En las Orientaciones Fundamentales del ITESO vive el corazón de la comunidad universitaria. Este año es su 50 aniversario y te invitamos a conocerlas
Publicadas en 1974, las Orientaciones Fundamentales del ITESO (OFI) constituyen el sustento de lo que la Universidad es, de lo que se propone y de la forma en que vive. En ellas están tanto la razón de ser de la institución como la de su Modelo Educativo, y también el camino recorrido y el que se abre hacia el futuro. Son tres, y en la sencillez de su formulación está expresada toda su fuerza: la inspiración cristiana, una filosofía educativa específica y un compromiso social definido.
Al cumplirse medio siglo de este documento, desde el 31 de julio comenzó el año de celebración que busca promover su conocimiento y su apropiación por parte de todas las personas que integran la comunidad universitaria. Para ello, desde la Rectoría se está trabajando en la organización de un programa de actividades que buscan acercar las OFI a todos los ámbitos de la vida de la Universidad, aunque lo cierto es que nunca han dejado de estar presentes en lo que, como menciona el rector Alexander Zatyrka, SJ, caracteriza al “estilo itesiano”.
“El propio nombre del documento apunta en la dirección de lo que estamos festejando”, señala el Rector. “Se llaman Orientaciones Fundamentales del ITESO. ‘Orientaciones’ subraya que son pistas: se explicitan algunos de los fundamentos valorales de la institución, pero el documento orienta, no determina, no dicta. Quienes lo escribieron se dieron cuenta de que necesitábamos algo más versátil, más inspirador, que determinador. Inspira tratando de recuperar el sentido de lo que la comunidad del ITESO en esa época veía como su identidad y el tipo de servicio que esa comunidad quería prestar a la sociedad. Y son ‘Fundamentales’ porque constituyen el fundamento de nuestro quehacer, el cimiento sobre el que se sustenta el conjunto de nuestras actividades y pensamientos, y que son esas intuiciones que quedaron plasmadas en este documento que cumple 50 años. Eso es lo que estamos celebrando, las bodas de plata”.
Una sensibilidad atemporal
Originadas por la necesidad de establecer con toda claridad los principios que habrían de enmarcar el trabajo de la institución, ¿cuál es la vigencia, hoy en día, de ese documento?
“Desde que nació la Compañía de Jesús”, explica el Rector, “tendemos a hacer documentos así. Cuando Ignacio platica con el Papa —y el Papa, ni entonces ni ahora, trabaja solo: tiene asesores y consejeros—, le dicen a Ignacio que es necesario que elabore una regla, o que adopte una de las que ya existían —la regla de san Benito, la regla de san Agustín, la regla de los clérigos regulares, etcétera—. Y san Ignacio se resiste: en lugar de una regla escribe un texto inspirador que se llama la Fórmula del Instituto de la Compañía de Jesús, donde da pinceladas de lo que él siente que el Espíritu les está pidiendo a él y a sus compañeros en cuanto a su aporte a la Iglesia. El resultado es que esa Fórmula permanece vigente, aunque el lenguaje sea el de hace 400 años; el fondo, lo que quiere transmitir como el ideario que mueve a ese colectivo, es para siempre. Se puede leerla ubicándola en el contexto, haciendo la traducción de ese lenguaje, pero la sensibilidad que transmite —los valores, los fundamentos— no se acaba. Me hace recordar a san Francisco, cuando le preguntó el Papa bajo qué regla iban a vivir él y sus compañeros, y Francisco le respondió: ‘El Evangelio’. Ésa es nuestra regla: es lo que sustenta la labor de cualquier colectivo que tiene inspiración cristiana. Y el Evangelio no pierde vigencia: necesita ser encarnado, meditado, discernido, para aplicarlo a las circunstancias de cada época, pero no pierde su vigencia. La sensibilidad que pone en el centro a la persona, que subraya que lo que constituye una sociedad humana, y al ser humano pleno, es la comunidad centrada en el amor; la atención a las personas más vulnerables… Lo que apunta hacia lo más alto del espíritu humano es atemporal; lo puedes expresar en un contexto cultural, pero la intuición, el contenido, es atemporal.
