Integrantes de la comunidad universitaria ya utilizan el nuevo sistema Mi Macro Periférico para llegar al campus
Antes de las 11:00 horas, Ricardo Montemayor, estudiante de Filosofía y Ciencias Sociales del ITESO, ya iba en una unidad del Macrobús que recién se inauguró. A esa hora, en el camión que abordó viaja poca gente, incluso hay asientos disponibles.
Entre estaciones, contó que una de las alternativas que tenía para llegar a la universidad es la ruta 626 Fortín-Centro Sur, en el que hace unos 30 minutos. Este lunes 31 de enero tomó la otra opción que ya tiene disponible: en camión hasta el Periférico y de ahí en el BRT (autobús de tránsito rápido, por sus siglas en inglés) hasta el ITESO. Entre los dos, el tiempo de su recorrido es de unos 30 o 40 minutos, pero lo diferente es el servicio.
“La ciudadanía va a tener que adaptarse a la nueva modalidad; puede ser un cambio difícil, pero que puede traer múltiples beneficios para la movilidad en el estado”, afirmó.
El fin de semana pasado se inauguró el sistema de transporte que, para los usuarios que se dirigen al ITESO, sustituye principalmente a la ruta 380 y que es parte de un proyecto más amplio de movilidad en la ciudad.
Ricardo Montemayor llegó la estación frente al campus y, minutos después, Christian González, de Ingeniería Financiera, estaba listo para abordar por primera vez el BRT y medir el tiempo que le tomaría llegar a su destino en este transporte.
“Es una obra que sí va a tener un impacto en la sociedad, porque antes los camiones estaban todos amontonados y generaban congestionamiento. Ahora, con el carril exclusivo va a ser más seguro y más fácil”.
La experiencia no es igual para todos los usuarios. José Ángel Ibarra, trabajador de Servicios Generales en el área de Jardinería, viene desde la primera estación, en el cruce del Periférico con la Carretera a Chapala, y dijo que no es tan rápido como creía. Le tomó unos 5 minutos más que antes, cuando viajaba en la 380.
“Hace falta señalética dentro del camión, porque sí hubo muchas preguntas de la gente acerca de dónde estaba la estación de Chapalita Inn”, por ejemplo. Y es que, a diferencia del Tren Ligero, las unidades no tienen una guía de las paradas.
A otros usuarios, como Israel Paredes, quien trabaja en Servicio Médico Deportivo del ITESO, el Macrobús le facilitó llegar al campus. Antes no le quedaba de otra más que caminar desde la colonia El Mante, con los riesgos que eso implicaba, porque las unidades de la 380 tardaban mucho y habitualmente iban llenas.
Con el BRT, señala, “nos podemos trasladar de forma más accesible, porque las orillas de la ciudad son peligrosas y este transporte nos hace sentirnos más seguros para viajar de día o de noche”.
Aunque la ejecución del proyecto de Mi Macro Periférico todavía no está terminada, la nueva modalidad de transporte se suma a las opciones que hay para llegar al ITESO de forma más sustentable. Conoce más en: blogs.iteso.mx/comollegar/