Tecnología de punta, profesores especializados, una eminente vocación formativa y equipados con todo lo necesario para la investigación y dar servicio a diversas empresas. Así son los nuevos Laboratorios de Biotecnología del ITESO.

Bacterias, algas, hongos, sorgo, frutas y demás organismos vivos conviven dentro de estas paredes con biorreactores, incubadoras, cámaras de crecimiento, pipetas, matraces, oxígeno, nitrógeno, batas o microscopios. ¿Para qué?

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Para encontrar “soluciones novedosas a problemas relacionados con la salud, la alimentación y el medio ambiente”, según reza el sitio de la carrera de Ingeniería en Biotecnología del ITESO.

Estamos en los nuevos Laboratorios de Biotecnología de la Universidad Jesuita de Guadalajara, el corazón de la carrera del mismo nombre que será inaugurado oficialmente este lunes 23 de noviembre, a las cinco de la tarde, en el Parque Tecnológico ITESO.

En esos más de 200 metros cuadrados ubicados en el edificio III del Parque se darán cita autoridades de la Universidad Jesuita de Guadalajara y de las otras dos instituciones que aportaron para su construcción: el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem).

Estos laboratorios de alta tecnología tienen una clara vocación educativa en la que los alumnos y sus profesores son los principales destinatarios, aunque al mismo tiempo se han equipado con las herramientas necesarias para abrirle la puerta a la investigación y el desarrollo de proyectos codo a codo con sectores industriales como el farmacéutico o el alimentario, para lo cual incluso cuenta con un Laboratorio de Nivel II de seguridad, cuyo sistema de aire sanitiza el área y la libera de cualquier contaminante que pueda afectar a los sensible materiales que en él se manipulen.

“La carrera está enfocada al bioproceso, un proceso que trabaja desde cero con un organismo vivo de por medio [bacterias, levaduras, células vegetales o animales] e involucra todos los factores necesarios para transformarlo o transformar una materia prima utilizando ese organismo vivo y obtener otro producto de valor”, explica Cristóbal Camarena, coordinador de la Ingeniería en Biotecnología.

Operar, mantener y diseñar son palabras claves en el bioproceso. Ese es el perfil del egresado de Biotecnología del ITESO, un ingeniero capaz de controlar los parámetros y mantener el proceso en continuo en una planta de microalgas, en una fábrica de cerveza o en una farmacéutica.

Cuatro laboratorios para una formación integral

Supervisado paso a paso por la maestra Laura Arias, responsable de los laboratorios del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales, este nuevo y puntero espacio en la región occidente comprende cuatro áreas principales: el Laboratorio de Microbiología; el Laboratorio de Biología Molecular; el Laboratorio de Biorreactores y el Laboratorio de Bioseparaciones.

Cada uno cumple una función específica dentro del llamado bioproceso, el cual tiene la misión de lograr, por ejemplo, que un organismo vivo recogido directamente en el campo –“que tenga el potencial de producir algo útil para el ser humano”, explica Camarena– para aislarlo, caracterizarlo, cultivarlo y manipularlo hasta llegar a mejorar un alimento, hacer más eficiente algún aspecto de la producción agrícola o generar nuevos medicamentos.

“La idea es que los alumnos aprendan, por ejemplo, a desarrollar el proceso para producir insulina”, refiere Camarena.

El día que se visitaron los laboratorios, el profesor Gabriel Castro guiaba un taller donde tres estudiantes tomaban nota de cómo habían reaccionado distintas especies de microalgas sometidas a diferentes condiciones de luz, aire, nitrógeno o alimentación y, a partir de ahí, analizar qué aplicaciones podrían tener en la industria textil, cosmética o alimentaria, por ejemplo, los carotenoides que aparecieron en algunos matraces y que son los principales antioxidantes del mundo –como la astaxantina– y también se emplean como pigmentos para darle color a alimentos o ropa.

“El laboratorio es un espacio de investigación, innovación y desarrollo. Tiene todo el equipamiento necesario”, señaló Castro, quien además de ser profesor labora en Agroinsa, una empresa fabricante de aceites asociada con el ITESO en la que es responsable del área de Biotecnología productiva, desde donde producen los ácidos grasos poliinsaturados popularmente conocidos como Omega 3.

La seguridad, prioritaria

Cada proyecto científico que se desarrolle en los Laboratorios de Biotecnología está rodeado por los más altos estándares de seguridad.

“Es un aspecto que se cuidó mucho: cuentan con todos los sistemas de detección de fugas de gases, aumento de temperaturas, (por si hubiera un connato de incendio), humos o monóxido de carbono”, explica la profesora Arias.

El espacio cumple a conciencia con las normas oficiales de seguridad tanto nacionales como internacionales y cuenta, por ejemplo, con tres indicadores lumínicos, uno para emergencias médicas (azul), otro para fuego (blanco) y uno más para fugas de gases y otros elementos (ámbar).

-“¿Esta la vamos a usar nosotros?”, le pregunta una alumna a Camarena, refiriéndose a la incubadora (Controled Atmosphere Chamber) que tiene frente a ella.

-“Claro… algún día”, le responde el coordinador de Biotecnología del ITESO, dejándole entrever que todo, en estos laboratorios, implica un proceso. Texto Enrique González Foto Luis Ponciano

 

DATOS BÁSICOS SOBRE LA BIOTECNOLOGÍA

La Biotecnología es la rama de la ingeniería que se ocupa del procesamiento industrial, a nivel de laboratorio y plantas piloto, de materias primas para la obtención de productos de alto valor a través de la acción de microorganismos, células animales y vegetales, enzimas y componentes de las células.

En sus recién inaugurados Laboratorios de Biotecnología del ITESO se realizar prácticas que fortalezcan el desarrollo, con un enfoque ético y socialmente responsable, de competencias específicas en los alumnos, tales como el diseño, implementación, operación y mantenimiento de procesos eficientes y altamente productivos para la elaboración de bioproductos que cuiden el balance económico y el impacto ambiental.

Los laboratorios comprenden cuatro áreas especializadas: el Laboratorio de Microbiología (aislamiento e identificación de microorganismos para su uso a nivel industrial); el Laboratorio de Biología Molecular (equipado para extraer, analizar y manipular material genético); el Laboratorio de Biorreactores (donde se pueden cultivar células en diferentes volúmenes y monitorear su desarrollo), y el Laboratorio de Bioseparaciones (equipado para el montaje de sistemas de separación y purificación de moléculas de interés derivadas de cultivos celulares).