Amparo Sahagún Cortez, alumna de Ingeniería en Biotecnología, hizo sus últimos semestres de la universidad en plena pandemia; actualmente trabaja en Laboratorios Pisa como ingeniera de calidad
Cuando se dio cuenta que una persona muy importante en su vida se volvía cada más fría conforme se desarrollaba como médico, Amparo Sahagún Cortez entendió que quizá este no sería su camino. Aunque la medicina le parecía una carrera muy noble con la que podía ayudar a las personas, la ahora egresada de Ingeniería en Biotecnología prefirió estudiar esta licenciatura en el ITESO, por la oportunidad de aunar su gusto por la naturaleza y la biología.
Amparo nació hace 23 años y estudió el primer año de preparatoria en Guadalajara, y los dos últimos los vivió en Victoria, una isla de Vancouver, en Canadá.
“En Canadá era muy común ir de excursión, ir al lago, ir al río. Tenían muchas reservas naturales que me gustaba conocer y explorar, y eso me unió con la naturaleza y la botánica; además vivía en una isla, iba al mar y así. Todo eso siempre me llamó mucho la atención”, dice.
Amparo se describe como una persona que siente mucho y que si estudiaba Medicina no podría separar sus sentimientos.
“En Biotecnología hallé esa mezcla de biología y naturaleza y todo lo que se puede sacar de provecho de ella y poder enfocarlo a la medicina”. Considera que estos enfoques van desde los alimentos y los cosméticos hasta su interés más importante: la medicina regenerativa.
Al comparar el plan de estudios de Ingeniería en Biotecnología de distintas universidades, Amparo escogió el ITESO porque le pareció muy completo y los jardines y pasillos del campus la hicieron sentir más en casa.
“Me encantó conocer todo lo que podía hacer. El PAP me ayudó mucho; vimos cultivo de células madre en 3D. Utilizamos células madre mesenquimales de placenta humana y las cultivamos con dos métodos diferentes y luego esas se utilizan para terapia celular que ayuda a enfermedades degenerativas como pueden ser las cardiovasculares, neuronales, entre otras”, relata. Ahí se dio cuenta que quería trabajar en temas de ingeniería de tejidos y terapia celular.
Amparo menciona que sus clases predilectas fueron con los profesores David Mendoza Aguayo y Aída Guerrero. Con ella aprendió mucho sobre cultivos celulares y células madre. Y con el profesor tuvo sus clases de biología celular y genética.
Egresada apenas en mayo de 2021, Amparo fue una de las estudiantes que le tocó vivir sus últimos semestres durante la pandemia provocada por la llegada de la covid-19. Al recordarlo, Amparo no lo vio como un impedimento puesto que varias de las clases las tenía en los laboratorios del Parque Tecnológico del ITESO, donde llevó la mayoría de sus materias durante toda su carrera.
“Mi último año fue en pandemia, pero afortunadamente se abrieron los accesos a los laboratorios y yo hasta iba los sábados al ITESO. Como estaba haciendo cultivos, las células con las que trabajaba eran delicadas y yo tenía que darles cierta atención, entonces acomodaba mis corridas para que pudiera dejarlas un día sin atender, que era en domingo, pero sí tenía que ir a verlas en sábado rapidísimo”.
Respecto a cómo manejó el ITESO el tema de la pandemia, le parece que todo se hizo de manera muy satisfactoria. “Se redujo el número de estudiantes en el laboratorio, entrábamos todos con caretas, guantes, cubrebocas. Se tomaron medidas muy estrictas para reducir los contagios y también los profesores nos recordaban constantemente de aprovechar la oportunidad de tener clases presenciales”.
Eso le hizo ser más consciente de la situación y agradece que ella sí tuvo la oportunidad de tomar así varias de sus materias. “No es lo mismo tener la clase con la pura teoría que ya en la práctica”, asegura.
Me encantó conocer todo lo que podía hacer. El PAP me ayudó mucho; vimos cultivo de células madre en 3D. Utilizamos células madre mesenquimales de placenta humana y las cultivamos con dos métodos diferentes y luego esas se utilizan para terapia celular que ayuda a enfermedades degenerativas como pueden ser las cardiovasculares, neuronales, entre otras
Amparo cuenta que, unos pocos meses antes de terminar la carrera, mandó aplicaciones a varios espacios laborales y uno de ellos fue en Laboratorios Pisa. Ahí tuvo una entrevista de trabajo y a la semana le hablaron mostrando su interés en sus talentos, situación que la sorprendió pues no esperaba que le contestaran tan rápido.
Así, desde hace un par de meses Amparo se desempeña en laboratorios Pisa como ingeniera de calidad. Su trabajo consiste en hacer un minucioso muestreo de que los insumos que adquieren tengan los requerimientos de calidad para venderlos al público.
“Veo que los productos lleguen bien con sus empaques y la mercancía. Nosotros lo que hacemos es a la industria del proveedor y que tenga la documentación adecuada para aprobarlo y comprarle su insumo que será utilizado en la industria. Mi tarea es que todos los insumos que entren a Pisa estén bien”. Es decir, cuando tú compras un Electrolit, Amparo ya se encargó de que la botella, la tapa, el líquido y la etiqueta cuenten con toda la calidad necesaria para que entonces la puedas comprar en tu tienda favorita.
Sobre su futuro laboral, dice sentirse muy bien en Pisa, pero que también quiere estudiar un posgrado. “En el futuro sí me gustaría hacer una maestría en genética para después aplicarlo en terapia celular. Quiero hacerla en Austria, ya que en el ITESO hice un intercambio en la universidad de Graz”.
En ese espacio, Amparo se fue a estudiar materias que no hubiera en el ITESO como ingeniería tisular, biotecnología sintética, entre otras.
Aunque su experiencia en Austria fue más que satisfactoria, guarda muy buenos recuerdos de su paso por el ITESO y de su carrera, de la que dice que es muy completa porque “te da la oportunidad de conocer de todo lo que es el área de Biotecnología desde la parte que es ingeniería (la parte de bioprocesos) hasta la parte que es de investigación (más enfocada en cultivos). Del ITESO me encantó el ambiente, los profesores, los compañeros, todo el personal fueron personas muy amables conmigo y siempre se sintió un ambiente familiar, cordial y ameno”, asegura.
“Yo enamoradísima del ITESO, fui feliz ahí”, dice con una sonrisa.
Mi último año fue en pandemia, pero afortunadamente se abrieron los accesos a los laboratorios y yo hasta iba los sábados al ITESO. Como estaba haciendo cultivos, las células con las que trabajaba eran delicadas y yo tenía que darles cierta atención, entonces acomodaba mis corridas para que pudiera dejarlas un día sin atender, que era en domingo, pero sí tenía que ir a verlas en sábado rapidísimo.

Quienes estudian Ingeniería en Biotecnología en el ITESO se forman para desarrollar tecnología y productos basados a partir de bioprocesos con células vivas que brindan beneficios a la sociedad; cursan un pan de estudios centrado en Ciencias de la Ingeniería, Ciencias Químicas y Bioprocesos aplicados; adquieren una formación ética e integral, basada en las orientaciones del ITESO, y obtienen experiencia profesional al colaborar en proyectos reales de la industria desde los Laboratorios de Biotecnología ITESO.
Ve aquí el plan de estudios: https://carreras.iteso.mx/ingenieria-biotecnologia
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