La Escuela de Negocios del ITESO es pieza clave en la nueva Red Latinoamericana de Innovación Frugal, que conjunta los esfuerzos de diferentes universidades jesuitas para crear un nuevo modelo que forme profesionales que encuentren el éxito en el beneficio común.
Según el modelo económico actual, el éxito personal y de una empresa se mide en la cantidad de dinero que pueda acumular la persona y la cantidad de productos o servicios que pueda vender una empresa. Sin embargo, esta medida del éxito resulta muy costosa: tanto para el grueso de la sociedad, porque fomenta el individualismo, como para el planeta, ya que implica un consumo imparable de recursos. Y bueno, ya se sabe: no se puede crecer hasta el infinito cuando los recursos son finitos. La innovación frugal busca remar en sentido contrario: entender el éxito como el bienestar del otro y a partir del cuidado del planeta. Esta búsqueda ha hecho eco en el ITESO, que a través de su Escuela de Negocios se ha sumado a la creación de la Red Latinoamericana de Innovación Frugal.
Los orígenes de esta red naciente se remontan a 2018, cuando el ITESO organizó un encuentro que tenía por objetivo hacer una actualización sobre el tema de las empresas sociales y sostenibles. Como parte del programa la Universidad de Santa Clara, de California, participó con una exposición sobre la innovación frugal. El tema resultó tan interesante que fue uno de los mejor evaluados por los asistentes. “En 2019 decidimos retomar la idea y lanzar la Red Latinoamericana. El proyecto está encabezado por la Universidad de Santa Clara, las Ibero León y Puebla, el ITESO y la Universidad Javeriana de Bogotá, en Colombia. «Somos 42 académicos de universidades jesuitas y también hay representantes de la Universidad ESAN en Perú, que no es jesuita, y se ha sumado a la Red”, explica Claudia Ibarra Baidón, coordinadora de la Unidad Académica de Administración, Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Negocios del ITESO.
La casa común
Durante la charla con Claudia Ibarra aparece reiteradamente un concepto planteado por el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si’. La recurrencia es tal, que la pregunta se vuelve casi obligada: ¿cómo influye en el trabajo de la Red haber nacido justo en el año en que el documento papal cumple cinco años de haber sido publicado? “Ambas cosas se fueron conectando de manera natural”, dice Ibarra Baidón, “y es muy significativo verlo ahora que la red es una realidad”. Los postulados de Laudato Si’ explica, ya estaban planteados en la apuesta de la Universidad de Santa Clara, y se alinean con la búsqueda que ha hecho el ITESO por enfocarse en los negocios sostenibles y sustentables. El objetivo de la red es “colocar proyectos orientados hacia una innovación que se pregunte por el otro; que ocurra para el otro, no a costa del otro”.
Para seguir explicando en qué consiste la innovación frugal, Claudia Ibarra señala que ésta nació en India a partir del concepto jugada, que significa hacer lo mejor posible con los recursos que se tienen, muchas veces improvisando. “En México lo conocemos como ‘mexicanada’”, dice Ibarra, y añade que de lo que se trata es que esta solución que atiende un problema real “pueda hacerse de manera más digna, más segura y que dé más bienestar. La innovación frugal no busca desplazar otros enfoques, sino conectar los negocios, las humanidades y las ingenierías”.
Nuevo contexto, nuevo modelo
La Red Latinoamericana de Innovación Frugal nace en un contexto muy particular: la pandemia por Covid-19 y las consecuencias económicas del confinamiento. Este contexto, explica Claudia Ibarra, plantea “muchísimas oportunidades, porque nos hemos dado de que podemos vivir bien con menos, hemos podido ver las cosas que son valiosas”. Y pone como ejemplo el sector salud, donde la innovación frugal ha servido para desarrollar soluciones que permiten responder a la contingencia a partir del uso de recursos alternativos.
Aunque la crisis que ha desatado la pandemia ha puesto en relieve la necesidad de buscar nuevos modelos económicos, lo cierto es que hay una serie de usos y costumbres que es necesario cambiar. Desde la Escuela de Negocios del ITESO se busca crear ese balance entre una realidad, el modelo liberal, y la importancia de voltear a ver otras maneras, como la economía social y el desarrollo sostenible. Claudia Ibarra cuenta que, en ese sentido, “cuando los estudiantes ven ejemplos en donde se aplican estos nuevos modelos, son muy receptivos. Sin embargo, hay una realidad, un modelo imperante que es una barrera para que estas nuevas maneras sean implementadas. Una vez que salen se topan con costumbres culturales y de financiamiento, o empresas que sólo hacen por encima —el llamado green washing—, se enfrentan a hábitos de consumo muy arraigados”.
Todas estas cosas, abunda la académica, son unas barreras muy altas que, sin embargo, “desde la Escuela de Negocios estamos empujando para que esas barreras sean vistas como ventanas de innovación. Sí, debemos educar profesionales que sean competentes para el mercado, pero también compasivos y conscientes, que derriben esas barreras y puedan innovar desde una perspectiva de bien común y pensar en un nuevo tipo de modelo de negocios”, remata Claudia Ibarra.
La Red Latinoamericana de Innovación Frugal se encuentra en la antesala de su tercer encuentro, que tendrá lugar el próximo 9 de octubre y que, como dicta la nueva práctica, se desarrollará de manera virtual. También tiene en puerta un curso en línea. Infórmate en redinnovacionfrugal.lat