La profesora Bertha Sánchez García formó parte del programa MOVES, con el que vivió una estancia académica corta en una universidad colombiana

“Con la movilidad académica lo que haces es extender la familia; las universidades son grandes familias”, con esta frase, Bertha Sánchez García, académica del Departamento de Administración y Mercadología (DEAM), resumió su participación en el Programa de Movilidad Académica de Estancias Cortas (MOVES) en el cual participó durante el mes de septiembre visitando la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), en Medellín, Colombia. 

Esta convocatoria, que va en su tercera edición, es lanzada por la Oficina de Internacionalización del ITESO y busca que docentes realicen una residencia corta en el extranjero que contribuya a exponer a la comunidad universitaria ante escenarios internacionales, promoviendo currículos globales, programas de enseñanza conjunta y actividades con estudiantes de universidades en diferentes países. 

Sánchez García, quien es egresada de la Licenciatura en Administración de empresas y emprendimiento, y de la Maestría en Educación y Gestión del Conocimiento, ambas por el ITESO, se ha desarrollado académica y profesionalmente en torno al emprendimiento. Desde joven comenzó el camino con proyectos de diversos sectores: ha tenido una cremería, un cibercafé, y se ha dedicado a la venta de abono orgánico. Su último emprendimiento es un medicamento para tratar quemaduras en la piel, desarrollado bajo la marca DOMINSANA y TequilaSkin. 

“Mi papá tuvo un accidente muy fuerte, se quemó el 70 por ciento de su cuerpo y la mitad de sus quemaduras eran de tercer grado. En ese proceso, que fue de casi cuatro años, necesitó ponerse algo para quitar la comezón y molestias de su piel, y le ayudara a recuperarse de sus cicatrices. Empezamos a investigar y dimos con una fórmula, que empecé con mi mamá, que tiene una carrera técnica como químico-alcoholero”, recordó.  

En el ITESO comenzó colaborando con lo que ahora es el Centro Universidad Empresa, donde ha trabajado en varios programas y talleres de apoyo a emprendedores y a Mipymes, incubadoras de negocios y desarrollo de planes empresariales. Poco después vino la experiencia como docente. 

“El proyecto de la marca ha sido mi gran maestro y el hilo conductor de muchas otras cosas, pero nunca me fui del ITESO, como consultora y coordinando diplomados. Me di cuenta de que me encantaba estar en los grupos transmitiendo lo que yo sentía que era importante”, expresó. 

La profesora ha sido parte del modelo Collaborative Online International Learning (COIL), una metodología educativa para la internacionalización desde casa que genera situaciones de aprendizaje a través de la colaboración grupos de estudiantes de universidades en distintas partes del mundo.  

Como parte del MOVES, Sánchez García intercambió posición durante una semana con Jhon Fredy Escobar Soto, académico de la UPB. Durante su estancia vivió experiencias académicas enriquecedoras, contrastes socioeconómicos y culturales, modos de ser de los estudiantes, pero también darse cuenta de las cosas en común, así como metodologías que pueden importarse al ITESO. 

“Me sorprendió ver cómo apoyan a estudiantes sobresalientes. Tuve la oportunidad de reunirme dos veces con un área llamada Grupo Innova y nada más de ver los perfiles me los quiero traer para acá. Me gustó ver ese espíritu tan característico de esa edad, que sientes que te quieres comer el mundo”, dijo. 

Descubrió cosas concretas como la existencia de una tienda con productos de emprendimientos de estudiantes o egresados, además de la posibilidad de colaboraciones futuras en metodologías de emprendimiento, la creación de documentos académicos colaborativos, compartir instrumentos de diagnóstico o darse cuenta de la relevancia de algunos de los trabajos del ITESO por cómo son tomados en cuenta en el extranjero. 

La profesora recomendó a los docentes atreverse extender su capacidad a otros escenarios y considerar este tipo de programas para crecer y entender la lógica de otras instituciones, hacer vinculaciones y trabajar en proyectos colaborativos, que finalmente ayudarán a sus estudiantes a vivir una experiencia formativa más profunda y humana. 

“El programa MOVES vale mucho la pena, ojalá muchos profes pudieran tener esta oportunidad porque es motivante. Hay una resonancia y eso motiva a un docente a dar lo mejor de sí, a seguir en esta vocación de estar formando las nuevas generaciones”, concluyó. 

FOTO: Zyan André Madriñán