“De eso están hablando, en el fondo, las OFI del ITESO: del Evangelio. En primer lugar, la inspiración cristiana; enseguida, una filosofía educativa específica, la pedagogía ignaciana, que se sustenta en la mistagogía, en la pedagogía propia del Evangelio. Y, finalmente, la incidencia social, el servicio mediante el cual, de manera concreta, este colectivo quiere transformar a la sociedad. Partimos de una sensibilidad, una intuición vinculada al Evangelio, a la buena noticia de Jesús de Nazaret, que se traduce en una metodología de formación en todos los sentidos —no solamente pedagógica, sino que toca también una manera de entender la ciencia—, y que desemboca en un servicio concreto a la sociedad”.
El estilo itesiano
¿Cuál es la importancia de que las personas que integran hoy en día la comunidad universitaria del ITESO conozcan las OFI y se apropien de ellas?
“Uno oye mucho en los pasillos”, reflexiona el Rector, “sobre todo de personas que ya han tenido una experiencia de contacto con nuestra comunidad, que hablan del estilo itesiano. Hay quienes lo tienen un poquito más consciente porque lo han vivido y han trabajado o estudiado aquí varios años, pero lo curioso es que hay gente que lo experimenta con sólo venir una tarde. A mí me lo han dicho desde que era profesor, gente que venía a mi oficina: ‘Qué bonito se vive, qué atenta es la gente, qué alegre, qué amable, qué hospitalaria’. Cuando llegan estudiantes o profesores a interactuar con nosotros hablan de este estilo. Y el sustento de ese estilo itesiano, su expresión escrita, lograron precisarlo bastante bien quienes elaboraron este texto en los años setenta. Porque, en una época de un conflicto muy fuerte, de posibilidades de ruptura grave, un grupo de personas se arriesgaron a abrirse a lo que el Espíritu les quisiera mostrar, en un proceso de discernimiento que después se plasmó en este documento, en el que estuvieron de acuerdo todas las personas que tenían un puesto de responsabilidad en el momento —y también quienes lo tendrían en el futuro del ITESO—. Entonces, al cumplir estos 50 años, consideramos que hay que volver a las fuentes, a este documento que está implícito en mucho de lo que decimos y hacemos, y que puede ayudarnos a renovar algunas de esas convicciones, a traducirlas a nuestra práctica cotidiana. Y lo que es particularmente importante en momentos de relevo generacional: transmitir ese conocimiento. Las OFI son un vehículo para asegurar la transmisión de nuestra identidad, que se seguirá enriqueciendo, desde luego, con lo que las nuevas generaciones traigan y aporten.
Acerca de lo que caracterizará a este año de celebración, el Rector señala: “El reto que estamos tratando de atender es cómo divulgamos ese conocimiento de tal forma que sea accesible, que se adapte al lenguaje y al estilo de las nuevas generaciones, para que conozcan lo que son las OFI para el ITESO y la necesidad de tenerlas como un marco de referencia de nuestro ser y quehacer”.
En especial, el objetivo del festejo es poner ese marco al alcance del estudiantado. “En el diseño de este año jubilar estamos involucrando a estudiantes de las distintas carreras, y habrá una serie de actividades de divulgación y para compartir y dialogar. El propósito es enriquecer la lectura del texto original y reflexionar acerca de su aplicación, y es muy importante la participación de los estudiantes. En estos foros interactuarán figuras históricas y actuales del ITESO, y desde luego los destinatarios son las y los estudiantes, lo mismo que el personal. El tema se abordará en actividades principales de nuestro año académico, como la Lectio Brevis, que está dirigida al estudiantado, o en el InterSUJ, del que seremos sede: también queremos aprovechar esa oportunidad para compartirlo con las otras comunidades universitarias que nos van a visitar”.