El Centro Universitario Ignaciano organizó el curso El Jesús de la Historia. Primer acercamiento, impartido por el académico Arturo Reynoso, SJ. Se espera que haya más ediciones y continuidad en este proyecto
Durante las primeras cuatro sesiones del curso El Jesús de la Historia. Primer acercamiento –organizado por el Centro Universitario Ignaciano (CUI)– María Paula Rivas, integrante del Centro Universidad Empresa (CUE), cayó en crisis, según confiesa. Los contrastes históricos y las interpretaciones teológicas la hicieron cuestionarse: ‘¿qué si es verdad y qué no lo es?’.
Sin embargo, al llegar al cierre, y después de un análisis concienzudo y reflexiones colectivas, al final pudo decir, ‘mi fe tiene sentido’. El punto clave para ella fue saber que a partir de esa experiencia y de esos hechos históricos, la creencia adquiere una nueva dimensión y se refuerza la convicción de que el mensaje tiene que seguir siendo compartido.
Impartido por Arturo Reynoso, SJ, académico de la Dirección de Información Académica (DIA) de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ, el curso, que concluyó el 28 de marzo pasado y tuvo una duración de un mes, forma parte de un proyecto mayor, que consiste en la realización de un estudio de la figura y el personaje cristológico desde varias ópticas –histórica, filosófica, teológica o dogmática–, cuestiones centrales de la creencia y la experiencia de la fe en torno a la figura de Jesús de Nazaret.
En esta primera edición, se abordó el análisis desde las evidencias de su existencia, incluyendo su nacimiento y otros de los hechos de su vida consignados en los textos bíblicos, incluyendo su crucifixión y resurrección.
“Lo que vimos ahora es lo que, desde el punto de vista académico e histórico, se puede afirmar o no de la vida de un personaje que revolucionó, cambió y reestructuró la historia humana. Desde si se puede decir si existió, si es una invención o un mito, qué fuentes no cristianas pueden ser usadas y nos dan testimonios”, expresó Reynoso, quien es Doctor y Maestro en Teología con especialidad en Historia del Cristianismo por el Centre Sèvres (Facultés Jésuites de Paris).
“Estamos en un mundo de posverdad donde parece que toda afirmación cabe. Entonces es tratar de recuperar los fundamentos desde la universidad. No se trata de oponer la academia a la propia vivencia personal o colectiva de la devoción de la fe, sino en el fondo es un elemento que puede ayudar a madurar eso y enriquecerlo”.
Fortalecer la fe
Cristina González Bermúdez es jubilada del Departamento de Matemáticas y Física, y fue una de las personas que asistió al curso, que consideró muy enriquecedor, tanto para la fe, como para el conocimiento intelectual y emocional. “Nos centramos en el Jesús de la Historia, sin embargo, muchas cosas se mueven al saber que tanta gente le ha escarbado con tanto conocimiento y dedicación a su vida y obra”, reconoció.
Su fe, reconoce, se fortaleció, incluso cuando el debate parecía llegar a un callejón sin salida. “Hubo momentos en que discutíamos que sí la virgen fue virgen por toda su vida, y decíamos, ‘bueno, eso que importa’, si seguimos creyendo igual, pero hay gente para la que esto sí es muy importante”, mencionó.
Para Reynoso, en el fondo, la fe surge de la experiencia terrenal, pero también alguien puede entenderlo desde otra manera, por lo que el curso está dirigido tanto a personas creyentes como no creyentes. Los autores en los que se basó para exponer los temas en las sesiones incluyen autores judíos, musulmanes, agnósticos e historiadores que se meten a hablar sobre Jesús o sobre los escritos bíblicos, tratando de poner un paréntesis a su propia visión.
“Se trataba de ver qué existió desde un punto de vista histórico o académico y desde ahí, definir cuáles van a ser los criterios de historicidad, si basta con el criterio de testimonio múltiple, por ejemplo, que tal acontecimiento esté narrado tanto en los Evangelios de Lucas, de Marcos, de Juan y de Mateo, o ver si se contradicen o no”, explicó.
Un punto importante, por ejemplo, que fue visto en la última sesión, fue la resurrección, que es un fundamento dogmático de la fe cristiana. “Fue ver qué se puede afirmar de lo que narran las fuentes evangélicas, desde un punto de vista en el que puedo poner entre paréntesis algo y ver qué es una experiencia creyente. En esa época no había ningún reportero ahí ni nada. Existe el testimonio de las personas que a final de cuentas ponen en juego toda su vida por una experiencia de encuentro con alguien que terminó su vida en una cruz”, apuntó.
La idea de lo marginal
Adán Juárez Rojas forma parte del personal del archivo histórico del ITESO, personalmente, la perspectiva de un Jesús histórico era algo que ya había estudiado en su vida, una de las cosas que lo sedujo fue descubrir que a pesar de que vivimos en un tiempo en el que pareciera que la fe no cuenta, el personaje de Jesús sigue siendo significativo.
“Ayuda a fundamentar la fe, y si no la hay, pues a ver con respeto a una figura tan importante. Para mí fue una experiencia de contemplación de Jesucristo en quien yo creo y amo”, mencionó.
Todo esto contrasta de un modo interesante con el concepto de lo marginal. Es decir, que el estudio de Jesús de Nazaret, en su contexto temporal, se basa en el seguimiento de las huellas y el rastro de un personaje que en su tiempo era parte de una provincia marginal del imperio romano, de una región marginal del norte de Galilea, y del judaísmo, un pueblo entonces marginal. “Por eso es tan sorprendente la historia de un judío marginal que transforma la historia de la humanidad”, añadió Reynoso.
La idea de lo marginal fue retomada de la obra del biblista John P. Meier, un sacerdote norteamericano que escribió una obra de 6 volúmenes titulada Un judío marginal. Nueva visión del Jesús Histórico.
Las próximas actividades en torno a este proyecto serán compartidas en la página del CUI, https://cui.iteso.mx/.
FOTO: Zyan André