El sistema de autopréstamo automatizado de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ, entró en una etapa de etiquetado con tecnología RFID, que permitirá a los usuarios acelerar los tiempos de préstamo, renovación y devolución
Imagínate cargando cuatro o cinco libros para llevarlos a casa porque te urge terminar tus trabajos finales. ¡Cada segundo cuenta! La buena noticia es que el proceso administrativo de préstamo, renovación, devolución o consulta de información de tu cuenta es mucho más rápido y sencillo gracias al sistema de autopréstamo de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ, que ahora da un paso más adelante.
Desde agosto del año pasado hay una máquina a la entrada de la Biblioteca que te permite hacer estos movimientos; sin embargo, por el momento, se tiene que hacer el procedimiento con cada uno de los libros que te llevas. Pero desde el 10 de junio pasado arrancó un proceso de etiquetado con tecnología RFID que permitirá que puedas desmagnetizar libros en grupo, para evitar que suenen en los arcos de seguridad.
“El equipo de autopréstamo es la punta de lanza de un proyecto más grande que tiene que ver con la automatización de la biblioteca. Este equipo de autopréstamo es híbrido. Pero ahora se va a adoptar la tecnología de etiquetas RFID en las que puedes grabar información; esto es de última generación. Ahora, cuando quieres sacar libros traen códigos de barras que se escanean uno por uno”, explicó Jorge Pérez Vázquez, coordinador de Sistemas de Información de la Biblioteca ITESO. “Con esta tecnología lo podrás leer sin tener que pasar por el lector de código de barras. Esto va a ayudar a que los estudiantes pongan un altero de cinco libros, por ejemplo, sin tener que pasar el código de cada uno, pues el aparato detecta todas las etiquetas de una vez y te dice cuál material puede salir en préstamo, o si lo estás devolviendo”.
La identificación RFID o por radio frecuencia es una tecnología que identifica objetos a través de ondas de radio de manera única, pudiendo captar cientos de objetos a la vez. Es un sistema de almacenamiento y recuperación de datos remotos que usa dispositivos pequeños y adheribles, denominados etiquetas, tarjetas o transpondedores RFID, los cuales no necesitan ningún tipo de transmisión eléctrica interna.
Gilberto Cuéllar Martín, coordinador de Circulación y Atención a Usuarios de la Biblioteca, explicó que este modelo de autopréstamo lleva un avance de más de 20 mil etiquetas —la primera tanda será de 50 mil—, y se espera que para finales de 2025 puedan estar etiquetados 460 mil ejemplares de un acervo de 640 mil volúmenes (el resto no son susceptibles de tener este identificador, pues se trata de películas, planos, revistas o títulos que sólo son de consulta interna).
Para Cuéllar, quien lleva más de 20 años trabajando en bibliotecas universitarias, este sistema, además de facilitarle la vida al visitante, permitirá aminorar la carga del área del servicio al usuario, para que puedan apoyar otros procesos dentro de Biblioteca.
“Este equipo ayuda mucho en los procesos físicos y técnicos de otras áreas de Biblioteca: hay que reetiquetar, capturar índices de revistas, trabajar en donaciones, además de atender a las personas. También el personal tiene asignado ayudar en la parte de catalogación y clasificación, y así se hace más fluido el trabajo”, añadió.
Por el momento, con el sistema híbrido, y en lo que se va avanzando en el proceso de etiquetado, basta con llegar a la máquina elegir la opción deseada (préstamo, renovación o devolución), abrir el libro y, con el lector infrarrojo, leer el código de barras, y luego en el lector verde colocar el libro con el lomo hacia adentro, para que se desmagnetice o magnetice el título. En caso de renovación se puede hacer directamente sin los libros.
Pérez Vázquez agregó que esta tecnología también ayuda en aspectos operativos de la Biblioteca, por ejemplo, cuando se necesita hacer el inventario: con las etiquetas RFID ya no será necesario sacar libro por libro, sino que, con un aparato de mano que se pase a poca distancia, van a poder identificar varios libros a la vez.
“Hay material que se piensa que está robado, pero lo que sucede es que está en otro lugar; libros que sacan de su sitio, por ejemplo, de matemáticas, y lo meten en literatura. Con este aparato, en el momento en que vas pasando, si hay un libro que no pertenece a donde está, también te lo va a indicar”, dijo.
Desde que se echó a andar el sistema de autopréstamo, en agosto de 2024, se han registrado alrededor de 14 mil operaciones, entre préstamo, devolución y renovación, es decir, más de 6 mil préstamos, más de 5 mil devoluciones y casi 3 mil renovaciones.
“Es algo relativamente nuevo, entonces hay que ir acostumbrando a los usuarios e irnos acostumbrando nosotros también, para acordarnos de llevarlos y guiarlos. Tenemos que generarles la confianza para que lo utilicen sin ningún problema. Nada más es perderle el miedo”, señaló Cuéllar.
FOTO: Zyan André