Construcción con tierra es la investigación que actualmente desarrolla Ana Rosa Olivera, profesora del ITESO, y su finalidad es construir vivienda digna y sustentable. Ella es académica del nuevo Doctorado en Hábitat y Sustentabilidad, programa interinstitucional y profesionalizante que iniciará en Otoño 2022
¿Qué pasa si en una impresora 3D de gran formato pones una mezcla hecha con papel para secar manos, arcilla y cera? Lo que se obtiene, de acuerdo con Ana Rosa Olivera, profesora del ITESO, es un material con el que se puede construir una casa resistente al agua y a las altas temperaturas que hay en el país.
Ésta es su investigación, y con ella busca contribuir a la transformación de la realidad de la vivienda en México. Así como ella, otros docentes del Doctorado Interinstitucional en Hábitat y Sustentabilidad trabajan en investigaciones aplicadas en distintas áreas. Este programa iniciará en agosto de 2022, y en él participará el ITESO en conjunto con las universidades Iberoamericana de Puebla y León.
En la presentación de este nuevo posgrado, el pasado miércoles 9 de febrero, tres de sus profesores hablaron acerca de los proyectos en los que actualmente trabajan. Francisco Valverde, académico de la Ibero Puebla, desarrolla la investigación «Movilidad eléctrica y digital universitaria», que estudia la posibilidad de que la comunidad universitaria utilice transportes alternativos al automóvil, con miras a lograr un modelo replicable en otras ciudades; «Materiales y sistemas constructivos para la eficiencia energética de edificaciones» es el proyecto de Edwin Israel Tovar, académico de la Ibero León, que busca diseñar un modelo de vivienda que propicie ahorro energético para los valles centrales de Oaxaca, y del ITESO, Ana Rosa Olivera presentó los avances del trabajo «Construcción con tierra. Patrimonio y vanguardia».
Pero, ¿una investigación sobre las construcciones de tierra en pleno siglo XXI? ¿Por qué? ¿Para qué? Lo cierto es que, en la actualidad, entre un tercio y la mitad de la población mundial utiliza la tierra para construir sus casas en unos 150 países de los cinco continentes. De hecho, 150 sitios que aparecen en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco fueron construidos con tierra.
Edwin Israel Tovar, académico de la Ibero León; Emma Regina Morales García de Alba, coordinadora del Doctorado Interinstitucional en Hábitat y Sustentabilidad, y Carlos Francisco Valverde Díaz de León, académico de la Ibero Puebla.
«Quienes estamos trabajando con la tierra podemos observar estas edificaciones desde la parte del patrimonio y desde la restauración. Es desde ahí de donde estamos partiendo para llegar a estas nuevas propuestas», dijo Olivera.
Su investigación toma en cuenta ejemplos de sitios patrimoniales como Paquimé, Chihuahua (foto), que, explicó, «es una ciudad construida entre 700 y 1400 después de Cristo, antes de la Conquista; en esta ciudad hay un sistema constructivo de vaciado de tierra que aún se conserva».
La propuesta de esta investigación aplicada es hacer vivienda social digna y sustentable con nuevas tecnologías, para lo cual han intervenido especialistas de áreas como la ingeniería civil y la arquitectura, y también de la mecatrónica, por mencionar algunas.
«Buscamos desarrollar un proceso de producción para un sistema constructivo mediante procesos automatizados con base en la tecnología de impresión 3D de gran formato, basada en arcilla y materiales sustentables».
En lo que va de la investigación, los especialistas involucrados se han enfrentado a cuestiones como la necesidad de que el material obtenido a partir de granos se comporte como líquido y sea apto para su utilización en la impresora 3D, o que la materia prima se localice en el entorno inmediato, que tenga un secado eficaz y que sea resistente a la lluvia y al calor, además de tener en cuenta los tiempos de construcción.
El equipo observó que una manera de estabilizar la tierra es con el uso de fibras como paja o aserrín, y primero trabajaron con fibra de agave. Al final, el mejor resultado lo obtuvieron cuando utilizaron el papel de secado de los baños de la universidad.
Recurrieron también a la biomimesis, un proceso presente en la naturaleza y que puede brindar la solución a problemas técnicos. «Comenzamos a observar a abejas de origen africano que crean su panal en espiral, con distintas capas, y ellas mismas, al momento de estar segregando y produciendo la cera, lo que producen es esta construcción de secado inmediato, entonces recurrimos al uso de la cera», relató Olivera.
Y fue entonces cuando presentó las muestras que han obtenido «con resistencias excepcionales y con un secado inmediato», además de otras características. «Una de las grandes ventajas del material es que, al ser hidrofóbico y muy ligero, podríamos imprimir desde el piso hasta el techo de la vivienda, y el agua no se filtraría».
Para terminar, la profesora apuntó que su trabajo «tiene que ver con cómo desde el patrimonio podemos voltear a ver ese pasado para obtener nuevas visiones y comenzar a construir en este presente y futuro, resolviendo problemáticas actuales que se llevan no solamente a la parte teórica, sino también a la materialización de los proyectos».
En la presentación estuvo Emma Morales García de Alba, coordinadora del Doctorado Interinstitucional en Hábitat y Sustentabilidad. La académica del ITESO señaló que se trata de un programa con un enfoque multidisciplinario «entre cuyas prioridades está la investigación aplicada, es decir, entender cómo transformar la realidad desde la investigación».
Para obtener más información de este posgrado, entra a https://posgrados.iteso.mx/doctorado-habitat-sustentabilidad.
En la foto principal (tomada de Wikimedia): El sitio patrimonial de Paquimé, Chihuahua, de más de mil 200 años de antigüedad y edificado con un sistema de vaciado de tierra, ha servido como uno de los puntos de partida para la investigación con materiales de construcción que lleva adelante Ana Rosa Olivera, docente del Doctorado Interinstitucional en Hábitat y Sustentabilidad.