El ITESO fue escenario para la presentación de la versión en español del libro ‘Métodos Digitales’, del académico Richard Rogers, una obra que es un referente en los estudios de comunicación digital

La internet tiene poco más de medio siglo de existir, pero no fue sino en el nuevo milenio que explotó hasta convertirse en la tecnología omnipresente que es hoy. Su ubicuidad trastocó a la sociedad, que ahora se entiende, también, en términos digitales. Para explorar estas nuevas dimensiones y complejos panoramas de interacción social, han surgido paradigmas y herramientas que acompañan la investigación social de los espacios virtuales.  

Uno de los referentes en la materia es Richard Rogers, académico de la Universidad de Ámsterdam y director de la Iniciativa Métodos Digitales, o Digital Methods Initiative (DMI), un grupo que desarrolla software y técnicas para estudiar plataformas en línea.  

El jueves 13 de abril, en el auditorio D1 del ITESO, el autor presentó la versión en español de su más reciente libro Métodos digitales, obra impulsada por el Signa_Lab del ITESO. Durante la presentación, Rogers comentó que los primeros estudios de la internet se dieron en 1994, retomando el concepto del ciberespacio desde la ciencia ficción y entendiéndolo como algo completamente separado de la realidad, volcándose por completo hacia lo imaginario. 

Eso cambió en 1998, cuando los científicos sociales comenzaron a estudiar la internet in situ, acuñando términos como “brecha digital” y comenzando a migrar las metodologías tradicionales al mundo digital. Una nueva etapa de los estudios digitales surgió hacia 2007, cuando la web ya no se entendía como algo aparte, sino como un objeto que se podía estudiar para entender la sociedad y la cultura.  

“La web se entendió entonces como el reflejo de lo que sucedía [en la sociedad]. Aquí surgió el proyecto de los métodos digitales, para entender la web como un conjunto de datos para entender lo que sucedía no sólo en la internet, sino también en la sociedad y en la cultura en su conjunto”, comentó.  

Rogers comentó que, aproximadamente en 2018, comenzó la era postdigital, que implica que lo digital ya no es excepción, sino la norma; además, que la extracción de información de plataformas sociales se ha hecho cada vez más difícil, lo que hace necesario pensar en nuevas maneras de estudiar la internet sin depender de terceros. 

A partir de entonces, todo su trabajo se ha volcado en hacer la transición de estudiar la cultura en línea a estudiar la cultura en línea, proponiendo herramientas que faciliten la extracción, análisis, medición y categorización de los objetos digitales para procurar un mejor entendimiento de los fenómenos sociales. 

Nos interesa el análisis de la experiencia social convertida en datos digitales porque percibimos nuestra realidad tanto on como offline, donde la división entre lo real y lo virtual ya no existe

Paloma López Portillo Vázquez

Víctor Hugo Ábrego Molina, director creativo de Signa_Lab, afirmó que el libro es un referente en los estudios de comunicación digital, por lo que consideró que la versión en español permitirá que más estudiosos del tema puedan conocer otras maneras para explorar, comprender y estudiar lo sociodigital. 

Destacó que el enfoque de Rogers propone una investigación que mezcla lo cuantitativo con lo cualitativo y que necesita además del contexto sociocultural para comprender de mejor manera el desarrollo tecnológico en la era contemporánea. “El desarrollo de marcos teóricos y propuestas metodológicas que parten de, están enfocadas o confluyen en lo digital es cada vez más necesario en nuestros días. Los cruces entre herramientas de descarga, gestión y visualización de datos con conceptos y metodologías provenientes de las ciencias sociales y las humanidades se hacen cada vez más pertinentes en nuestras aulas y en nuestros espacios de investigación”, comentó.  

Ábrego Molina señaló que Signa_Lab ha utilizado algunas herramientas desarrolladas por Rogers para analizar procesos electorales, movimientos sociales y tensiones socioculturales, además de que éstas han servido de base para desarrollar conceptos y metodologías propias. 

Por su parte, Paloma López Portillo Vázquez, académica del Departamento de Estudios Socioculturales del ITESO (DESO) y encargada de metodologías y análisis del Signa_Lab, señaló que a través de los métodos digitales se puede hacer una investigación social presentada en innovadoras formas de visualización y diseño de información para contar historias con datos. 

“Nos interesa el análisis de la experiencia social convertida en datos digitales porque percibimos nuestra realidad tanto on como offline, donde la división entre lo real y lo virtual ya no existe”, dijo. 

Consideró imperativo retomar la interdisciplinariedad en las investigaciones que convergen en el ámbito de las ciencias computacionales y las humanidades, a fin de plantear las preguntas y elegir las herramientas adecuadas, así como para “narrar las historias desde diferentes aproximaciones de la ciencia de redes, ciencia de datos y las ciencias sociales”. 

Retomó esta idea Diego Arredondo Ortiz, coordinador de innovación e interfaces del Signa_Lab, quien añadió que los datos tienen algo que decir si se hacen las preguntas adecuadas. Y en esa búsqueda, señaló que incluso la formulación de nuevas preguntas, las nuevas oportunidades de adquisición de exploración de datos y hasta los vacíos de información, pueden ser descubrimientos relevantes en sí mismos, que abonen al entendimiento de un fenómeno. 

Asimismo, celebró que el ITESO, desde el DESO y el propio Signa_Lab, involucre a estudiantes y académicos en la creación de investigaciones que aporten una mirada crítica para entender mejor los efectos de la tecnología a través de la aplicación de métodos digitales, mismos que “nos pueden ayudar a fundamentar preguntas que son relevantes para comprender mejor la misma sociedad en la que vivimos, los cambios culturales que estamos atravesando y cómo puede reconocerse la humanidad como la conocemos hoy”, dijo.  

La obra en su versión impresa puede ser adquirida a través de la Oficina de Publicaciones del ITESO, en tanto que la versión digital ya está disponible en las principales plataformas de libros digitales. 

FOTO: Luis Ponciano