “La información es un recurso social, político y estratégico”, añadió el Rector, para luego afirmar que en la actualidad la biblioteca “está llamada a ser un espacio para el aprendizaje interactivo”.
Después de la bienvenida tuvo lugar la primera actividad del encuentro, que consistió en una conferencia de Sergio Márquez Rangel, responsable del Área de Gestión de Recursos Electrónicos de la Dirección General de Bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y quien preparó una disertación titulada “La gestión de recursos electrónicos de información académica”. Comenzó señalando que, dada su historia y sus antecedentes, la UNAM siempre ha sido beneficiada con colecciones bibliohemerográficas muy ricas, ya sea por donaciones o por la incorporación de diferentes acervos procedentes de otras instituciones que se han visto agregadas al organigrama universitario.
Después de recordar que la máxima casa de estudios del país fue una de las primeras instituciones en tener acceso a bases de datos digitales, Márquez Rangel hizo un repaso histórico en el que resumió los esfuerzos de la UNAM para incorporarse a la digitalización, desde la adquisición de revistas y bases de datos en línea hasta la adquisición de servidores ex profeso para poner a disposición de los usuarios dichos recursos electrónicos.
Refirió cómo el crecimiento de los acervos digitales llevó a la Dirección General de Bibliotecas (DGB) a reorientar sus recursos, destinando cada vez a las versiones digitales y cancelando las suscripciones a publicaciones impresas, pero hizo hincapié en el hecho de que estas decisiones siempre se han tomado luego de procesos de evaluaciones en las que se considera la efectividad y sus costos.
En la ronda de preguntas y respuestas atendió las diversas inquietudes de quienes asistieron. Les señaló que era necesario contar con un comité de adquisiciones encargado de evaluar cuáles recursos habrían de adquirirse, y detalló que éste debería estar integrado por autoridades universitarias, profesores, investigadores y estudiantes por-que, recordó, “el objetivo primario de toda biblioteca universitaria es cubrir las necesidades de su oferta académica y ofrecer algo más”.
También aconsejó a los bibliotecarios reunidos que fueran hábiles al momento de negociar con los proveedores, ya que ellos siempre iban a querer vender de manera ventajosa. “Delimiten su público, pidan periodos de prueba mayores a los 30 días, hagan retroalimentación con la comunidad universitaria y siempre oferten debajo del precio inicial. En la DGB hemos llegado a comprar recursos hasta 50 por ciento por debajo del precio que nos habían dado al principio”, concluyó.
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