Un catálogo único que invita a los lectores contemplar la belleza de las aves y valorar su papel en el equilibrio de los ecosistemas. Homenaje a las 103 especies del campus que inspira a la reflexión y el compromiso con el cuidado de la naturaleza
Al ingresar al campus del ITESO, lo primero que se escucha es el canto de las aves. Una sinfonía compuesta por algunas de las 103 especies que han encontrado en este espacio un refugio y un hogar. Entre la diversidad de los jardines, estas criaturas no solo forman parte esencial del ecosistema, también invitan a la contemplación y, con ello, al cuidado de la casa común.
Este vínculo entre la naturaleza y la comunidad universitaria dio origen al libro Aves de Casa, presentado el pasado sábado 29 de noviembre en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. La obra, fruto de más de tres años de trabajo colaborativo, reúne información científica, ilustraciones y fotografías tomadas por miembros de la comunidad universitaria. Más que un catálogo, el libro busca inspirar la observación consciente y la responsabilidad hacia el medio ambiente.
“La presencia de estas aves […] es una invitación para abrir los ojos y el corazón a mirarnos a nosotros mismos desde una perspectiva de cuidado y responsabilidad”, señaló Juan Gabriel Morales durante la presentación, coautor del libro junto a Maya Viesca, directora del Centro de Promoción Cultural del ITESO, con colaboración de los biólogos Luis Sánchez-Ramos y Juan Escobar-Ibáñez.
Un tributo a las aves
El libro es mucho más que una guía de avistamiento común. En sus páginas, ciencia, arte y filosofía convergen para despertar en los lectores la curiosidad y la apreciación por estas criaturas que han logrado sobrevivir en entornos urbanos cada vez más hostiles. La obra representa un esfuerzo por comprender los ciclos de vida, los procesos de migración, así como la relación que los seres humanos establecen con ellas. “Hemos propuesto un proyecto que habla de ellas como sujetos que forman comunidades, entre ellas y con nosotros”, señaló Maya Viesca, quien presentó el libro junto a Morales, Alexander Zatyrka SJ, rector del ITESO, y Humberto Orozco Barba, impulsor del desarrollo de este proyecto durante su gestión como director de Relaciones Externas.
El volumen incluye fotografías tomadas en el campus del ITESO, el predio del Bosque La Primavera resguardado por la universidad y la Casa ITESO Clavigero. Además, presenta capítulos como “Espacios”, que analiza la relación de las aves con su entorno, y “Movimiento”, que reflexiona sobre su conexión con el cielo: “Si bien son un arquetipo de libertad por su capacidad de vuelo, las aves pasan la mayor parte de su vida posadas. De ahí que, comprender la composición de nuestras ciudades, se vuelve un elemento fundamental de su conservación, al tiempo que ellas, con su presencia, nos muestran la salud de nuestro propio entorno”, explicó Viesca.
Contemplar para cuidar
Durante la presentación, rector Alexander Zatyrka reflexionó sobre cómo la contemplación de la belleza conduce al conocimiento y a la valoración de las cosas. “La contemplación implica el cultivo del silencio interno […] dejar que la realidad te enseñe su lenguaje. […] uno de los lenguajes más hermosos de esta realidad, de la naturaleza, son las aves”, apuntó Zatyrka.
El libro también aborda la importancia de la conservación desde una mirada política, en la que se subraya la necesidad de construir ciudades que consideren a las especies con las que se comparte el territorio. Es así como Aves de Casa documenta la riqueza natural del campus e invita a la comunidad a asumir un papel activo en su protección.
El ITESO: un bosque lleno de vida
Para Morales, en cada rincón del campus “late una riqueza biológica que construye relaciones de vida”. Durante el evento destacó la estrecha relación entre las aves y los árboles, así como la diversidad vegetal que constituye la base de la presencia de estas especies en el ITESO. La universidad, situada en un contexto urbano, ha logrado convertirse en un refugio gracias a una planeación que consideró el entorno como parte esencial de la formación humanista.
Para dimensionar esta riqueza, Morales explicó que: “El Bosque La Primavera cuenta con 30 mil 500 hectáreas y alberga alrededor de 203 especies de aves. […] Nuestro campus, con apenas […] 25.29hectáres de áreas verdes, concentra la mitad de esas especies”. Lo que significa que en menos del 1% del área del bosque la universidad alberga una “diversidad extraordinaria”.
Estas áreas no solo son hogar para aves, también ofrecen refugio a mamíferos, reptiles, anfibios y otros animales que conviven con la comunidad. Esta biodiversidad es posible gracias a la presencia de más de 300 especies de árboles y a la existencia de fuentes de agua que sostienen la vida silvestre.
La presentación del libro generó gran interés entre los asistentes quienes compartieron experiencias relacionadas con la observación de aves durante sus años en el campus. El encuentro se convirtió en un espacio para reflexionar sobre la importancia de seguir construyendo una universidad que considere a los seres vivos y que siga promoviendo la conservación.
FOTOS: Luis Ponciano
