El semestre está por terminar y se avecinan las fiestas de fin de año, en especial, la Navidad. Con la mirada puesta en los convulsos tiempos que atraviesa el país, dos voces reflexionan acerca del significado que puede tener este episodio bíblico en medio del actual contexto mexicano.

“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto”.- Georg Lichtenberg

 

Los tiempos están cambiando y, tal como lo muestra la Historia, un cambio de estructuras rara vez ocurre de manera pacífica.

Iglesia de la Natividad en Belén, actual Palestina. Este es el lugar donde, según la tradición, la Virgen María dio a luz a Jesucristo

Iglesia de la Natividad en Belén, actual Palestina. Este es el lugar donde, según la tradición, la Virgen María dio a luz a Jesucristo

El historiador y académico del ITESO, Alfonso Alfaro, considera que a casi 100 años de la promulgación de la Constitución mexicana, rúbrica de la Revolución, el modelo de país está fatigado y presenta graves fisuras y demanda un profundo replanteamiento.

“No existe una dirigencia social, instancias que permitan que los poderes económicos y políticos se conecten con las bases de la sociedad y con el mundo para representar los intereses del conjunto”, apunta Alfaro.

“La poseen los países prósperos y la han construido a lo largo del tiempo, esa capacidad de armonización, de negociación y de cooperación entre los detentadores del poder económico, los del poder político y las bases de la sociedad. Eso no lo tenemos y no lo hemos tenido nunca; tenemos que construirlo, y no se construye con una reforma, es un proceso de largo plazo”.

A tres semanas de la Navidad, especialistas del ITESO vislumbran esta celebración social y religiosa como un episodio capaz de activar reflexiones y pensamientos en relación con la crisis que vive el país.

“Detengámonos en una de las enseñanzas de vida del Jesús histórico: ‘Solo el que pierda su vida la encontrará’. Esta frase me parece muy pertinente para la situación actual de este México tan dolido. ¿Cómo celebrar la Navidad en este país y este mundo nuestro tan lastimado, indignado y sufriente?”, se pregunta Eneyda Suñer, académica del Departamento de Filosofía y Humanidades.

“Rechazamos, no queremos esta vida de muerte, de violencia, de miedo, de desaparecidos. Pues perdámosla, pero perdámosla toda, renunciemos también a nuestras envidias, nuestros egoísmos, nuestras prebendas injustas, nuestras malevolencias, nuestra indiferencia ante los más necesitados”.

Vale la pena explorar la liturgia propia de diciembre (posadas, cenas, Misa de Gallo, Navidad), porque contiene historias y símbolos enriquecedores.

Navidad

“En Navidad se celebra que Dios –en Jesús– asume la condición humana con todo lo que esta implica: historicidad, complejidad, conflictos, emociones y toma de decisiones”, refiere Arturo Navarro, jefe del Centro Universitario Ignaciano del ITESO.

“En un país como México, que parece que vive en crisis desde su origen, la celebración de la Navidad es una oportunidad para tomar posición ante la situación de violencia generalizada más allá de la celebración tradicional”.

Suñer añade: “¿Queremos una vida de justicia, de esperanza, de defensa de la dignidad de todos, de solidaridad? Pues construyámosla, pero no como el joven rico que quería una ‘Nueva vida’ sin renunciar a la anterior (Evangelio de Marcos). Esa es la mejor manera de celebrar la Natividad, el nacimiento de una nueva vida, no solo la del Jesús histórico, sino la del Dios encarnado de todos los tiempos, pero encarnado en la humildad y entre los más pobres y necesitados de la tierra. Ese niño vino y viene a eso precisamente, a enseñarnos a vivir”.

“Y puso su tienda entre nosotros…”

Navarro retoma esta frase del Evangelio de Juan, “centro del acto de la encarnación de Jesús”, para subrayar la confianza y solidaridad con los que viven en situación de precariedad que están detrás de dicho episodio.

“Pensar la Navidad en la clave de Dios que ‘pone su tienda entre nosotros’, permite transitar de las celebraciones centradas en las piñatas, los regalos y las esferas a la memoria de Jesús que se vincula a la historia de los hombres”, asegura.

“La Navidad mexicana pasa por ‘poner su tienda’ entre los migrantes, los desplazados, los desaparecidos, los desarraigados, los frustrados por las políticas neoliberales, los narcotraficantes, los secuestradores, por anunciar proféticamente que otro mundo es posible. La felicitación de Navidad puede ser un abrazo por el compromiso con el otro”. Texto Enrique González Fotos Luis Ponciano/Archivo


Vacaciones a la vista… ¿Un libro o película para ver en perspectiva el año que termina?

httpv://www.youtube.com/watch?v=5zjk-JDSU3I

El periodo vacacional que se avecina puede ser un tiempo propicio para descubrir o revisitar una serie de libros y películas que, desde distintas trincheras, épocas y narrativas, tienen el potencial para mostrarnos de qué está hecho no solo el México y los mexicanos contemporáneos, sino la raza humana en su conjunto.

¿Qué temas encontrarás? Violencia irracional y sistemática, represiones gubernamentales, el olvidado campo mexicano, la profunda desigualdad en la distribución de la riqueza, la injusticia, la resistencia de la sociedad civil, el humor negro y la sátira como vías para revisar las desviaciones que suelen acompañar a los individuos ansiosos de poder… Pero también encontrarás historias en las que la solidaridad, el valor, el amor y la esperanza prevalecen y les permiten a los personajes dejar atrás oscuros periodos de sus vidas.

Aquí te recomendamos algunos títulos para entender el presente y que responden a, como apuntó Italo Calvino, “la necesidad de mirar el pasado con ojos nuevos”.

Libros:

México bárbaro, de John Kenneth Turner.

Rebelión en la granja, de George Orwell.

Meridiano de sangre, de Cormac McCarthy.

Los relámpagos de agosto, de Jorge Ibargüengoitia.

La sombra del caudillo, de Martín Luis Guzmán.

La silla del águila, de Carlos Fuentes.

Un cuento de Navidad, de Charles Dickens.

El árbol de Navidad y una boda, cuento de Fiodor Dostoievski.

 

Películas:

Los olvidados, de Luis Buñuel.

Rojo amanecer, de Jorge Fons.

Reed, México insurgente, de Paul Leduc.

La sombra del caudillo, de Julio Bracho.

El bulto, de Gabriel Retes.

El extensionista, de Fernando Pérez.

Qué bello es vivir, de Frank Capra.

El extraño mundo de Jack, de Henry Selick.