Beatriz Castellanos, integrante de la Oficina de Comunicación Institucional, desde el 2016 es la creadora de una de las catrinas que cada 2 de noviembre se pasean por el campus durante nuestra celebración del Día de Muertos.
Bety es el rostro amable y decidido que recibe a quien suba los tres pisos del edificio W para visitar la Oficina de Comunicación Institucional del ITESO. Beatriz Castellanos Ramos, mercadóloga egresada de la UdG, es la encargada administrativa de la oficina desde el 3 de diciembre del 2018, pero su historia con la universidad comienza años atrás y tiene imagen de La Catrina.
En realidad, tal vez desde más atrás, desde que era una bebé y su mamá la sentaba en su regazo, frente a la máquina de coser. Se estaba quietecita, no metía ni las manos, y así comenzó su amor por la costura, siendo las Barbies sus primeros maniquíes, a las que vestía con los retazos de tela que le sobraban a Francis, su mamá.
“Aprendí a coser a los 11 años, que fue cuando mi mamá me hizo mis primeros moldes y me enseñó a manejar la máquina de coser”, cuenta Bety.
A la par de ello, aprendió también a bordar, pero ambas actividades quedaron en hobby hasta que en el 2007 entró a clases de baile y retomó el gusto por la costura, diseñando los vestuarios para las presentaciones de su grupo.
Cuando la imagen de las catrinas se popularizó, “mi sueño era salir disfrazada de Catrina y pasearme por el centro, pero pensé que tal vez la gente se acercaría demasiado y quedó solo en un sueño”.
Una semana antes del Día de Muertos del 2016, Rocío Mendoza Durán, quien trabaja en el Departamento de Lenguas del ITESO y es su cuñada, le dijo que, si aún tenía el sueño de hacer un disfraz y maquillaje de La Catrina, la invitaba al ITESO a que la disfrazara y maquillara. “Me pareció una excelente idea hacerlo ahí porque es un espacio más controlado, así que acepté.”
Pese a la premura y al poco tiempo para planear todo el concepto del disfraz, para Bety fue una maravillosa experiencia que se repetiría en el 2017, esta vez, con un mes de anticipación para conceptualizar la imagen. Ese año tomó como inspiración La Catrina que recreada en el mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, realizado por Diego Rivera en 1947, y decidió emular una boa de plumas con Quetzalcóatl. También ese año estuvo acompañada por Francis Ramos Contreras, su mamá, que es quien desarrolla, en tela, las ideas de su hija.
Muy Catrina
El 2018, como en los dos años anteriores, Rocío volvió a invitarla a participar. Esta vez Bety tenía más espacio para planear y desarrollar el concepto, maquillaje, accesorios y vestuario de La Catrina, pues poco tiempo antes había sido despedida de su trabajo. Durante la planeación del disfraz, Rocío le comentó de una vacante en el ITESO, así que entre metros de tela y bocetos de papel preparó sus documentos, los envió y esperó.
“Ese Día de Muertos fue la primera vez que visité la capilla del campus. Ahí le ofrecí a Dios mi Catrina, mi trabajo, y le dije ‘Tú sabrás’. Un mes después, me hablaron para la entrevista, y a principios de diciembre ya estaba trabajando en el ITESO”, rememora.
Hace un año, siendo colaboradora de esta universidad desde la Oficina de Comunicación Institucional, Bety volvió con Francis a vestir y maquillar a Rocío; y parte de ese proceso fue captado, como años anteriores, por Roberto y Luis, fotógrafos de la Oficina de Comunicación Institucional, ahora también sus compañeros de trabajo.
La mayor parte de lo que va de este 2020, Beatriz, como el resto de quienes trabajamos en el ITESO, ha hecho home office, lidiando con el confinamiento. Cuando éste comenzó, se puso a pensar en cuál sería su inspiración para La Catrina de este año.
“Sería algo relacionado con el mundo descansando, el respiro del mundo”, dice Bety.
Aunque no tiene certeza de si podrá hacerse una sesión de fotos con La Catrina – Rocío, de nueva cuenta – caminando por los pasillos solitarios de la universidad, este lunes 2 de noviembre volverá a trabajar junto a Francis para que la Catrina siga siendo parte de los festejos de este día en el ITESO, en la actividad convocada por el Departamento de Lenguas, La Catrina tiene Zoom. No dejes de verla y de escuchar la lectura de calaveras literarias, que este año seguramente la muerte estará ensalzada de virus, encierro y pandemia.