Bernardo García González, del Departamento de Formación Humana, fue el encargado de dictar la Lectio Brevis con la que inició formalmente el curso escolar 2024-2025. El académico reflexionó sobre las emociones, su carácter relacional en la vida comunitaria y las vinculó con el 50 aniversario de las Orientaciones Fundamentales del ITESO 

 

Cuando un animal no humano nace, en apenas un instante realiza el ajuste que le permite orientarse en la vida a la que ha nacido. Es, en palabras de Bernardo García González, parte de su “perfección biológica”. En cambio, cuando un ser humano nace todo es diferente. “Los seres humanos somos los que no sabemos. La desorientación nos conforma, nacemos sin saber cómo ser hijos, padres, amigos, parejas”; en la búsqueda de esa orientación las emociones se constituyen como “modos de habitar el mundo, la manera en la que lo vivimos”, pero esa manera no es individual, sino que la comunidad permite “construir vínculos afectivos de maneras que sean acordes con las cosas por las que optamos”. Ese fue, en términos generales, el camino de la Lectio Brevis “Las emociones como vínculo: orientación y vida universitaria”, con la que se hizo la inauguración formal del curso escolar 2024-2025 del ITESO. 

La Lectio Brevis —lección breve— es una tradición centenaria dentro de las instituciones educativas confiadas a la Compañía de Jesús. Grosso modo, consiste en una conferencia a cargo de un integrante de la comunidad con la que se da por inaugurado el ciclo escolar. Bernardo García González, del Departamento de Formación Humana del ITESO y encargado de la Lectio Brevis de este año, dedicó su reflexión para hablar de las emociones, vinculándolas con el documento de las Orientaciones Fundamentales del ITESO (OFI), pilar de la propuesta educativa de la Universidad y que en 2024 celebra 50 años de su publicación. “Las OFI son un documento breve, pero muy profundo, que contiene aspectos esenciales de nuestra comunidad”, dijo García González al comenzar a dar lectura a su Lectio, que estuvo dividida en tres momentos. 

En el primero de ellos, el académico reflexionó sobre el concepto de la orientación. Recordó que el título del documento es Orientaciones Fundamentales, y expuso que la palabra orientación significa sentido o rumbo, mientras que fundamento significa soporte, cimiento, aspectos que son importantes “en una época de desorientación, inquietud e incertidumbre. La palabra crisis, que significa que algo se divide o se rompe, describe la situación actual”. Expuso que la incertidumbre es una característica propia del ser humano — “la desorientación nos conforma”, dijo—, y añadió que los humanos “estamos más cercanos a la duda que a la certeza: la duda nos humaniza. Estamos en crisis, rotos frente al mundo y ante nosotros mismos, y ese es el objetivo de la educación: formar a seres humanos que están rotos e incompletos”. 

A partir de esa idea, pasó al segundo momento de la charla, en la que se vinculó con las tres Orientaciones Fundamentales del ITESO. Para comenzar, dijo que para vivir el ser humano necesita de la participación de las otras personas, que constituyen “una colectividad que nos recibe y nos orienta en la vida, nos entrega modos de vivir. Las OFI son los pilares de esa tradición que recibimos”. En ese sentido, añadió, no es casualidad que la primera de las Orientaciones es la Inspiración Cristiana, que tiene como base el amor “pues sin él la vida no es posible. Es una invitación a querernos, a compartir la vida”. 

La segunda de las OFI es la Filosofía Educativa Específica que parte de un supuesto: el ser humano es incompleto y está en proceso de ir construyéndose. De ahí surge “el dinamismo que nos moldea para ser mejores, no sólo con la transmisión de saberes, sino acompañándonos para hacer preguntas y buscar respuestas”. Finalmente, la tercera de las Orientaciones es la Universidad para la Justicia, que deriva en un compromiso social para incidir en el mundo. 

FOTO: Luis Ponciano

En el último momento de la Lectio, Bernardo García habló de las emociones. Dijo que durante mucho tiempo se creyó que para orientarse en el mundo el ser humano debía relegar las emociones y priorizar aspectos como la inteligencia, la voluntad o la razón, pero que en realidad “las emociones atraviesan el cuerpo, el tiempo y el espacio”. Respecto del cuerpo, dijo que “las emociones lo atraviesan, se viven con él y sólo son cuando se les da cuerpo. Y las emociones modifican la vivencia corporal”. Para ejemplificar, señaló que hay emociones acordes con los diferentes estados. “No es lo mismo vivir con prisa que vivir con lentitud. Hay emociones acordes con la lentitud, como la ternura, y otras asociadas con la prisa, como la ira”. Y algo similar se puede decir respecto a las emociones y el tiempo, que se complementan e influyen mutuamente. En cuanto al espacio, García González dijo que “todos los lugares están cargados de emociones, por eso en algunos nos sentimos bienvenidos y en otros, expulsados” 

El académico del DFH expuso que “las emociones tienen carácter relacional, con el mundo y con nosotros mismos”, no son algo que venga dado de nacimiento, sino que se construyen, y esa construcción “es social, cultural, política y lingüística”. Dijo que hasta hace poco había dos corrientes de pensamiento: una que ponía las emociones dentro de las personas y otra que las colocaba en el exterior, como entidades habitables. “Los estudios actuales exponen que las emociones no están dentro ni fuera, sino entre: son un vínculo entre las personas, se encuentran entre quien lo siente y la realidad que las suscita”. Así, la gestión de las emociones se vuelve algo no individual, sino que la comunidad, en este caso la comunidad universitaria, “constituye un tejido emotivo. Nos corresponde construir vínculos afectivos de maneras que sean acordes con lo que optamos: con el amor, por la inspiración cristiana; con la esperanza, por nuestra filosofía educativa; y la empatía, por nuestro compromiso social”, concluyó Bernardo García. 

Luego de la Lectio Brevis, tomó la palabra Alexander Zatyrka, SJ, rector del ITESO, quien dio la bienvenida a todos los integrantes de la comunidad universitaria, especialmente “a quienes se integran este año. Bienvenidos a casa”. 

En su intervención, el Rector dijo que las universidades son el espacio donde se construye el sentido de vida de las personas y, en ese sentido, son faros que alumbran el camino. Añadió que no hay sólo un tipo de faro, y que la que arrojan las OFI es “una luz cálida que invita a caminar en comunidad” para crecer como personas y como proyecto educativo, en un proceso que es “inacabado e inacabable: cada día es una oportunidad para crecer en el amor”. 

Alexander Zatyrka convocó a las personas a “hacer nuestra la invitación para construir ese tejido emotivo acorde a la opción que nos plantean las OFI”, e invitó a conocer el documento y reflexionarlo. 

Finalmente, se invitó a la comunidad universitaria en un proyecto colectivo. Se trata de una pieza de arte relacional que contribuya a generar el tejido emotivo del ITESO. Para tal efecto, se habilitó el sitio ite.so/tejidoemotivo, en donde las personas pueden interactuar con unas cartas para compartir sus experiencias dentro de la Universidad, o bien, escribir las propias para que otras personas interactúen con ellas. La idea es que la pieza esté en construcción durante todo el ciclo Otoño 2024. 

FOTO: Luis Ponciano