En esta ocasión la Lectio Brevis, con la que se inauguró formalmente el ciclo escolar en el ITESO, estuvo a cargo de Adelina Ruiz Guerrero, quien dictó la conferencia “Autonomía con propósito: decisiones para vivir mejor la universidad”. Por su parte, el rector Alexander Zatyrka, SJ, invitó a practicar el discernimiento para aprender a decidir correctamente
Que el ITESO es una universidad confiada a la Compañía de Jesús es algo que saben muchas personas. Lo que no tantas saben es que, como tal, también es heredera de una tradición educativa que tiene casi quinientos años y dentro la cual se incluyen tradiciones como la Lectio Brevis —lección breve, en latín—, con la que se inaugura formalmente el año escolar en los colegios jesuitas. Así, el ITESO llegó a la cita para abrir el ciclo 2025-2026 con la conferencia “Autonomía con propósito: decisiones para vivir mejor la universidad”, que estuvo a cargo de Adelina Ruiz Guerrero y en la que también dio la bienvenida a la comunidad universitaria el rector Alexander Zatyrka, SJ.
Estudiantes, docentes e integrantes de todas las áreas de la Universidad se congregaron en el auditorio Pedro Arrupe, SJ. Frente a ellos, en la mesa del presidio, estaban el rector Alexander Zatyrka, SJ; Paloma Urrea, segunda vicepresidenta del consejo de directores de ITESO A. C. en representación de su presidente, Guillermo Gatt Corona; Luis Marrufo Cardín, titular de la Dirección General Académica (DGA); María de Lourdes Centeno Partida, representante del personal de la DGA en el Consejo Universitario; y Emiliano Ruiz Hernández, representante de los estudiantes de Licenciatura.
También al frente de la audiencia, en el atril, estaba Adelina Ruiz Guerrero, académica del Departamento de Lenguas, quien comenzó la Lectio Brevis agradeciendo por la invitación y “muy contenta porque por fin llegó la fecha”. Cuando aceptó, dijo, se sintió “asustada, honrada y gustosa. No hay mejor sensación que sentir ese balance entre susto y gusto. ¿Lo han sentido?”, y añadió que la cita en el Arrupe era “para pensar juntos y platicar un poco sobre esto”.
Para ir entrando en materia, preguntó a la audiencia: “¿Qué tan bien nos conocemos? ¿Estamos conscientes de cómo enfrentamos lo que podemos controlar y lo que no? ¿Cómo y desde dónde tomamos decisiones? ¿Estamos conscientes de que nuestras decisiones escriben nuestra historia? ¿Cómo anda nuestra autonomía, nuestro sentido de agencia y nuestras estrategias de afrontamiento ante la vida?”. Sobre esto último, compartió que, en su caso, enfrentó la tarea de preparar la conferencia evadiéndola y refugiándose en la lectura de dos novelas: Holly, de Stephen King, y James, de Percival Everett. La estrategia, dijo, le permitió “poner un poco de distancia mental y me permite pensar de manera indirecta y pasiva en la situación a resolver, sin el estrés de mirarlo directamente a los ojos”.
Mientras Adelina Ruiz hablaba, en el escenario se proyectaban diapositivas con fragmentos de las citas que mencionaba en la exposición. Al traer a la memoria una cita de la intervención de Alexander Zatyrka, SJ, en la Lectio Brevis de 2024, en la que hablaba de que la labor del ITESO es ayudar a las y los jóvenes a situarse ante el mundo para que contribuyan a la construcción de un mundo mejor, la académica expresó: “No sé ustedes, pero la escuchar esas palabras me pregunté: ‘¿Cómo podemos hacer eso?’ La respuesta tiene que ver con la autonomía, obviamente”.
Ya entrada en materia, describió la autonomía a partir de la definición que de ella hizo David Little: “Capacidad para el desapego, la reflexión crítica, la toma de decisiones, y la acción independiente”. En ese sentido, dijo Ruiz Guerrero, una persona que ha desarrollado su autonomía es capaz no sólo de tomar decisiones, sino también de asumir sus consecuencias. “Es capaz de situarse, de ubicarse, de ocupar espacio en el mundo, para contribuir con su desarrollo personal, social y profesional a la construcción de este mundo mejor que queremos”, añadió.
Luego puso la mirada en un concepto muy familiar para la tradición ignaciana: el discernimiento. “Cuando se piensa en términos de desarrollo de la autonomía se invita a hacer un momento de pausa para preguntarse: ‘¿Dónde estoy parado y con qué cuento?’”. En ese punto, se dirigió al profesorado, afirmando que “esto nos invita y nos compromete a apoyar a nuestros estudiantes no sólo a aprender, sino a aprender a aprender, a desarrollar autonomía en el aprendizaje”.
Adelina Ruiz Guerrero compartió el que, dijo, es el aprendizaje más importante que ha tenido en 20 años de trabajar cuestiones relacionadas con la autonomía para el aprendizaje: se construye en comunidad. “No es algo que los profes o los papás o los jefes nos regalan o nos dan. Es algo que construimos juntos, porque en la medida en que me hago cargo de mí, la otra persona deja de cargarme. Es conocerte lo suficiente para saber y decidir cuándo trabajar solo y cuando pedir ayuda, y a quién”.
Para finalizar, se dirigió al alumnado. “Estudiante, tu tiempo en la universidad, en el ITESO, es valiosísimo. Son años que marcaran tu vida. ¿Cómo quieres vivirlos? Ojalá que sea con sentido, con pasión, con magis. Sabiendo que no estás solo, que estamos aquí para acompañarte, trabajando a tu lado en comunidad, colaborando y ayudándote a desarrollar tu autonomía a través de la nuestra”.

Después, se dirigió a Adelina Ruiz Guerrero, a quien le dijo: “Tus palabras fueron muy pertinentes y esclarecedoras, nos invitan a reflexionar sobre el conocimiento de nosotros mismos, la autonomía de las personas y la forma en que tomamos decisiones en nuestra vida”.
Para retomar las ideas de la académica, el rector comenzó recordando que en el tempo de Apolo, en Delfos, antigua Grecia, había dos frases: “Conócete a ti mismo” y “Nada en exceso”. “En su intervención, Adelina nos invita a procurar el autoconocimiento como herramienta de afrontamiento. Afrontar implica discernir y decidir”. Luego de explicar los orígenes etimológicos de ambas palabras, explicó que “el discernimiento nos ayuda a decidir con mayor libertad ante situaciones complejas que implican incertidumbre”, y agregó que “en clave ignaciana, el discernimiento está enfocado en permitirle a Dios ordenar nuestro afecto, liberar nuestra conciencia y capacitarnos para ver el mundo desde la experiencia del amor compartido”.
Antes de cerrar su intervención, dijo que “afrontar, discernir y decidir serán una ruta compuesta que impulsa al ser humano a buscar respuestas y a actuar ante las injusticias en aras del bien común. Es un camino que puede disponernos a poner nuestras obras al servicio de quienes nos rodean para que cada una y cada uno podamos ser una buena noticia para el mundo”, concluyó Zatyrka Pacheco.