Cuatro expertos en Desarrollo Humano compartieron su experiencia como directivos en distintas organizaciones y recalcaron la importancia que deben tener las personas en las empresas
Los líderes de cualquier organización tienen que desarrollar habilidades humanas para obtener mejores resultados: la escucha, el autocuidado emocional, una buena comunicación y el trabajo en equipo son claves. Manejar los aspectos técnicos en las empresas no es lo más complicado: el verdadero desafío está en el trato a las personas.
La tarde del pasado martes 21 de junio se llevó a cabo, en el Auditorio M1 del ITESO, un diálogo entre Mónica Durán Labrador, directora de Educación Continua en esta casa de estudios; Juan Carlos Eguía Dibildox, docente y consultor de empresas; Carlos López Kirschner, consultor de empresas; y David Sainz Espinoza, director de Recursos Humanos en Grupo Tracsa; todos expertos en liderazgo.
Los ponentes son egresados de la Maestría en Desarrollo Humano de esta Universidad, a excepción de Mónica, quien todavía es alumna en el posgrado.
Tras la premisa de que en los años más recientes se ha hecho patente la necesidad de que los líderes de las organizaciones se preparen más en habilidades humanas, los cuatro coincidieron en la necesidad que tienen las empresas de atraer y retener el talento, así como en el hecho de que muchos estudios avalan que el liderazgo juega un papel muy importante para que esto se dé.
Para Durán Labrador, la escucha es el pilar de las cualidades de un líder: “Yo me enfocaba mucho en los indicadores de desempeño, pero comencé a darme cuenta de que escuchar a las personas me daba información que los indicadores no me daban. Conforme los espacios de escucha crecían, se hacía más grande el desempeño de la persona y todo esto comenzó a transformarse. Más escucha era igual a impacto positivo en el equipo”.
Un líder tiene que ser un buen comunicador, es decir, que pueda traducir sus ideas de forma muy accesible y captar muy bien las ideas del otro; conocerse y reconocerse como persona y trabajar en equipo. También tendrá que entender que las realidades van cambiando y que lo que hoy es vigente no necesariamente lo será en el futuro.
De acuerdo con López Kirschner, es importante que un líder aprenda a manejar sus emociones para estar en condiciones de pensar: “Esto requiere de autoconsciencia, de darse cuenta. En esto la Maestría en Desarrollo Humano abona mucho. En el posgrado todo el tiempo estás analizándote, viendo qué te está pasando con respecto a lo que vives en cada momento”.
“Cualquier experiencia que vivas te ayuda a conocerte, siempre y cuando estés atento a lo que te pasa. Si eres capaz de manejar tus emociones también serás capaz de captar las emociones del otro. Es central para un líder darse cuenta de qué pasa y saber cómo gestionar sus emociones y saber acompañar al otro. La parte emocional es el principal reto para un líder. La parte técnica se aprende, pero para la emocional se requiere mucho trabajo. Cada día es más visible en las organizaciones la importancia de atender la parte emocional”, agregó el consultor de empresas.
Para liderar a los demás hay que comenzar a liderarse a sí mismo. El autoconocimiento, coincidieron los especialistas, es otra de las bases del liderazgo.
“Si no se cuida de estar en las mejores condiciones, probablemente no pueda ayudar al otro, así se tengan las mejores intenciones. Hay que reconocer las limitaciones. Y que el momento que estoy viviendo es tan importante como lo que voy a hacer. A veces en las empresas el mártir está sobrevalorado; lo mejor es tener una persona que reconozca cuando hay limitaciones y que, desde esa inteligencia, pueda reconocer que no puede y busque ayuda”, explicó Sáinz Espinoza.
En las organizaciones, el autocuidado es todo un tema; son pocas aquellas en las que hay medidas para un balance en este sentido. Para López Kirschner, “parte del autocuidado es fijarte en dónde estás trabajando. Empezar a ver la cultura organizacional y detectar que hay patrones que no son apropiados para el autocuidado, para entonces gestionarlo en el lugar donde se está trabajando. Empezar a poner límites contigo, límites en el trabajo y en las relaciones”.
Sobre las aportaciones que da la Maestría en Desarrollo Humano para la formación de líderes, López resaltó: “En este posgrado se intenciona mucho el encuentro con el otro como camino para descubrirme a mí mismo. Hay cambios de paradigma. Cuidado con escuchar, porque puedes salir tú transformado”.
“La relación con el otro es muy importante, hay un profundo trabajo sobre la persona. El darte cuenta de ti, poder distinguir y valorar qué es lo que quieres en tu vida, qué de veras es importante. Luego se complementa con la parte relacional. Yo me descubro a mí a través del otro”, agregó.
FOTO: Roberto Ornelas