La cineasta Lucía Carreras, egresada del ITESO, guionista y directora del filme Nos vemos papá, se manifiesta entusiasmada por el estreno nacional que tendrá la cinta el 18 de enero, la cual ya ha recibido varios premios en el extranjero, en prestigiosos festivales. 

Carreras asegura que con su filme, protagonizado por Cecilia Suárez, busca conectar al público con una historia que maneja un tema universal: el dolor de la ausencia de un ser querido.

Tu película se estrenará en México en enero próximo, después de cosechar muy buenos comentarios entre espectadores, críticos y jurados internacionales, ¿a qué atribuyes que la historia no ha pasado inadvertida?

Siento que la temática que se aborda en “Nos vemos, papá” es universal, cualquier ser humano se puede vincular al dolor que causa la ausencia, la muerte. Las formas de vivir el duelo ante la muerte es algo que todas las culturas han explorado en busca de respuestas y formas para lidiar con el dolor, por eso creo que esta película logra vincularse con el público”.

Hay comentaristas que sostienen que todo cine de autor es hasta cierto punto biográfico, ¿es tu caso con este trabajo?

No, no está inspirada en ninguna experiencia personal, sale de mi necesidad de hacerme preguntas respecto a cómo lidiar con la muerte, a tratar de contar una historia que indague en ello.

Las películas generan emociones en los espectadores, ¿cuáles son las que tú deseas generar con este relato cinematográfico?

No pretendo que el espectador viva o experimente una emoción particular, mi intención es siempre contar una historia, eso soy finalmente: una contadora de historias.  Lo que deseo es que el espectador sienta algo, conecte con algo, viva algo al ver una historia. Después de eso, qué vive o qué siente tendrá que ver con su propia vida, experiencia o momento particular.

Si tuvieras que realizar un corte de caja en este momento, ¿cuál es la principal satisfacción que te ha dado la difusión de esta cinta?

Escuchar de viva voz al público cuando se acerca a decir lo que vieron, sintieron o pensaron, desde su particular edad, cultura, nacionalidad, etcétera. Con eso me quedo. Por poner un ejemplo, no olvido el momento en el que un chico en Kerala, India, me abordó en la calle porque necesitaba hablar de lo que la película le movió, de sus sentimientos. Eso es el premio más grande, que alguien del otro lado del mundo encuentre en tu película un sentido único: el que él le dio.

¿Qué ventajas tiene ser la guionista y directora? Muchos guionistas lidian con decisiones de adaptación a la hora de la puesta en cámara…  

Todas las ventajas, tú eres el creador de la historia en todo el sentido de la palabra, la conoces mejor que nadie y sabes cómo se debe contar.

Por otra parte, tu guion “Año bisiesto” y esta ópera prima han logrado muchos ecos, cualquiera podría pensar que hacer una segunda cinta como directora y colocar un tercer guion no será difícil, ¿así es, qué es lo más difícil de cristalizar una historia en la pantalla?

Lo más difícil, y no estoy revelando nada, siempre será aterrizar los recursos y créeme que no importa quién seas o qué tanto has hecho, siempre será lo más difícil conseguir la plata.

Dicen las abuelas, y también los psicólogos, que llorar es bueno, en las buenas y en las malas. Llevando este relato lo mismo a España que a La India y muchos países más, ¿has llorado de emoción, cuándo, dónde, por qué?

“Ufff, no soy muy llorona, a mí me da más por la verborrea y la carne de gallina en esos momentos. Y la verdad cada uno tiene lo suyo, cada espacio. Festival, ciudad, público, es un alimento al alma y te llenan de energía y amor y ganas de seguir y seguir”.

Cuéntanos sobre tus planes para 2013, imaginamos que ya tienes un nuevo proyecto. 

Estoy aterrizando el financiamiento para mi segunda película Tamara y la catarina que espero filmar en 2013 y que ha sido un guion ya privilegiado con estímulos de Ibermedia e Imcine, así que ahí vamos.

Alfonso Gutiérrez