En los lugares que visitará el Pontífice se localizan algunas de las grandes heridas del país, señala David Velasco, SJ, profesor del ITESO.
Discriminación contra los pueblos indígenas; migración; la violencia propiciada por la guerra desatada por el gobierno federal contra el narcotráfico o los feminicidios en la zona norte.
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Estas son algunas de las heridas que el Papa Francisco eligió para la visita que realizará al país del 12 al 17 de febrero, afirma David Velasco, SJ, académico del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del ITESO.
Velasco hace un recorrido por Ciudad Juárez, Tijuana, Chiapas y Michoacán, sitios que fueron elegidos de manera consciente para conformar el itinerario del Pontífice:
“Una herida grande que vive México son sus pueblos indígenas. Es muy dolorosa, porque están siendo despojados, despreciados”, sentencia el académico, quien recuerda que con el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994 se evidenció que “somos un pueblo muy racista, o sea, decirle indio a alguien no solamente es ofenderlo, es decirle que es un ignorante, un pobre, que no sabe nada”.
Deportados/desechados
El exdirector del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro señala que Tijuana es donde se están asentando los deportados mexicanos expulsados de EEUU.
Para Velasco, el que las remesas de los migrantes mexicanos sean uno de los principales ingresos para la economía mexicana habla de un país lastimado; con las deportaciones que impuso el gobierno de Barack Obama se ha registrado una larga serie de historias de dolor.
La mayoría de los deportados son jefes de familia de 31 años de edad en promedio, según publicó el Colegio de la Frontera Norte. De 2007 a 2012 aumentó en 57 puntos porcentuales el número de deportados que tienen familia y que fueron devueltos sin ella.
“Francisco va a tener una palabra relevante para denunciar esa situación, porque finalmente todos los indígenas y migrantes en tránsito son dos de las más graves heridas que te puedas imaginar”.
“Es inevitable esa discusión de si es una visita pastoral o si tiene connotaciones políticas. O hay demasiada ignorancia o es pura ingenuidad: religión y política son dos caras de la misma moneda. El Papa visita a México en un contexto de mucho dolor y sufrimiento para mucha gente”
El académico del SOJ vincula la herida de la migración con la del narcotráfico al rememorar la masacre de San Fernando, Tamaulipas, en la que 72 migrantes de Centro y Sudamérica fueron asesinados en 2010 por negarse a colaborar con los delincuentes.
El jesuita recuerda que la migración es uno de los mayores negocios en México, junto con el narcotráfico y la trata de mujeres, y por ello confía en que el Papa Francisco emitirá una palabra relevante.
Asesinadas, desaparecidos e impunidad
“Si los pueblos indígenas nos descubren como un pueblo racista, Ciudad Juárez con los feminicidios nos descubre como un país no solamente machista, androcéntrico y patriarcal, sino tremendamente feminicida”, describe Velasco.
Al hablar de Michoacán, señala que otra herida es la de los más de 30 mil desaparecidos y los más de 100 mil asesinatos violentos en un país que oficialmente ni está en guerra civil ni sufre una dictadura militar. En este punto, Velasco agrega que en el documento Bula de convocación del jubileo extraordinario de la misericordia, el Pontífice se dirige a aquellos involucrados con el crimen organizado.
“Los invita a cambiar de vida, a no colocar el dinero como valor absoluto de la vida y a denunciar la corrupción”.
El coordinador del libro Ayotzinapa y la crisis del estado neoliberal mexicano, señala que la clase política del país teme que el Papa sea claro y directo –como lo es en la Bula–, y hable de que ese contubernio entre crimen organizado y corrupción es una complicidad criminal en México.
“Criminal en el sentido de que son los causantes directos, estructurales y sistémicos de estas grandes heridas que hemos mencionado”, afirma.
Velasco revela que los jesuitas en México están haciendo gestiones para que el Papa se reúna con los familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa; también en Ciudad Juárez se aceleran las gestiones para que reciba a los familiares de las víctimas de feminicidio.
“Que el Papa Francisco visite México en plena celebración del jubileo de la misericordia me parece un acto de misericordia; además, lo hace en un contexto de mucho dolor y de mucho sufrimiento y tristeza para mucha gente”. Texto Judith Morán Foto Conacyt