Mario López, profesor y miembro del Grupo del Agua del ITESO, reprueba los resultados de balance hídrico de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos que sentencian la inundación de Tepacapulín.
“Con la construcción de la presa El Zapotillo, Temacapulín pierde porque lo que importa es el negocio, lo que importa es la infraestructura y mantener todos los compromisos de negocio detrás de esta», afirma Mario López, profesor del Centro de Investigación y Formación Social y miembro del Grupo del Agua del ITESO, ante el estudio de balance hídrico de la Cuenca del Río Verde, de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), que el 29 de junio confirmó que no hay alternativa que evite que se inunden Temacapulín, Acasico y Palmarejo, para la construcción de la Presa El Zapotillo.
«Con la construcción de la presa El Zapotillo, Temacapulín pierde. Lo que importa es la infraestructura y mantener todos los compromisos de negocio», afirma el maestro Mario López, académico del ITESO y miembro del Grupo del Agua del ITESO, ante el estudio de balance hídrico de la Cuenca del Río Verde, de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), que dice que no hay alternativa que evite que se inunden las poblaciones de Temacapulín, Acasico y Palmarejo para la construcción de la presa El Zapotillo.
«No es el balance hídrico de la UNOPS lo que está destinando a la desaparición injusta de estos territorios, sino la forma en la que estructuraron los modelajes», explica.
«Si el organismo técnico de la UNOPS, que se supone que es especializado, dice que no hay forma de salvar los poblados en ninguno de los escenarios, lo que tenemos que preguntarnos es si no metieron escenarios en los que sí se podía salvar», añade el académico.
Ante los resultados del estudio, encargado por el Gobierno de Jalisco en noviembre de 2016, Mario López sostiene que el problema está desde su planteamiento.
El académico reitera la necesidad de analizar el balance hídrico, el cual genera dudas de qué tan válido es, debido a que los datos de la Comisión Nacional del Agua y del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, en los que se basa dicho estudio, provienen de infraestructuras que no están actualizadas o que son inexistentes.
Pero el principal foco rojo es que «hay que dividir el balance hídrico de los escenarios que hizo la UNOPS, porque los escenarios están centrados en un objetivo muy claro y declarado por la UNOPS: cómo rescatar la infraestructura que ya está instalada. Ese es un gran problema, y para mí es la gran falla técnica. No es que la presa funcione, es que debe funcionar a fuerzas porque ese fue el objetivo del estudio», enfatiza López.
El estudio de la UNOPS establece cinco escenarios con planteamientos prospectivos, y en ninguno se salva Temacapulín. El problema, afirma Mario López, es que el discurso oficial del Gobierno de Jalisco dice ampararse en los datos científicos, pero «aunque haya criterios científicos, puede ser que el criterio político gane sobre estos».
«En estos escenarios, la objetividad es mucho menor que en el balance hídrico. Estos son muy manipulables. El mismo Alejandro Rossi (asesor para América Latina de la UNOPS), en entrevista expresa, mencionó que tuvo que sacarse esta variable porque si no, la presa se volvía absurda», añade.
Lo que se debería buscar no es salvar la presa, sino ver cómo funciona el ecosistema de donde surge toda el agua. El ecosistema debería ser el núcleo del objetivo.
Corresponsabilidad hídrica
Otro gran problema que López observa, de llevarse a cabo la construcción de la presa, es el trasvase para Guanajuato, específicamente para León, Silao y las zonas de desarrollo automovilístico. El académico afirma que quien va a dominar ese tubo es el sector empresarial, provocando que el agua esté virtualmente privatizada.
«El tubo (el trasvase) es una gran afrenta contra la idea de mantener el agua como bien público. La política se va a ver condicionada por la economía. El problema entonces no es sólo la presa, es que se está dando pie al trasvase de agua dirigido por la privatización, por el negocio, por quién paga mejor el agua. El bien se privatiza por la vía de los hechos, y se vuelve difícil mantener los acuerdos políticos cuando la presión del mercado se vuelve tan grande».
La injusticia hídrica que inundará estos poblados tiene de trasfondo la mala administración de Guadalajara.
«Es decirle a Temacapulín, ‘ustedes pagan el precio de nuestra mala administración. Es absolutamente injusto. Temacapulín tiene derecho a decir, ‘ustedes primero arreglen sus problemas en Guadalajara, sus fugas, su falta de captura de lluvias, que no reutilizan el agua, y luego vengan a decirnos si van a inundar nuestras casas'».
Es injusticia hídrica, humana, y violación a sus derechos humanos, sostiene, perpetrada por un modelo de abastecimiento de agua que va a la baja. La Comisión Mundial de Represas admite que estas infraestructuras son responsables del desalojamiento de hasta 80 millones de personas en el mundo, y países como Estados Unidos lideran el desmantelamiento de presas. El Banco Mundial ha retirado fondos para la construcción de presas en Congo y Chile, por mencionar algunos ejemplos.
«Una gran tendencia mundial es que cesen las presas insustentables, y la presa El Zapotillo lo es a todas luces. Se calcula que garantizará agua sólo por 25 años. Es una presa cómoda para los que no queremos cambiar nuestro estilo de vida y ahorrar agua, a costa de Temacapulín y del ecosistema», finaliza el académico del ITESO.