La renovación de la Biblioteca nos da un pretexto para reflexionar sobre las maneras en que las y los miembros de la comunidad universitaria pueden experimentarla. Hoy te invitamos a pensar en la manera en que te invita a conversar
La biblioteca es una experiencia, no solo un lugar.
Entrar a ella es una experiencia de relación distinta con las personas, con el estudio, con el conocimiento, con el ruido y el silencio, con el tiempo, con uno mismo. Es un espacio vivo, un jardín en donde uno labra la tierra y las cosas crecen, germinan. Un instante memorioso en el que dialogas con lo contingente, un momento en donde pasan cosas que nos hacen distintos.
Pero ¿qué nos distingue de otros espacios o proyectos dentro de la universidad? ¿Qué nos hará significativos dentro de la trayectoria universitaria de cada uno de los integrantes de nuestra comunidad? ¿Cómo nos gustaría que fuera recordada la experiencia de estar en la biblioteca?
Hoy te invitamos a reflexionar sobre la manera en que en la Biblioteca nos lleva a modelar nuevas maneras de vivir juntos.
La Biblioteca como una experiencia de conversación
Conversar es una forma de abrirnos al otro y a un tiempo de descubrirnos a nosotros mismos.
La biblioteca es un espacio para generar conversación, acto cultural por excelencia, que nos tiende un territorio nuevo, dispuesto a la co-creación.
La conversación se da tanto de muchas maneras: conversamos de forma verbal o sin palabras, conversamos con los presentes y con los que no están aquí, con los vivos o con los muertos, con los afines y los diferentes. Conversar es en sí mismo un signo de generosidad y de confianza, un gesto de validación del otro y de su argumento.
El diálogo, el debate, la argumentación, la colaboración y el acuerdo, son también posibles en un espacio como la biblioteca, que nos invita a conversar con el presente, con el pasado y con el futuro.