La presentación en el ITESO la Plataforma de Juicio en Línea del Estado de Jalisco fue ocasión para reflexionar sobre sus alcances y en torno a la próxima frontera por alcanzar en el ámbito de la justicia a través de medios digitales

Los avances de la llamada Cuarta Revolución Industrial han impactado notoriamente todos los ámbitos de la vida humana, y el área jurídica no es la excepción, pues ya hay retos en la impartición de justicia que involucran a un nuevo sujeto: el ciudadano digital. 

En este contexto fue discutida en el ITESO la puesta en marcha de la nueva Plataforma de Juicio en Línea del Estado de Jalisco, pero también las implicaciones éticas, prácticas y jurisdiccionales que en un futuro próximo tendría la industria 4.0 en el ámbito jurista, en el panel “Justicia digital: retos y perspectivas”. 

En la charla participaron Mauricio Virues, docente del ITESO y LLM en Litigio y Resolución de Controversias por la University College London (UCL); Iván Novia Cruz, consejero de la Judicatura del Estado de Jalisco; y vía remota, Daniela Sánchez, egresada de la licenciatura en Derecho del ITESO y estudiante de posgrado en la Universidad de Stanford. 

Para Virues, la inclusión de tecnologías digitales en el entorno de la práctica de los servicios de justicia, en lo que se conoce también como la Resolución de Disputas en Línea (ODR, por sus siglas en iglés), no es algo que se haya promovido desde adentro, sino que los tiempos acabaron por alcanzar al gremio. De hecho, el juicio en línea —la posibilidad de presentar de manera remota las demandas— es apenas el primer paso dentro de las posibilidades que brinda la tecnología, entre las que además se podría contemplar la presentación de evidencias o la conducción de las audiencias orales a través de medios digitales, e incluso el uso de realidad aumentada para reconstruir escenas en el contexto de una investigación criminal. 

“Es importante que los abogados le perdamos el miedo al desarrollo tecnológico y tomemos las riendas del sentido de estas herramientas (conocidas como legal-tech), de lo contrario podremos llegar al extremo de que las discusiones legales puedan ser abordadas por quienes llevan el desarrollo tecnológico. Hay muchas preguntas que es necesario que se las planteen ustedes; si no, se van a responder desde otras disciplinas, y ése es un riesgo para el ejercicio jurídico y para el Estado de derecho”, expresó Virues. 

Responsable de la Plataforma del Juicio en Línea, Novia Cruz compartió con los presentes algunas ideas respecto a esta herramienta montada en Amazon Web Services, que fue lanzada el 4 de septiembre pasado y permite presentar una demanda y obtener una sentencia en línea; ello, aseguró, significa romper un paradigma en términos de justicia, pues solamente cuatro estados en México han desarrollado esta plataforma, y la de Jalisco es la más adelantada y amigable que existe.  

“La plataforma tiene un sinnúmero de bondades: la movilidad se va a ver disminuida. Podré mandar una demanda desde cualquier parte del estado, la única restricción es que sea solo en territorio mexicano. Se evitará la corrupción: al no tener el usuario posibilidades de tener interacción del juzgado se disminuye la opción de un soborno; y habrá justicia pronta y expedita. La herramienta fue diseñada para que haya un semáforo visualizado por ambas partes que determine el tiempo que el juzgado tiene para contestar mis escritos”, explicó el consejero. 

En su intervención vía Zoom desde Stanford, la egresada Daniela Sánchez consideró que la herramienta del Juicio en Línea en Jalisco es aún muy incipiente, y que estos avances la sociedad lleva mucho tiempo esperándolos. Ante esto, lamentó que no exista en México un presupuesto y una institución autónoma orientados exclusivamente a la digitalización y automatización de todas las esferas de la administración pública. 

“Hay que presionar desde la agenda mediática para que existan la disposición y las instituciones particulares que se dediquen al desarrollo de estas tecnologías. Tenemos a gente muy capaz haciendo lo imposible para sacar este tipo de plataformas, y deberíamos tener instituciones dedicadas cien por ciento a esto”, opinó. 

¿Sentencias desde la IA? 

A la luz del desarrollo de la inteligencia artificial, otra de las cuestiones que tocan abordar al entorno jurídico es si se pueden tomar determinaciones desde el algoritmo y dictar sentencias en casos específicos, así como la legitimidad de estas decisiones automatizadas, algo que aún causa desconfianza en cierto sector; sin embargo, esto no debería ser motivo de preocupación, consideró Daniela Sánchez. 

“El nivel de profundidad al que llegan los LLMs (modelos de lenguaje grandes, por sus siglas en inglés) y el nivel de profundidad al que llegan los algoritmos analíticos vía genética (AG) es profundísimo, muchísimo más que el que podemos ver en los enlaces de ChatGPT. El nivel de discernimiento que tendría una inteligencia artificial que realmente estuviera resolviendo un caso sería mucho más grande”, expresó Sánchez. 

La egresada del ITESO reconoció que existe un miedo muy grande —el efecto caja negra— ante la imposibilidad de tener trazabilidad completa de lo que se está diciendo en un juicio y la desconfianza de que la sentencia que emite una máquina sea fundada y motivada. Sin embargo, consideró que esto tampoco es cien por ciento confiable en los jueces del sistema judicial, y pueden llegar a darse incluso casos en los que se mienta deliberadamente.  

“Un algoritmo de inteligencia artificial no podría hacerlo [mentir] y se puede rastrear perfectamente por qué dice lo que dice y a qué valores les está adjudicando más peso. El efecto black box no existe en ningún sistema tecnológico; en efecto, tardarían mucho en desencriptarlo, pero se puede saber exactamente por qué está decidiendo lo que decide y se puede ir ajustando. Una persona no se puede ir ajustando con el tiempo, al contrario, se podría ir desajustando por temas ideológicos”, añadió.  

Novia Cruz consideró que aún falta mucho tiempo para que esto ocurra, y que hay un elemento que aún está fuera de la ecuación, que es el de la empatía humana, pues está bien documentado que en algunas partes de un proceso jurídico están diseñadas no sólo para promover la resolución de una sentencia, sino para que las partes se sientan escuchadas. 

“La evidencia sugiere que la percepción de legitimidad en el público es mayor cuando la decisión la toman jueces humanos que cuando la toman algoritmos sobre todo para decisiones importantes, por ejemplo, la custodia de mis hijos. Eso es un paradigma social y es un paradigma que quizás se vaya superando o rompiendo, porque me queda claro que la tecnología seguirá”, finalizó.  

FOTO: Zyan André