La Ruta Cultural Jesuita visitó edificios clave en la historia de la Compañía de Jesús desde que se estableció en esta ciudad en el Siglo XVI.

El primer cuadro de Guadalajara conserva las huellas del camino que ha emprendido la Compañía de Jesús, desde su llegada a México en 1572. Para encontrarlas, se necesitan ojos que miren con detenimiento algunos de los edificios más significativos de la ciudad.

La Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz fue hace siglos sede del Colegio de Santo Tomás

La Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz fue hace siglos sede del Colegio de Santo Tomás

El sábado 1 de noviembre, los participantes de la Ruta Cultural Jesuita recorrieron estos espacios, guiados por el historiador Alfonso Alfaro y el jesuita Arturo Reynoso, en el marco del Festival Cultural Universitario del ITESO.

El periplo inició con la visita al Templo Franciscano de Aranzazú, el cual conserva tres retablos de estilo barroco del Siglo XVII, uno de ellos dedicado a San Ignacio de Loyola. Alfaro analizó el lenguaje estético de la época y cómo este tenía la intención de unir el fervor entre clases sociales, hasta que la monarquía borbónica destruyó buena parte de dicho arte para implementar el estilo neoclásico, con más control sobre los mensajes políticos.

El Colegio de Santo Tomás, ahora Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz y segunda parada de la ruta, fue fundado a finales del Siglo XVII, con la misión de enseñar gramática a niños de 10 a 12 años, según la narración que ofreció Reynoso al pie de la entrada principal del inmueble (la cual solía ser la capilla dedicada la Virgen de Loreto).

Posteriormente se convirtió en una de las primeras universidades de la red educativa de los jesuitas durante el Virreinato. Un año antes de la expulsión de la Compañía de Jesús de México, Francisco Xavier Clavigero, SJ fue su rector.

Nada queda ya del Colegio del Seminario de San Juan Bautista, en el que se ubica el actual Laboratorio de Artes Variedades (Larva), pero los participantes tomaron un descanso de la caminata en su biblioteca para escuchar historias sobre sus antiguos habitantes, que en el Siglo XVII eran hasta 150 escolares que organizaban estudios de teología y acompañamiento espiritual, durante el rectorado del Padre Juan María de Salvatierra, su fundador.

El Templo de San Felipe Neri marcó el regreso de los jesuitas a Guadalajara, tras la Restauración de la Compañía de Jesús; aunque esta se registró en 1814, tardaron casi un siglo en retomar su trabajo de manera oficial, y fue hasta 1903 cuando comenzaron los jesuitas empezaron allí a oficiar misa.

La fachada del templo de Santa Mónica fue señalada por Alfaro como la muestra más conservada de la estética arquitectónica que los jesuitas utilizaban en sus iglesias y colegios, y es el ejemplo más representativo del barroco en Guadalajara. Este templo, que solía formar parte del convento de religiosas agustinas, fue recientemente restaurado gracias a la asociación Adopte una Obra de Arte, en colaboración con la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO).

Después de poco más de tres horas, el recorrido concluyó en el Antiguo Colegio de San José, antecedente directo del Instituto de Ciencias; hasta 1914, cuando fue saqueado por las tropas carrancistas, albergó clases de educación media superior y hoy es la Preparatoria 1 de la Universidad de Guadalajara.  Foto Roberto Ornelas

Disfruta en este enlace una fotogalería de la Ruta Jesuita por Guadalajara